Causas y consecuencias de la caza furtiva de animales

Causas y consecuencias de la caza furtiva de animales

Aunque parezca mentira con la gran cantidad de depredadores que existen en nuestro planeta, el ser humano es la mayor amenaza para la vida de la gran mayoría de animales. El negocio de la caza furtiva de animales mueve millones de dólares en el mundo y da comida y medios a miles de personas en todo el planeta, pero también amenaza gravemente la vida de millones de especies y el equilibrio de sus ecosistemas, entre otros problemas. En EcologíaVerde analizamos las causas y consecuencias de la caza furtiva de animales.

Causas de la caza furtiva

Las causas que pueden encontrarse para explicar los motivos de la caza furtiva de animales son múltiples:

  • Nivel de desarrollo económico de una sociedad.
  • Una oportunidad para ganarse la vida en lugares en los que las condiciones de trabajo son extremadamente precarias.
  • El mercado local y global o la situación política y social del país.

Como hemos visto, muchos son los motivos para la caza furtiva de especies, pero hay uno por encima de todos: la caza para la venta ilegal de animales. En este caso, muchos de los animales son vendidos vivos, pero son cazados en sus hábitats de forma furtiva, y otros muertos como materia prima para diversas industrias. El negocio del tráfico ilegal de animales es, tras el tráfico de armas y de drogas, el tercero que más dinero mueve (según la ONU, 10 mil millones de dólares al año).

El negocio de la caza furtiva

En este sentido, la caza furtiva de animales es muy importante en zonas como Sudamérica, Centroamérica, Asia y África (lugares muy ricos en fauna considerada exótica en otras zonas) y sus principales destinos son Estados Unidos, Europa o Japón. Se trafica sobre todo con monos, víboras, tortugas, iguanas, caimanes o aves (principalmente loros). Los loros, por ejemplo, se venden vivos como animal de compañía (por su gran atractivo para el público) o para zoológicos, zonas de reserva de fauna o circos con animales. Las iguanas, por ejemplo, y otras especies se venden muertas para la elaboración de zapatos o carteras con sus pieles.

Brasil es uno de los países con más caza furtiva del mundo, por su gran biodiversidad única. Se calcula que en territorio Brasileño se cazan unos 38 millones de ejemplares al año y el 90% muere durante su caza y transporte ilegales.

Otros ejemplos pasados y presentes son la caza furtiva de ballenas para obtener sus aceites y carne (lo que ha llevado a las ballenas al borde de la extinción), la caza furtiva del rinoceronte africano para traficar con sus cuernos, la extinción durante el siglo XIX del gran alce gigante debido a la caza o la desaparición del periquito de Carolina.

Consecuencias de la caza furtiva

Hay muchas causas para la extinción de las especies animales, la principal es la destrucción de su hábitat (deforestaciones masivas de bosques, construcción de carreteras, urbanización, presas,…), lo que obliga a las poblaciones animales a migrar cada vez a zonas más reducidas, perdiendo contactos con otros animales de su especie y, por tanto, limitando su variabilidad genética. Este hecho unido a la caza de animales, tanto legal como furtiva, lleva a las especies al borde de la extinción.

Podemos citar algunas de las principales consecuencias de la caza furtiva de animales:

  • La población de aves se ha reducido en un 58% y la de mamíferos en un 83%. Aunque la caza se practica desde hace miles de años, hoy en día debido a la demanda y acceso a tecnologías que nunca existieron hasta ahora, la caza ilegal o furtiva es mucho más desmesurada.
  • Los animales se sienten muy amenazados por la presencia del ser humano.
  • El suelo empobrece su calidad, los nutrientes son más escasos y empeora la polinización con consecuencias en la producción vegetal.
  • La extinción de animales por la caza empeora la calidad del agua y puede aumentar el brote de distintas enfermedades y plagas.

La caza de animales en un ecosistema altera la cadena alimentaria que se forma dentro de él y hace que todo el ecosistema altere su equilibrio y, por tanto, funcione deficientemente. Es decir, la caza influye tanto en los animales que mueren, como en los que no: plantas, presas y depredadores.

Conclusiones

El negocio del tráfico ilegal de animales y su caza furtiva goza en gran medida de una gran impunidad, donde tanto particulares como empresas farmacéuticas para investigación, zoológicos, circos con animales e incluso particulares, participan en un negocio que mueve millones de dólares.

Como ocurre en gran cantidad de casos, son los países del Tercer Mundo los exportadores hacia los más ricos, ya que poseen una riqueza natural que no hay en otras regiones y tienen muchas más dificultades para encontrar trabajo y medios de vida. A estas especies, después de cazarlas las venden, e incluso comercian con ellas tanto vivas como muertas, por dinero.

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