Crocus: cuidados

Crocus: cuidados

Los crocus o crocos son plantas pequeñas que suelen cultivarse agrupadas para que, cuando llega su abundante floración, ofrezca un gran impacto visual gracias a sus llamativos y vivos colores. Se trata de una planta muy apreciada que, aunque requiere de cuidados específicos, no son en absoluto complicados de cumplir una vez se conocen.

Si quieres aprender a cultivar tu croco en casa, acompáñanos en este artículo de EcologíaVerde en el que verás una guía completa sobre los cuidados del crocus.

Características de la Crocus

Las crocus son en realidad todo un género de plantas perennes de la familia del iris, que comprende nada menos que 90 especies. Se suele confundir al crocus, en general, con el azafrán debido a que el género contiene la famosa y valorada especia, aunque solo el Crocus sativus corresponde a este.

Los crocus, o crocos, son especies originarias de las zonas de matorral, bosque y pradera en Europa, Medio Oriente y África, en un gran espectro de altitudes. Se trata de plantas con bulbo principalmente apreciadas por sus flores que, aunque son de vida bastante corta, producen en gran cantidad. Rara vez superan los 8 cm de altura en la mayoría de especies, aunque algunas pueden crecer hasta los 13 cm.

Las flores pueden ser de color amarillo, blanco o púrpura, con diferentes patrones existentes debido a la gran variedad de especies e hibridaciones. Las hojas son estrechas, de un color verde que en algunas especies va volviéndose amarillo hasta que se marchitan tras la floración.

Suele usarse en jardines para decorar bordillos, rocallas y para aportar zonas de color al césped, así como para cultivar en maceta y dar vida a cualquier espacio.

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Ubicación para el crocus

El crocus no es una planta nada exigente en cuanto su ubicación. En cuanto a esta, lo único importante es que esté resguardada de los vientos fuertes, ya que las corrientes continuadas de vientos agresivos pueden hacerle mucho daño.

Por lo demás, la planta puede crecer sin problemas tanto en ubicaciones de semisombra como a pleno sol, pudiendo así cultivarse tanto en exterior como en maceta. Es además una planta con una gran resistencia al frío, pudiendo aguantar muchas de sus especies las heladas sin demasiados problemas, incluso algunas fuertes.

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Riego del crocus

Esta planta es muy resistente a la sequía, por lo que es uno de esos casos habituales en que quedarse corto es preferible a excederse. El riego puede realizarse 1 o 2 veces por semana, pero esto dependerá en gran medida del clima y las características del suelo, por lo que resulta mucho más fiable fijarse en el estado de humedad de la tierra y el sustrato.

Cuando el suelo esté seco, se debe aplicar un riego moderado en la base de la planta, procurando no mojar la parte aérea para evitar futuros problemas de exceso de humedad. No se debe nunca encharcar al regar, pues esto podría asfixiar a la planta o provocar la pudrición de las raíces. Después de la floración, una vez la planta entre en reposo vegetativo, hay que reducir los riegos mucho hasta que vuelva a activarse.

Suelo para el crocus

Lo más importante en cuanto al sustrato del crocus es que ofrezca un drenaje lo mejor posible ya que, como acabamos de mencionar, la planta no tolera el encharcamiento. Tampoco necesita sustratos excesivamente ricos en nutrientes y, de hecho, puede sobrevivir incluso en suelos muy pobres, aunque si lo que quieres es que produzca una floración abundante y bonita debes darle nutrientes para ello.

Recomendamos usar nuestra mezcla universal de sustrato para semillero: mezcla humus de lombriz, fibra de coco y turba a partes iguales y añade un puñado de vermiculita y otro de perlita. Remueve bien y obtendrás una mezcla ligera, de gran drenaje y con unas capacidades óptimas de retención de agua, además de muy rica en nutrientes y microorganismos beneficiosos.

En jardín, si no estás seguro de donde plantar, riega con una manguera y fíjate en dónde el agua se acumula formando charcos y dónde no, para saber que donde el drenaje sea bueno tu crocus no tendrá problemas.

Sembrar el crocus

Plantado en maceta o en jardín, es importante que los bulbos no se toquen entre ellos al colocarlos, a entre 5 y 8 cm de profundidad. Como siempre con estos casos, es vital prestar atención a que el bulbo quede orientado hacia arriba y regar tras plantar para aportarle al suelo el nivel adecuado de humedad, siendo necesario habitualmente un primer riego bastante más abundante de lo habitual, aunque sin encharcar.

En maceta, lo ideal es dejar unos 5 cm de separación entre bulbos, aunque cuando se planta en una zona muy espaciosa o grande pueden guardarse hasta 15 cm de separación entre ellos.

Plagas y enfermedades del crocus

La planta es bastante resistente al ataque de las plagas y enfermedades más comunes, siendo los factores de riesgo más habituales los hongos por exceso de humedad y los topos en zonas rurales, que pueden buscar los bulbos para alimentarse de ellos.

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