Cuidados del abeto

Cuidados del abeto

El abeto es ampliamente conocido en buena parte del mundo como el árbol de Navidad por excelencia. Actualmente es muy común optar por árboles artificiales como el abeto de Navidad por muchos motivos, pero aún queda mucha gente que no concibe estas fiestas sin contar con un auténtico abeto natural.

Esto no tiene por qué ser un problema si se cumplen con las condiciones adecuadas. Cuidar un abeto para que viva no solo durante toda la Navidad, sino durante muchos años más, es perfectamente posible. Si quieres aprender cuáles son los cuidados del abeto para poder mantenerlo más sano, fuerte y bonito cada año, acompáñanos en este artículo de EcologíaVerde.

Características del abeto

El abeto común recibe el nombre científico Abies alba, aunque en realidad podemos encontrar un gran número de variedades y especies de árboles que se comercializan como abetos o árboles de Navidad, la mayoría de ellos del género Abies.

Se trata en todos los casos de árboles de la familia de las pináceas, que son árboles con piñas con origen en las montañas de Europa. Pueden llegar a alcanzar grandes alturas, en ocasiones de hasta 50 o 60 metros, aunque los abetos que encontramos como árboles de Navidad son, lógicamente, mucho más pequeños. Son árboles de porte piramidal, con un tronco columnar de corteza blanquecina que se oscurece con la edad.

Las hojas son lineales en forma de aguja aunque no pinchan y son perennes, de ahí su éxito como árbol de Navidad. El abeto da su floración en primavera, normalmente alrededor de abril en el hemisferio norte, con conos que están listos para el siguiente otoño.

Cómo elegir un abeto para Navidad

Cuando se busca un abeto natural para celebrar las Fiestas, siempre querremos que el árbol sobreviva a la Navidad para que pueda acompañarnos muchos años más. Esto no es posible en el interior de casa, pero trasplantándolo al jardín o llevando el abeto en maceta que sea lo suficientemente grande y en el exterior, es perfectamente posible disfrutar de un abeto durante tanto tiempo como queramos.

Sin embargo, hay un punto muy importante para lograr esto: elegir bien el árbol que se adquiere. Muchos comercializadores tienden a vender abetos de Navidad a los que se han cortado las raíces sin cuidado alguno para sacarlos, por lo que será imposible hacerlos aguantar más allá de las Fiestas. Para evitar esta práctica cruel es importante asegurarse de adquirir siempre abetos con sus raíces adecuadamente extraídas, que conserven un cepellón que permita replantarlos sin problemas. Además, muchos los venden ya plantados en una maceta más o menos grande.

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Clima y ubicación para el abeto

Este árbol proviene de climas montañosos y moderadamente fríos, por lo que no resulta difícil entender por qué el calor del interior de nuestros hogares no le sienta nada bien. Además, el árbol tiende a sufrir un drástico cambio cuando se adquiere en Navidades, pasando en un instante de las bajas temperaturas de la calle a los 20 ºC que la mayoría de hogares mantienen.

El abeto necesita de una temperatura lo más fresca posible, en una zona bien iluminada, a poder ser con luz del sol directa cerca de alguna ventana. Es especialmente importante mantenerlo lejos de las fuentes de calor, como el aire acondicionado o los radiadores de calefacción, que secan rápidamente al abeto.

También es un detalle importante, en este sentido, destacar que si se usan luces de Navidad sobre el árbol, deben ser siempre luces LED para que no produzcan calor. Incluso las bombillas pequeñas tradicionales irradian calor, y este será especialmente estresante y dañino para el abeto natural.

Por último, si pasadas las Fiestas se trasplanta el abeto en maceta, en el exterior, debe usarse un recipiente con muchos agujeros de drenaje y con una buena profundidad, ya que las raíces del abeto se desarrollan considerablemente hacia abajo. Otra opción, y la mejor si realmente disponemos de ella, es plantar el abeto en el suelo del jardín o terreno, donde crecerá mucho.

Riego del abeto

El abeto necesita una cantidad de humedad constante, por lo que los riegos deben ser muy frecuentes aunque no demasiado abundantes. Lo ideal es mantener cierto nivel de humedad en el sustrato, evitando siempre encharcamientos y acumulaciones de agua que harían daño a las raíces.

Riégalo cada día si lo tienes en el interior, sin anegar y asegurándote de retirar el agua sobrante del plato diez minutos después de haberlo regado. En exterior, con una temperatura y entorno más fríos y adecuados, necesitará mucho menos riego, aunque en verano será necesario volver a aumentar la frecuencia.

También es recomendable pulverizar agua sobre sus hojas una o dos veces al día para combatir la sequedad que la calefacción de los hogares provoca en invierno, incluso si el árbol está alejado de las fuentes de calor.

Suelo para el abeto

Estos árboles necesitan de suelos bien drenados que los protejan del encharcamiento que su alta necesidad de humedad podría provocar, además de una buena cantidad de nutrientes. Lo ideal es preparar una mezcla con fibra de coco, turba y humus de lombriz a partes iguales, a la que se puede añadir perlita y vermiculita.

En el jardín, bastará con buscar una zona con un buen drenaje y añadir al suelo el humus de lombriz, la vermiculita y la perlita, para así enriquecerlo lo suficiente. Tanto así, como el abeto en maceta, bastará con volver a añadir humus de lombriz a la capa superficial en primavera y verano para renovar su aporte de nutrientes.

Ahora que ya sabes cuales son los cuidados del abeto, también te puede interesar leer este artículo de EcologíaVerde sobre las Flores y plantas de Navidad.

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