Dónde viven los elefantes y de qué se alimentan

El elefante es un mamífero herbívoro, inteligente, con mucha memoria, sociable y protector de su manada. Científicamente denominado Elephantidae, el elefante pertenece al grupo de los paquidermos, donde también se incluyen otras especies popularmente conocidas como el rinoceronte, el hipopótamo, el tapir y el jabalí.

Una de sus principales herramientas, así como su parte física más característica, es su larga trompa. Sin estructura ósea pero sí con más de 350.000 músculos, esta herramienta le permite alcanzar ramas altas para alimentarse, hidratarse, asearse e incluso comunicarse. Para casi todas las actividades diarias que los elefantes realizan necesitan su trompa. No obstante, hay otras características de los elefantes muy importantes y que incluimos a continuación para que los podáis conocer mejor:

Rasgos y características principales de los elefantes

• Velocidad: a pesar de su corpulencia, los elefantes pueden alcanzar una velocidad de 40 km/h.
• Esperanza de vida: entre 40 y 60 años en libertad, aunque en ciertos casos pueden alcanzar hasta los 90 años.
• Reproducción: las hembras tienen crías cada 4 o 5 años, tras 22 meses de gestación, y cuidan a sus pequeños durante años, a menudo ayudadas por otras hembras de la manada.
• Comunicación: los elefantes usan sonidos de baja frecuencia para comunicarse entre ellos, así como su trompa y tacto, muy importante para esta especie. Se saludan, por ejemplo, acercándose y enroscándose la trompa.
• Memoria: estos animales destacan por su sorprendente memoria. Su cerebro, el más grande del reino animal, les permite recordar a los miembros de su grupo durante toda su vida, aunque no convivan con ellos.
• Emociones: ayudan y colaboran entre los miembros y acarician y permanecen junto a los miembros fallecidos durante días.

Aunque en el pasado existían más de 300 especies de elefantes, en la actualidad solo persisten dos tipos, el africano y el asiático. Ambos tipos comparten muchas características, como ser animales fuertes, grandes, pesados, poderosos y con largas trompas y piel gruesa, arrugada y con poco pelo. Sin embargo, existen claras diferencias entre ambas especies:

Elefante africano (Loxodonta africana y Loxodonta cyclotis )

• Dimensiones: aproximadamente 3 metros de alto y 7 metros de largo.
• Peso: hasta 8 toneladas.
• Orejas: orejas muy grandes en forma de abanico.
• Colmillos: tanto machos como hembras poseen largos y curvos colmillos.
• Dedos: este tipo de elefantes tienen cinco dedos en las patas delanteras y tres en las traseras.
• Nivel de amenaza: vulnerable según la Lista Roja de la IUCN. Una de sus mayores amenazas es el tráfico de marfil de sus colmillos.
• Subespecies: elefante de la sabana y elefante de selva.

Elefante asiático (Elephas maximus)

• Dimensiones: aproximadamente 2,5 metros de alto y 6 metros de largo.
• Peso: entre 5 y 6 toneladas.
• Orejas: mucho más pequeñas que las de los africanos y con una forma más recta.
• Colmillos: las hembras no tienen colmillos y solo algunos machos los poseen.
• Dedos: cinco dedos en la parte delantera y cuatro en la trasera.
• Nivel de amenaza: en peligro. Algunas de las causas de su precaria situación se deben a la destrucción de su hábitat y a la caza.
• Subespecies: no hay.

En este otro artículo de EcologíaVerde te mostramos Cuáles son las diferencias entre los elefantes africanos y asiáticos.

En primer lugar, los cerca de 400.000 elefantes africanos que se estima que viven en estado salvaje necesitan disponer de grandes extensiones de terreno para vivir, así como abundancia de alimento y agua. Concretamente, estos paquidermos se dividen en dos subespecies, los elefantes de la sabana, que son los más comunes y de mayor tamaño, y los elefantes de selva. Los primeros están mejor habituados a vivir en zonas con climas cálidos, como en la sabana, donde sus enormes orejas les ayudan a disipar el calor y a evitar el sobrecalentamiento, mientras que los segundos suelen habitar lugares un poco más fríos y húmedos, como bosques y selvas.

Por otro lado, se estima que en la actualidad quedan cerca de 50.000 elefantes asiáticos en estado de libertar. Este número de ejemplares está distribuido en áreas propias de las regiones de India, Sri Lanka, Bangladesh, Sumatra y Borneo, aunque también pueden encontrarse algunos ejemplares en áreas más frías, como en el sur del Himalaya o en las proximidades de río Yangtsé. De cualquier manera, las condiciones de las zonas donde habitan suelen ser áreas frondosas y con abundantes lluvias, matorrales y vegetación baja.

En ambos casos, los grupos de elefantes están organizados en estructuras sociales con una matriarca líder, la hembra de mayor edad y la más sabia del grupo, junto a otras hembras y sus crías, quienes no suelen separarse más de uno o dos metros de sus madres. Así, las hembras muestran ser animales sociales, solidarios, protectores y amantes de la vida familiar. Los machos, en cambio, suelen apartarse para vivir en soledad cuando alcanzan la adolescencia, aunque también pueden agruparse con otros machos, pero los lazos que les unen no son tan estrechos como en el caso de las hembras.

Para terminar de hablar sobre estos grandes mamíferos terrestres, solo nos queda aclarar de qué se alimentan los elefantes.

Ambas subclases de elefantes son especies herbívoras, lo que significa que comen hojas de árboles, cortezas suaves, frutas, hierbas, tallos, raíces y todo tipo de alimentos vegetales. Dado su gran tamaño, no es raro que necesiten ingerir enormes cantidades de comida a diario. Los elefantes comen entre 120 y 130 kilos de alimento diariamente y, aproximadamente, invierten 13 horas de su tiempo en el proceso de alimentación.

Cabe destacar que las mamás elefantes consumen aún mayores cantidades de comida dadas sus necesidades de producción de leche. Por su parte, las crías, de hasta 100 kg de peso al nacer, maman de sus progenitoras hasta los tres años, aunque ocasionalmente pueden comer algunos tipos de plantas.

Una vez más, la trompa de los elefantes que está formada por la nariz y el labio superior, cobra gran protagonismo en la tarea de la alimentación. Se valen de ella para palpar, beber, oler y seleccionar los alimentos más tiernos y apetitosos, como si de una mano-nariz se tratase. También aprovechan su fuerza y tamaño para obtener comida, arrancando o zarandeando árboles o incluso poniéndose de pie para alcanzar ciertas ramas.

Por otro lado, los elefantes también tienen la necesidad de refrescarse y beber abundante agua, ingiriendo hasta 10 litros de agua por trago, 140 litros al día. Es por eso por lo que estos animales necesitan estar siempre cerca de fuentes de agua para abastecer sus necesidades.

En general, es muy común observar elefantes inspeccionando el terreno para seleccionar su comida, aunque al final se llevan casi cualquier cosa a la boca ¡les encanta comer! Sin embargo, tienen un problema, aunque sus grandes muelas les permiten masticar el alimento y convertirlo en una pasta, en muchos casos tienen ciertas dificultades digestivas, especialmente los elefantes de mayor edad, por lo que les cuesta digerir por completo los alimentos. Por ello, es común ver restos de fibras vegetales e, incluso, hojas enteras en las heces. Debido a esto, también es frecuente ver que los elefantes rebuscan entre las heces propias y de otros individuos en busca de más alimento, sobre todo en zonas en las que puede haber épocas de escasez de alimentos, como en algunas de África.

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