Cultivo y cuidados de la madreselva

Cultivo y cuidados de la madreselva

Las plantas trepadoras son grandes aliadas para nuestro jardín. Son plantas que pueden ayudar a conseguir un rincón agradable y fresco. Además, el hecho de que sean trepadoras permite renaturalizar cualquier pared o estructura artificial, lo que las convierte en un apoyo importante a la hora de ocultar o mejorar zonas como muros o barandillas. Una de estas plantas trepadoras que deberías conocer es la madreselva. Esta planta trepadora se caracteriza por crecer con bastante facilidad y por soportar bastante bien el frío, que es uno de los requisitos más complicados de encontrar en muchas trepadoras. Si quieres conocer un poco más sobre el cultivo y cuidados de la madreselva sigue leyendo Ecología Verde y te lo contamos.

Cuidados de la madreselva

La madreselva es una planta trepadora que florece en primavera y que puede tener flores que van desde el blanco al amarillo o a tonos anaranjados. Estas flores se convertirán en frutos de tono rojizo. No obstante, hay que saber que estos frutos son venenosos, por lo que es importante evitar que tanto niños como animales puedan tomarlos. De hecho, si se consumen en exceso, pueden provocar vómitos y diarreas.

Se trata de una planta de hojas perennes, lo que hace que esté poblada durante todo el año, incluido el invierno. De hecho, se trata de una planta trepadora que resiste bastante bien el frío. Puede llegar a soportar temperaturas de hasta -15 grados. De este modo, se convierte en una planta trepadora muy recomendable en lugares y zonas donde los inviernos son fríos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que también es una planta que no tolera bien el exceso de luz. En concreto, los rayos directos del sol. Por ello, lo mejor será colocarla en una zona en la que reciba la luz de forma indirecta o filtrada. Si está en un jardín, donde la luz del sol es abundante, lo mejor será colocarla de tal forma que solo le dé la luz del sol de la mañana. En este sentido, lo más importante será evitar los rayos del mediodía, que son los más fuertes e intensos, y también los que más pueden afectar a la madreselva. Hay que tener en cuenta que, si se la somete a un exceso de luz, puede paralizar su crecimiento.

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Poda de la madreselva

Como ya hemos explicado anteriormente la madreselva es una planta trapadora. Por ello, es fundamental colocarla, tanto si está en maceta como en suelo, cerca de algún elemento por donde pueda trepar. La madreselva crecerá bien cerca de árboles o estructuras artificiales tales como muros o barandillas. Lo importante es tener en cuenta que tenga acceso a algún tipo de elemento que le permita trepar, la naturaleza de la estructura es secundaria.

La madreselva es una planta que tolera bastante bien la poda. Es por esto que se puede llevar a cabo en cualquier período del año. No obstante, siempre será mejor hacerlo en otoño o invierno. Lo más recomendable será evitar los momentos de la floración en primavera. Sin embargo, incluso si se hace en este momento, lo más probable es que la planta responda favorablemente.

La hiedra es otra de las plantas trepadoras para todo el año.

Riego de la madreselva

Respecto al riego de la madreselva, hay que saber que se trata de una planta que tolera mejor la sequía que el exceso de agua. No obstante, es importante regarla con cierta frecuencia. Lo más recomendable será regar una vez por semana en invierno y dos o tres a lo sumo en verano. Se recomienda dejar que el suelo se seque en la parte superior antes de volver a regarla. Así mismo, es muy importante evitar que el suelo o la maceta se encharque. En el caso de que el plato de la maceta contenga mucha agua, lo mejor será vaciarlo.

Cultivo de la madreselva

La madreselva es una planta que florece en primavera. Por ello, se recomienda realizar su trasplante antes del período de floración, desde otoño a finales del invierno. Hacerlo durante la etapa de floración o el verano podría conllevar que, ese año, la planta detuviera su crecimiento. No obstante, lo más habitual será que, al año siguiente, retome el crecimiento normal.

La madreselva se puede cultivar tanto a través de la plantación de las semillas como haciéndolo a través de esquejes. Hay que tener en cuenta que el crecimiento por semillas, aunque será rápido en algunos casos, puede conllevar que la planta no florezca hasta pasados un par de años. Por ello, lo más común es hacerlo mediante esquejes de una planta adulta. En estos casos, bastará con colocar los esquejes en agua durante un par de semanas o hasta que la rama empiece a echar raíces. En este momento, se trasplantará a la tierra. Se puede trasplantar tanto en maceta como en suelo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que en una maceta el crecimiento será más lento. No obstante, lo que sí que se podrá hacer es colocarla al principio en una maceta y, cuando la planta haya arraigado con fuerza, trasplantarla a una maceta mayor o directamente al suelo.

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