Cómo secar lavanda

Cómo secar lavanda

La lavanda, de nombre científico Lavandula, es en realidad un género de plantas aromáticas muy apreciadas tanto por su rusticidad como por la agradable fragancia que sus características inflorescencias de color azulado desprenden, usada en multitud de productos aromáticos y de limpieza. Puesto que la lavanda es una planta fácil de cultivar y muy bonita, son muchos los que se animan a plantar su propia lavanda en casa, aunque para aprovechar sus propiedades medicinales o conservarla mejor es necesario secarla antes.

Si quieres aprender cómo secar lavanda con distintos métodos, acompáñanos en este artículo de EcologíaVerde.

Secado al sol

Para secar la lavanda al sol lo mejor es cosechar la planta justo antes de que las flores se abran. Sigue estos pasos:

  1. Corta los tallos con la máxima longitud posible, podándolos desde la base. Como siempre, utiliza unas tijeras de poda bien afiladas y esterilizadas.
  2. Después, una tabla para cortar que no necesites o cualquier otra superficie válida de madera. Lo importante es que permita extender la lavanda sobre ella en toda su longitud y sin que los tallos queden demasiado apilados, para que el sol les incida igualmente. El material de la superficie es importante pues el metal se calentaría demasiado y quemaría la lavanda, mientras que algunos plásticos podrían derretirse.
  3. Coloca la bandeja usada al sol, en una zona donde le dé tantas horas y tan directamente como sea posible. Puede ser una ubicación tanto de interior como de exterior, siendo lo más importante que no dejes que los tallos se mojen y que dé toda la luz posible.
  4. Si en tu zona el clima es lo bastante cálido, la lavanda podría estar seca en aproximadamente una semana o puede que incluso menos. Sabrás que la lavanda está seca cuando las flores hayan perdido la viveza de su color y se hayan vuelto de un morado suave y claro. En este punto, separarlas del tallo debería ser muy fácil simplemente con la mano.

Este método es bastante rápido para ser natural, aunque una de sus contrapartidas es que las flores pierden buena parte de su característico color tan decorativo.

Secado en microondas

Deshidratar cualquier tipo de hojas en el microondas es muy fácil, y la lavanda no es una excepción. Hay varios métodos para secar las hojas y flores de lavanda de esta forma.

  • El que mejores resultados da requiere de contar también con arena de sílice, un producto que, aunque suene a laboratorio, en realidad es muy fácil de encontrar como arena de acuario o para gatos. Coloca unos cinco centímetros de esta arena en un recipiente hondo apto para microondas, y sobre esta, las flores u hojas de lavanda, separadas y bien abiertas, para luego cubrirlas con otra capa de arena un poco más fina. Después, pon el microondas a máxima potencia entre 2 y 4 minutos y espera 24 horas antes de tocarlas.
  • El otro sistema es menos exacto y un poco más trabajoso, pero también más sencillo a cambio. Coloca tus hojas y flores de lavanda en un plato, bien separadas una por una, procurando que todas las del plato tengan un tamaño aproximado. Cúbrelo con film transparente y mételo 1 minuto a plena potencia. ¿Aún no están crujientes y secas? Ve añadiéndole periodos de 20 segundos hasta que estén listas.

Secado en horno

Para secarlas en horno, coloca tus hojas de lavanda, sueltas y lavadas, sobre una bandeja cubierta con papel de horno o papel pergamino, que es ideal para esta labor. Extiéndelas tanto como puedas, siempre en una sola capa y sin que se apilen o toquen.

Mete la bandeja en el horno y ponlo a temperatura muy baja. Nunca debes hacer el secado en horno a más de 80 ºC o acabarás con las propiedades beneficiosas y el sabor naturales de la lavanda. Si tu horno es eléctrico, deja la puerta ligeramente abierta, mientras que si es un horno de gas, páralo y ábrela durante medio minuto cada cinco.

Secado en deshidratador

Los deshidratadores de alimentos son bastante útiles para las aromáticas, pues permiten hacerlo cómodamente como en el horno, pero con menos riesgos de quemarlas. Coloca las hojas o tallos lo más abiertos y separados posible en tu deshidratador, ajústalo por debajo de los 46 ºC y simplemente espera a que estén listos.

Secado con ventilador

Si tienes que secar cantidades realmente grandes de lavanda cosechada, este es el mejor método con bastante diferencia. Sencillamente prepara un cuarto cálido y con poca humedad, en el que haya un buen ventilador. Apila la lavanda todo lo abierta posible, o cuelga sus ramilletes atados boca abajo como si fueses a utilizar un secado tradicional al aire.

Después, simplemente apunta el ventilador a los lados de la lavanda o por debajo de esta, de forma que se lleve la humedad de alrededor pero siempre sin que la corriente de aire apunte directamente a la lavanda, pues podría llevarse las flores o su aroma.

Qué hacer con la lavanda seca

Hay muchas cosas que puedes hacer con la lavanda una vez seca:

  • Acondicionador para el pelo.
  • Jabón artesanal.
  • Infusión tranquilizante y contra el mal aliento.
  • Repelente de ácaros.
  • Ambientador casero.
  • Vapor facial.
  • Centros de mesa aromáticos.
  • Lavanda para tus baños.

Ahora que ya sabes 5 formas de secar lavanda, quizás quieras aprender más sobre cultivar la planta en casa. Aquí te indicamos los Cuidados de la planta de lavanda.

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