Construir nuestro propio cubo de reciclaje

Construir nuestro propio cubo de reciclaje

Por fortuna, la máxima de reciclar en las viviendas europeas cada vez es más común. La concienciación va aumentando y vemos más a menudo contenedores separados para que cada residuo vaya a su montón, sin tener que andar varios kilómetros para poder ser ecológicos. Sin embargo, quienes aún no lo hacen, a menudo aluden falta de espacio en la cocina. Eso ha dejado de ser un problema. A continuación, te presentamos varias ideas para construir tus propios cubos de reciclaje y evitar que un espacio desmedido en tus habitáculos.

Construir el cubo con palets

Nivel de dificultad: Alta

Para construir un centro de reciclaje bonito, con un toque rústico y que nos facilitará la vida en el hogar, no necesitamos más que un palet y los cubos de plástico que vayamos a necesitar. Hablamos de esos cubos simples, sin decoración, que pueden encontrarse baratísimos en cualquier tienda de muebles. Para ello, hay que colocar los cubos de basura en paralelo y unirlos con cuatro listones de madera obtenidos del palet, de manera que queden fijos entre ellos. Después, lija, barniza o pinta el palet y sujétalo a los listones para cubrir toda la base, atorníllalos para hacer una tapa y así evitar que salgan los malos olores, a no ser que vayas únicamente a almacenar cartones, vidrios o plásticos. Después sólo tienes que poner sobre la tapa círculos de colores (por ejemplo, varios gomets o pegatinas) para diferenciarlos.

Con un solo cartón

Nivel de dificultad: baja

La manera más sencilla, para quienes no quieren hacer manualidades ni tener varios cubos desperdigados por la cocina u otras habitaciones, es adquirir un cubo grande de forma circular. Después, con dos cartones duros que habremos recortado según el diámetro del cubo, hacemos un corte en el primero por la mitad e introducimos el segundo en su interior, previamente pintadas sus caras con colores diferenciadores de cada producto (resulta más sencillo que comprar un color de bolsa de basura para cada uno). Después, fíjalos al cubo con grapas fuertes o pegamento adecuado para la superficie. Si las medidas son perfectas, puede que ni siquiera necesites esa fijación, los cartones se adaptarán a las paredes del cubo. Verás como el cubo ha quedado dividido en cuatro partes de 190 grados cada una.

Usando tubos de desagüe PVC

Nivel de dificultad: Alta

Uno de nuestros preferidos, porque es económico, no queda mal estéticamente y permite obtener hasta ocho cubos diferentes (orgánico, basura ordinaria, plásticos, papel, textil, medicinas caducadas, pilas y vidrio). Se necesitan 4 metros de tubos de desagüe de PVC de unos 250 milímetros de diámetro y, para la decoración, vendría bien pintura o spray en colores, aunque también podemos imprimir unas pegatinas y pegarlos sobre cada base. Cortaremos el tubo en nueve partes, la novena servirá para hacer franjas de tubo muy pequeñas que servirán para sujetar bien la bolsa. Si somos muy "manitas", podemos abrir el material y construir tapas, al menos para el de basura orgánica. Atorníllalos por grupos de cuatro y coloca cuatro en el suelo (reforzados con un cartón o una segunda placa) y los otros atornillados a la pared, a unos centímetros por encima. Después, pinta las franjas obtenidas del tubo (que habremos cortado de unos 10 centímetros) de cada color y sujeta las bolsas de basura con ellas. Estas porciones de tubo pintadas servirán, además, para diferenciar los residuos.

Una cómoda vieja

Nivel de dificultad: muy baja

Si no te gusta tener tu basura a la vista, por muy novedoso que resulte el diseño, recupera ese mueble cajonera que acumula polvo en el trastero. Se trata de uno de esos muebles cuyos cajones se abren hacia afuera. Mídelo y compra varios cubos pequeños de plástico que insertarás dentro de ellos pintados o recubiertos con telas de diferentes colores (lo ideal es que tengan capacidad de 8-10 litros). Este diseño es muy sencillo de hacer, no molestará y nadie se dará cuenta dónde almacenas tus residuos.

Con bolsas de tela para guardar la ropa

Nivel de dificultad: baja

Nos referimos a esas bolsas de tela cuadradas que podemos encontrar en las tiendas de muebles habituales (incluso en muchos "Todo a cien") y que suelen estar destinadas a guardar la ropa sucia. Sin duda, dan una estética más lograda que el tradicional cubo de basura. Estas bolsas son recomendables para almacenar la basura que manche menos, como plásticos, cartones, etcétera, y recubrirlas con periódicos en la base y con varias capas de bolsas, para evitar tener que lavarlas demasiado a menudo.

Otras ideas

Cajas sencillas de plástico pueden colgarse en una pared que tengas libre, por ejemplo en la terraza o el garaje, con sus correspondientes letreros indicativos para que todos, familia y visitantes, sepan dónde depositar cada residuo. El apilarlas una encima de la otra dejando unos centímetros de diferencia conseguirá ahorrar espacio y, si las cajas de plástico son bonitas, no conseguirá dañar la estética.

Por último, no hay que dejar de tener en cuenta el espacio que queda bajo el fregadero. ¿No caben tantos cubos? Ahora es posible incorporando bajo la pila una estructura metálica giratoria. Esta albergará al menos tres recipientes de plástico de 6-10 litros y no molestará, aprovechando el estratégico escondite que nos proporciona ese rincón de la cocina.

Con estas ideas y otras muchas que se te puedan ocurrir, ya no hay excusa para no reciclar. Todo estará organizado en el hogar, será más sencillo que nunca separar los residuos y su instalación no molestará.

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