Animales parecidos al avestruz

El emú es el ave más grande de Australia y la segunda más grande del mundo, justo detrás del avestruz. No vuela, pero compensa con unas patas poderosas que le permiten correr a más de 50 km/h. Al igual que el avestruz, tiene un cuerpo robusto, cuello largo y plumas suaves que parecen pelo.

Ambos comparten una dieta omnívora y un comportamiento territorial. Sin embargo, el emú tiene tres dedos en cada pie (el avestruz tiene dos) y un comportamiento reproductivo curioso: es el macho quien incuba los huevos y cuida de las crías.

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Originario de América del Sur, el ñandú común se parece al avestruz tanto por su tamaño como por su aspecto general. Aunque es más pequeño, puede llegar a medir hasta 1,5 metros de altura y también es un ave no voladora. Tiene patas largas y fuertes, alas cortas y plumaje grisáceo. Una diferencia notable es que tiene tres dedos por pie, como el emú, y su cuello es algo más corto. Comparte con el avestruz el hábito de formar grupos y vivir en grandes espacios abiertos, como pampas y sabanas.

Este casuario, nativo de los bosques tropicales del norte de Australia y Nueva Guinea, es una de las aves más imponentes del planeta. A pesar de no parecerse al avestruz en color (su plumaje es negro y su cuello azul intenso con carúnculas rojas), comparte varios rasgos clave: no vuela, tiene una gran altura (hasta 1,8 metros) y patas muy musculosas.

Además, es conocido por ser extremadamente territorial y, si se siente amenazado, puede defenderse con patadas muy poderosas, igual que el avestruz. El casco que tiene sobre la cabeza le sirve como protección y para abrirse paso entre la vegetación densa.

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También conocido como ñandú de Darwin, esta ave habita en las regiones frías y áridas de la Patagonia y el sur de los Andes. Es más pequeño que el ñandú común y, por supuesto, que el avestruz, pero guarda muchas similitudes con ambos: es un ave no voladora, tiene patas largas, cuerpo voluminoso y plumas suaves que recubren casi todo su cuerpo. Sus patas tienen tres dedos y están adaptadas para correr rápidamente en terreno abierto. Vive en grupos y tiene una dieta omnívora, como el avestruz, aunque su hábitat es más montañoso y frío.

Aunque la avutarda común sí puede volar, es una de las aves voladoras más pesadas del mundo, y su aspecto robusto la hace visualmente similar al avestruz, sobre todo cuando camina por terrenos abiertos. Se encuentra en Europa y Asia, y los machos pueden llegar a pesar más de 15 kilos. Tiene patas largas, cuello alargado y una forma de andar algo torpe, lo que la emparenta visualmente con las grandes aves corredoras. Aunque no comparte la incapacidad de volar del avestruz, su tamaño, comportamiento terrestre y silueta general la hacen merecedora de estar en esta lista.

El kiwi moteado grande es un caso curioso. Es mucho más pequeño que el avestruz (apenas del tamaño de una gallina), pero comparte varias características clave: no vuela, tiene plumas suaves y un estilo de vida terrestre. Lo más destacable es su comportamiento nocturno y su olfato desarrollado, algo poco común en aves. Aunque su cuerpo es más compacto y tiene patas cortas, su incapacidad para volar y su aislamiento evolutivo en Nueva Zelanda lo convierten en un "primo lejano" del avestruz en términos evolutivos, dentro del grupo de las aves ratites (aves corredoras no voladoras).

El casuario de Bennett es una especie más pequeña dentro del grupo de los casuarios, pero aun así puede alcanzar más de un metro de altura. Vive en Nueva Guinea y, como sus parientes más grandes, no vuela y tiene patas muy fuertes adaptadas para correr y defenderse. Tiene un plumaje negro parecido al pelo y un cuello de colores vivos. Aunque su entorno es más selvático que el del avestruz, ambos comparten un estilo de vida terrestre, una estructura corporal similar y un comportamiento solitario y territorial.

También conocido como casuario de casco único, esta especie habita en las selvas de Nueva Guinea. Su aspecto es muy similar al del casuario del sur, con un casco prominente en la cabeza, patas musculosas y plumaje negro. No vuela, y al igual que el avestruz, puede ser muy peligroso si se siente amenazado. Ambos pertenecen al grupo de las aves ratites y comparten una historia evolutiva antigua. A diferencia del avestruz, este casuario vive en hábitats densos y húmedos, donde su plumaje lo protege de la vegetación espesa.

Aunque el tinamú grande puede volar cortas distancias, su aspecto y comportamiento lo acercan a las aves corredoras. Se encuentra en los bosques tropicales de América Central y del Sur. Tiene un cuerpo redondeado, patas adaptadas para caminar largas distancias y un plumaje críptico que lo ayuda a camuflarse. Lo más curioso es que, a nivel genético, está más cerca del avestruz y otras ratites que de la mayoría de las aves voladoras. Aunque mucho más pequeño, el tinamú representa una rama evolutiva conectada con las grandes aves no voladoras.

El pavo salvaje, originario de América del Norte, no parece a primera vista un pariente del avestruz. Pero si lo observamos bien, comparte varias similitudes: un cuerpo grande, patas fuertes y un estilo de vida mayoritariamente terrestre. Aunque puede volar distancias cortas, pasa la mayor parte del tiempo caminando por el suelo en busca de alimento.

También comparte con el avestruz una estrategia de defensa basada en la velocidad y la vigilancia constante ante depredadores. Su silueta, sobre todo en los machos, recuerda vagamente a la de las grandes aves corredoras.

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