Cómo se forman las aguas subterráneas

Cómo se forman las aguas subterráneas

Las aguas subterráneas son aquellas que se encuentran por debajo de la superficie terrestre. Las aguas del subsuelo son una parte del agua dulce total que hay en el planeta. Suponen el 21% del agua dulce total en la Tierra y también veinte veces más del agua que hay en la superficie. Si quieres saber cómo se forman las aguas subterráneas, entonces sigue leyendo este artículo porque en EcologíaVerde te descubrimos la respuesta, así como detalles como su ubicación y clasificación, su importancia y también el motivo de por qué, a su vez, suponen parte de un gran problema ambiental.

Cómo se forman las aguas subterráneas - definición y su origen

El agua procedente de la lluvia puede ir a parar a distintos destinos. Bien puede discurrir por la superficie formando ríos, arroyos u otras formas de escorrentía, absorberse por los organismos o bien, el agua puede filtrarse en el suelo y formar las aguas subterráneas.

Como definición de aguas subterráneas podemos decir que estas incluyen todas las clases de agua que se encuentran en el subsuelo. Para que el agua pueda introducirse en el suelo, este debe tener una serie de características. Hay suelos permeables, que dejan pasar el agua, como las arenas y las piedras, y suelos impermeables como las rocas volcánicas y metamórficas.

El agua, una vez que alcanza el subsuelo puede acumularse de distintas formas y a distintas profundidades e, incluso, erosionar la roca creando un paisaje subterráneo. Además, tienen una gran importancia ecológica y económica para los seres humanos, y precisamente debido a esto también están sufriendo las consecuencias negativas de la acción del hombre. Todo ello se explica a continuación con más detalle.

Dónde se encuentran las aguas subterráneas

Un tipo de agua subterránea es el agua gravitacional. El agua gravitacional es el agua que se encuentra en los poros de la tierra. Los suelos arenosos y pedregosos contienen más poros debido al gran tamaño del grano que tienen y dejan huecos con aire que cuando llueve se llenan de agua por infiltración en el terreno y queda almacenada.

Si se acumula más cantidad de agua podemos diferenciar 3 tipos de reservorios de agua: acuícludos, acuitardos y acuíferos. Los acuícludos son depósitos de limos y arcillas que contienen agua, pero debido a su baja permeabilidad esta no se puede ni mover ni extraer. Los acuitardos son formaciones geológicas, generalmente de arenas arcillosas, areniscas o rocas poco fracturadas y comprimidas que contienen mucha agua, la cual puede circular, pero lentamente. Y finalmente los acuíferos, son formaciones geológicas de arenas, grava u otras rocas fragmentadas o fisuradas que contienen gran cantidad de agua que se puede mover libremente.

Generalmente, se distinguen 3 tipos de acuíferos:

  • Los acuíferos libres: son aquellos cuyo nivel de agua se encuentra en contacto con la atmósfera y a la misma presión. Se distinguen la zona no saturada, que es una zona del terreno que no tiene agua pero que podría llenarse, y el nivel freático que es la zona del terreno hasta la que llega el agua contenida en el acuífero. La zona no saturada se encuentra entre la superficie terrestre y el nivel freático.
  • Los acuíferos confinados: son aquellos que se encuentran entre rocas impermeables llenando de agua todos los poros y grietas. En estos acuíferos no existe zona de no saturación. En ellos la presión que ejercen las rocas es mayor que la presión atmosférica y, por tanto, si se extrajera el agua el terreno podría colapsar y producir el hundimiento de la superficie terrestre.
  • Los acuíferos semiconfinados: son aquellos que se encuentran entre rocas semipermeables, como los acuitardos, y rocas impermeables.

Las aguas subterráneas afloran a la superficie por manantiales o lagos debido a la infiltración en la superficie del terreno. En estos casos el agua subterránea fluye hacia los lagos por manantiales por debajo de la superficie lacustre. Puede ser que los lagos se originen por su fondo al aflorar las aguas subterráneas, o bien que el acuífero se recargue por el movimiento del agua de lluvia y deshielo, acumulado en los lagos, hacia el interior de la tierra, y además se mantenga el lago debido a que el nivel freático del acuífero esté por encima de la superficie del suelo. El agua fósil es aquella que se encuentra en acuíferos que hace mucho tiempo que no se recargan.

El agua del subsuelo tiene características diferentes de la de los ríos, lagos y lagunas, humedales, estuarios y otros tipos de aguas superficiales. No suelen contener gases disueltos, están bajo presión y normalmente se mueven lentamente entre las rocas, aunque las fracturas entre estas suelen proporcionar canales por donde el agua fluye a alta velocidad.

Importancia de las aguas subterráneas

Cuando las aguas subterráneas discurren por suelos formados por roca caliza disuelven el material y forman el paisaje kárstico. Algunas formaciones típicas son las cuevas, las estalactitas, estalagmitas, simas y galerías entre otros. Proporcionan cobijo a animales, como los murciélagos o muchos invertebrados, que a su vez son alimento de otros animales. Estos espacios también son aprovechados por el hombre para practicar deportes como la espeleología o el turismo de aventura.

Además, el agua subterránea cuando circula por cuevas o a través de arenas y gravas puede arrastrar material vivo como bacterias, y animales como pequeños crustáceos e insectos que se alimentan de las bacterias.

Las aguas subterráneas representan uno de los suministros de agua más importantes para la población. El agua del subsuelo es una fuente de agua potable. A menudo se obtiene de manantiales y pozos, naturales o artificiales. Alrededor del 50% de la población humana se abastece de las aguas subterráneas y se utiliza tanto para el consumo humano como para la ganadería y la agricultura. Es tan importante que, por ejemplo, en Estados Unidos, depende de ellas el 95% de la población rural.

Problemática ambiental de las aguas subterráneas

Las aguas subterráneas se pueden contaminar fácilmente debido a su lento movimiento y a que están fuera del alcance de la vista.

Además, el agua tiende a no mezclarse, por lo que las plumas de agua salada o contaminada pueden moverse por largas distancias. Las sustancias volátiles contaminantes contenidas en ellas no pueden evaporarse.

La contaminación de las aguas puede producirse de forma natural, ya que el agua al moverse por las rocas puede arrastrar las sustancias tóxicas que contienen, como algunos metales. Pero la forma más común de contaminación es la antrópica, es decir por el ser humano. Puede deberse al uso de pesticidas y abonos en zonas de agricultura, aguas residuales y sin tratar en zonas urbanas e industriales y al incremento de los niveles de nitrato. Este último es uno de los más preocupantes pues una vez que alcanza el subsuelo se transforma en otros compuestos que pueden provocar problemas de salud y enfermedades, como el cáncer cuando esta agua se ingiere.

Uno de los grandes problemas es la sobreexplotación de las aguas subterráneas. Ocurre cuando el agua se extrae a una velocidad mayor de la que se repone. La sobreexplotación de un acuífero puede suponer:

  • La reducción de la presión que están soportando las masas de aguas subterráneas y por tanto disminuirá su presión (presión artesiana) de extracción.
  • Puede causar la subsidencia del terreno.
  • Causa intrusiones de agua, bien de otros acuíferos cercanos o del océano si se encuentran próximas a la costa, por tanto, se reduce la calidad de las aguas.
  • Contribuye a la desertificación. Decrece la cantidad de afloramientos de agua en la superficie terrestre y del nivel freático.

Ahora que conoces bien qué son las aguas subterráneas, cómo se forman y su importancia, así como los problemas ambientales que se relacionan con ellas, puede que también te interese conocer la información de este otro artículo de EcologíaVerde sobre Por qué el agua es un recurso renovable pero limitado.

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