Ideas para decorar el jardín con objetos rotos

Las macetas rotas son otr. Cuando uno ve el derroche de ingenio y fantasía que atesoran algunas creaciones virales entiende que tirar a la basura una maceta rota es una auténtica pena.

Las macetas de terracota son las principales candidatas para ganar el premio a mejor resultado. Las imágenes lo atestiguan, pero a su vez sirven de inspiración para conseguir grandes cosas con otro tipo de macetas. El material, al final, es lo de menos. Sobre todo, cuando hay imaginación e ilusión.

Lo curioso es que se trata más de tener paciencia e ir construyendo un pequeño universo dentro de la maceta que de ser un manitas. Un trabajo que va dando sus frutos, muy agradecido, demostrando aquello de que piano piano si arriva lontano.

¿Pero, y si no tenemos ganas de iniciar un proyecto tan elaborado, a corto ni a largo plazo? Una solución es hacer una versión más sencilla. Bastará con captar la esencia de la propuesta para hacer la nuestra. Sin más complicaciones, simplemente aprovechando una maceta rota con un resultado mínimamente decorativo.

Como segunda opción, acabemos de romper la maceta y aprovechemos los trozos como señaladores de distintos cultivos. En la imagen puede verse lo bonito que queda, incluso cuando los trozos son desiguales. Ahí está la gracia, en realidad.

Las sillas, por su parte, son un clásico del reciclaje creativo. El efecto que se logra es espectacular. El asiento debe eliminarse, es la única condición, pero por lo general se aprovechan sillas rotas para este uso, por lo que no debería representar problema, si bien deben tratarse para protegerlas de la intemperie. Se trata, en suma, de utilizar la silla a modo de macetero alto. De esta manera, lucen preciosas las plantas, sobre todo cuando son colgantes y tienen flores de colores.

Las copas que se quedan sin la base parecen estar condenadas a acabar en el cubo de la basura. Sin embargo, dan tanto de sí como portavelas que ante una imagen como la que abre el post realmente sobran las palabras. Solo añadir que quedaría genial también con velas flotantes, tanto enterrándolas en el suelo como sobre macetas o jardineras.

Los platos son otro filón que no podemos dejar escapar. Tanto si tenemos jardín como si vivimos en un apartamento, sus posibilidades de reciclaje merecen ser tenidas en cuenta. En este post destacamos sus posibilidades para convertir aceras, mosaicos en la pared, fuentes, estanques o cualquier otra superficie en una pequeña gran obra de arte.

Igualmente, pueden hacerse proyectos de interior fantásticos. Lo más complicado será reunir la cantidad de trozos necesaria para llevarlo a cabo, aunque el número dependerá de qué pretendamos realizar. Luego, tan solo hemos de ir colocando los trocitos de forma aleatoria o siguiendo un cierto orden. Por ejemplo, de forma concéntrica, por colores, formas o de la manera que prefiramos.

Los platos que tienen unas pequeñas muescas son ideales para fabricar un alpistero que alimente a las aves silvestres. Entre otras razones, porque pueden apoyarse cuando comen y es fundamental que tengan una buena limpieza para evitar posibles contagios entre los pájaros.

Por último, los platos que se rompen en trozos relativamente grandes nos sirven también como señaladores de cultivos o, si lo preferimos, para escribir alguna frase motivadora. Y, por supuesto, siempre estaremos a tiempo de seguir rompiéndolos para hacer un mosaico.

En muchas culturas romper la vajilla da buena suerte. No se trata de ir a hacerla trizas, pero si ocurre, ya sabemos que, dentro de la desgracia, también hemos tenido suerte. Cosas del reciclaje creativo...

Sea como fuere, el objetivo que tenemos es siempre el mismo: convertir un desecho en un objeto decorativo que alegre nuestro jardín y, todavía mejor, además sea funcional. ¿Difícil, casi casi la cuadratura del círculo? Nada de eso, solo hay que atreverse a romper el hielo, nunca mejor dicho. Y, una vez roto, ver qué hacemos con él para decorar, raudos y veloces, antes de que se derrita...

Fuera de bromas, hay otros materiales mucho más durables que un trozo de hielo fuera del congelador. Son objetos que tienen una larga vida útil, salvo que se rompan, y por desgracia lo hacen a menudo. Hablamos de las copas, los neumáticos de coche, las macetas, las viejas sillas o, por ejemplo, los platos y demás vajilla.

En la imagen superior puede verse lo mucho que dan de sí un par de ruedas pinchadas. Se les ha quitado la cámara y convertido en jardineras bien originales. Si bien cualquier planta puede quedar bonita, en este caso se juega con la variedad, distintas alturas y el protagonismo de las flores. Ese contraste entre la delicadeza de las plantitas elegidas y la rudeza del neumático resulta muy decorativa.

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