Evolución convergente: ejemplos y definición

Evolución convergente: ejemplos y definición

La biodiversidad tan rica y variada que conocemos hoy en día es resultado de los procesos y presiones medioambientales que han provocado que se creen cientos de especies, cada una sorprendentemente adaptada a su entorno. Dentro de estos mecanismos está la evolución convergente. Sigue leyendo este artículo de EcologíaVerde para conocer más sobre la convergencia evolutiva o, dicho de otra manera, la definición de evolución convergente, ejemplos y causas para que comprendas mejor de qué se trata.

Qué es la evolución convergente

La evolución convergente es un mecanismo que ocurre en los seres vivos donde se desarrollan estructuras para dominar un medio, pero que tienen un origen diferente al que normalmente tienen. Todos los grupos tienen una cierta orientación y adaptación a su medio como resultado de su origen. Pero con la evolución convergente los animales han podido adaptarse a hábitats diferentes a los de sus antecesores para parecerse a los que son propios de ciertos hábitats.

Por ejemplo, sabemos que los mamíferos son animales terrestres que caminan sea en dos o cuatro patas. Aun así, cuando existen presiones del medio, los organismos pueden adaptarse a él desarrollando estructuras similares a los organismos que sí dominan el medio acuático. Es así como tenemos algunos especiales mamíferos acuáticos y otros voladores. Más adelante te presentaremos algunos ejemplos.

Los caracteres que se generan por evolución convergente son llamadas estructuras análogas, porque son análogas a estructuras de otros grupos. Dichos caracteres se formarán por modificaciones a diferentes niveles, por ejemplo a nivel genético o a nivel molecular.

Dentro de la evolución convergente pueden ocurrir atavismos: son rasgos que un organismo perdió y que volvieron a aparecer. Estos cambios no solamente pueden ocurrir simultáneamente, sino que incluso es más común que ocurran en espacios de tiempo diferentes.

Causas de la evolución convergente

La evolución convergente puede ocurrir por diferentes causas, entre las que encontramos:

  • Condiciones similares en el entorno: los organismos que tienen estructuras análogas y que no están filogenéticamente emparentados las desarrollan para poder desarrollarse en un hábitat determinado.
  • Nicho compartido: cuando dos especies se adaptan a un nicho particular, aunque tengan orígenes diferentes. Recordemos que un nicho es un papel que juega un organismo en un ecosistema.

Ejemplos de evolución convergente

Ahora que hemos visto la definición de evolución convergente y sus causas, vamos a centrarnos en los ejemplos. Algunos de los ejemplos de evolución convergente que podemos destacar son:

Aletas en ballenas

Las ballenas son animales mamíferos, lo que quiere decir que son similares a nosotros. Su antecesor evolutivo Pakicetus era similar a un perro: tenía cuatro patas y era de hábitos terrestres. Por falta de alimento fue acercándose a cuerpos de agua para alimentarse. Con el paso del tiempo, estos organismos fueron adentrándose más y más al agua hasta que desarrollaron aletas a partir de sus manos.

Estas son análogas a las aletas de un pez, pero tienen orígenes diferentes. Por dentro, las aletas de una ballena se componen de “manos” como las nuestras y con los mismos huesos pero reacomodados, mientras que los peces tienen radios o espinas. Su cola también es una estructura análoga a los peces verdaderos.

No dudes en echarle un vistazo a los siguiente artículos de EcologíaVerde sobre los Tipos de ballenas y la Evolución de las ballenas para tener más información sobre el tema.

Alas en murciélagos

Los murciélagos también son mamíferos, lo que significa que no tenían estructuras para volar. Aun así, lograron independizarse del suelo desarrollando unas manos muy grandes con membranas interdigitales para formar alas completamente funcionales.

¿Los murciélagos son ciegos? Descubre la respuesta en el siguiente post.

Ojos de pulpos

Los ojos de los cefalópodos y de los vertebrados son sorprendentemente parecidos. Ambos tienen retina, cristalino, fibras nerviosas e iris. Este ejemplo es muy llamativo porque es muy claro que vertebrados e invertebrados somos completamente opuestos. Pero el requerimiento de los pulpos para ver, logró que se desarrollaran ojos similares a los nuestros.

Euphorbia y cactáceas

Las cactáceas son las plantas por excelencia de los ecosistemas secos y calientes. Son originarias de América, con talos que están adaptados a almacenar agua y requerir poco riego para sobrevivir. Aun así, en Europa existen plantas con características similares, como por ejemplo las Euphorbias.

Gran parte de ellas son las plantas suculentas para almacenar agua en sus tejidos, pero no están emparentadas con las cactáceas. Algunas especies de este género se adaptaron a las condiciones de su medio para tener caracteres análogos a las cactáceas como el desarrollo de espinas y tejidos para retener agua.

Proteasas

A nivel molecular también tenemos ejemplos de evolución convergente. Las proteasas son las catalizadoras de reacciones químicas dentro de los organismos y están presentes en todos los seres vivos. Aunque no estén cercanamente emparentados la dinámica de las proteínas se han repetido independientemente de forma convergente para responder a los requerimientos a nivel molecular.

Cánidos y lobos de Tasmania

Conocemos bien la estructura de los cánidos: tienen cuatro patas largas, una altura mediana y una cabeza con hocico bien definido y filosos colmillos. Sabemos también que son mamíferos placentarios. Si has visto una fotografía del lobo de Tasmania Thylacinus cynocephalus, que se extinguió recientemente, podrías pensar que también es un cánido por su estructura corporal.

Lo cierto es que se trata de un lobo marsupial, lo que significa que las hembras tenían un marsupio donde guardaban a sus crías para amamantarlos hasta que terminaran su desarrollo. Estos tilacinos evolucionaron para cubrir el nicho depredador de los cánidos.

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Bibliografía
  • Gómez-Pompa, A., Barrera, A., Gutiérrez-Vázquez, J., & Halffter, G. (1980). Biología: Unidad, Diversidad y Continuidad de los Seres Vivos. Ciudad de México: Consejo Nacional para la Enseñanza de la Biología.