Impacto ambiental del petróleo y el gas natural

Impacto ambiental del petróleo y el gas natural

El petróleo y el gas natural pertenecen a la clase de recursos energéticos que conocemos como combustibles fósiles. Estos combustibles fósiles se llaman así porque se han formado a partir de fósiles vegetales y animales que quedaron sepultados en el interior de la corteza terrestre durante milenios y se han ido transformando debido a las altas presiones y temperaturas. El petróleo y el gas natural son dos de los combustibles fósiles más usados y más codiciados por la industria energética y química.

Por desgracia, estas fuentes de energía no son ilimitadas y tanto su extracción como su tratamiento y su uso tienen consecuencias negativas en el medio ambiente y precisamente por eso en EcologíaVerde vamos a hablaros del impacto ambiental del petróleo y el gas natural.

Qué es el petróleo

El petróleo es un líquido aceitoso o viscoso de color oscuro, con olor acre y con una mayor densidad que el agua. Se trata de un líquido mineral que ha estado confinado en el interior de la Tierra durante cientos y miles de años y que tiene un gran potencial energético.

Este líquido oscuro se formó a partir de organismos animales y vegetales marinos que cuando morían se iban depositando en la profundidad de los océanos. También ocurría en las desembocaduras de los ríos, lagunas, lagos y costas. Estos restos fueron degradados por las comunidades bacterianas y fueron quedando ocultos bajo rocas y sedimentos. Con el tiempo, la presión ejercida por las capas de sedimentos y el océano fueron modificando la estructura y composición de estos restos hasta que se transformaron en hidrocarburos (moléculas de carbono e hidrógeno), azufre, oxígeno, nitrógeno y otros gases.

Por otro lado, esa misma presión hace que el petróleo salga expulsado hacia la superficie terrestre a través de canales y grietas de las rocas sedimentarias que hay encima. El petróleo puede manar directamente a la superficie o si se encuentra con una roca porosa e incomprensible puede quedar almacenado ahí, este tipo de roca se conoce como roca almacén.

Sin embargo, ese primer petróleo o crudo, como se llama normalmente, que se extrae no puede usarse directamente. Para eso hay que someterlo a un proceso de refinado, que se basa principalmente en la destilación fraccionada. Al aplicar distintas temperaturas se obtienen productos como el metano, el etano, el propano, el butano, gasolina, queroseno, fuelóleo, parafinas o alquitranes a los que se les puede dar uso.

Qué es el gas natural

El gas natural al igual que el petróleo también está formado por hidrocarburos. Estos hidrocarburos son más ligeros y por eso se encuentran en estado gaseoso. El gas natural está mayormente compuesto por metano y etano, aunque también puede contener propano, butano y otros hidrocarburos más pesados. Cuando los hidrocarburos son de orden superior al metano, es decir, más de un carbono, se conoce como gas rico, en el caso contrario se le llama gas seco. El gas natural puede contener otros gases que se consideren impurezas, como vapor de agua, dióxido de carbono, nitrógeno, sulfuro de hidrógeno o helio.

El gas natural, al igual que el petróleo se encuentra en yacimientos subterráneos. Puede estar asociado al petróleo o puede encontrarse de forma separada. El origen del gas es el mismo que del petróleo y procede de la acción de los microrganismos sobre los restos orgánicos almacenados en la roca. Debido a la degradación de los restos, se liberaban gases que quedaron almacenados en el interior de la Tierra y que posteriormente dieron lugar al gas natural.

Aprende más sobre este combustible fósil con este otro artículo sobre Por qué el gas natural es una energía no renovable.

El gran impacto ambiental del petróleo y el gas natural

A continuación, vamos a hablar de los principales impactos del petróleo y el gas natural en el medio ambiente, así como de los impactos que tienen otras actividades relacionadas con ellos.

Contaminación del planeta

Tanto la extracción, como el tratamiento y el consumo del petróleo y del gas natural pueden contaminar los diferentes elementos básicos de la naturaleza: aire, agua y tierra.

Como ya sabemos el petróleo y el gas natural son fuentes de energía no renovables y además contribuyen al efecto invernadero. Su combustión emite gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono (CO2) o el metano entre otros, que se van acumulando en la atmósfera y favoreciendo el calentamiento global. El petróleo y el gas natural se emplea en numerosas actividades cotidianas (transporte, calefacción, etc.) y actividades industriales. Aunque es verdad que la combustión de gas natural produce menos dióxido de carbono que el petróleo (en torno a un 15 -20% menos CO2 que la gasolina), sí que libera otros gases muy contaminantes como mercurio y óxidos de nitrógeno y azufre que además son los responsables de fenómenos como la lluvia ácida y el smog. Durante su extracción también se eliminan gases y partículas que aumentan la contaminación atmosférica.

Por otro lado, su extracción y transporte también producen contaminación del agua y también contaminación de los suelos de alrededor. Su extracción en muchos casos conlleva la fractura del terreno y esto puede provocar fugas de los gases y del petróleo hacia las aguas subterráneas y mares. Además, el hecho de fracturar el terreno hace que se pierda el suelo y que sea más susceptible a la erosión, debido a su contaminación producida por la adición de sustancias para extraer el oro negro y de los restos de este tras su paso por el material rocoso.

El transporte de estos dos combustibles fósiles también entraña riesgos para el medio ambiente como fugas o accidentes, la construcción de oleoductos y gasoductos y las emisiones de los vehículos que los transportan hacia las industrias o lugares donde se les va a tratar.

Para poner un ejemplo más concreto, aquí puedes conocer un tipo de contaminación grave que puede producir el petróleo: Las mareas negras.

Oleoductos y gasoductos

Los oleoductos y los gasoductos son las redes de tuberías que se construyen para transportar el petróleo y el gas natural, respectivamente, desde el punto de extracción hasta el lugar de refinado o tratamiento. Como se puede deducir esto está muy relacionado con el apartado anterior pues su transporte conlleva riesgos de fugas y accidentes que pueden contaminar cualquier lugar.

Además, hay que tener en cuenta que normalmente los yacimientos se encuentran en zonas muy alejadas de las ciudades y lugares inhóspitos y deshabitados (desiertos, selvas, océanos), por tanto, estas tuberías son de una longitud inmensa. La construcción de oleoductos y gasoductos también conlleva otros impactos ambientales y pueden suponer una barrera al movimiento de las especies en los ecosistemas que atraviesan.

Accidentes

Accidentes como el de la plataforma petrolera del Golfo de México en abril del 2010 o el accidente del buque Prestige en 2002 que transportaba petróleo en las costas gallegas tienen impactos muy negativos en el medio ambiente. Estos accidentes y otros muchos a lo largo de la historia han provocado la muerte de muchos seres vivos (especialmente afectan a las aves), han contaminado las aguas y playas durante muchos años y han afectado a las actividades socioeconómicas de las zonas. En muchos casos estos accidentes están causados por la falta de inversión en infraestructuras de calidad y labores de vigilancia, así como descuidos humanos y sobre todo por falta de concienciación sobre el medio ambiente. En otros casos se producen vertidos intencionadamente lo cual es aún más preocupante.

En este otro post de EcologíaVerde te mostramos 7 desastres naturales causados por el hombre.

Fracking

El fracking es una técnica que está muy en boga y se basa en la generación de fisuras en la roca para aumentar la extracción y favorecer que tanto el petróleo como el gas natural fluyan al exterior a través de un pozo. A través de este método se inyecta agua a alta presión para que se abra una fractura controlada en el fondo del pozo. Un problema adicional es la introducción de sustancias químicas que se añaden en esta fase de la producción y que además escapan a la atmósfera.

Dentro de los impactos ambientales de esta técnica se subrayan la contaminación de los acuíferos y aguas subterráneas, el elevado consumo de agua, la contaminación acústica, de la atmósfera y del suelo debido al movimiento de los gases y productos químicos y vertidos y además la generación de temblores o movimientos sísmicos. También puede tener efectos sobre la salud de los trabajadores y los habitantes del entorno

Deforestación y pérdida de biodiversidad

Como hemos mencionado antes los accidentes pueden causar la muerte y el envenenamiento de muchos seres vivos. Además, la prospección de ambos recursos conlleva la construcción de plantas petrolíferas que molestan a las especies y hacen que se desplacen a otros lugares o, en otros casos, impiden su desplazamiento, ya que dichas infraestructuras suponen una barrera para la migración. Por otro lado, los ecosistemas también se contaminan debido a los vertidos, al uso de productos químicos y a los gases y residuos que se generan poniendo en peligro a las comunidades de seres vivos y produciendo pérdida de la biodiversidad.

La extracción de petróleo y gas natural también contribuye a la deforestación del planeta, pues en muchos casos los yacimientos petrolíferos se encuentran en la profundidad de las selvas y los bosques por lo que es necesario talar los árboles. Esto supone la destrucción de numerosos hábitats y funciones ecológicas, así como la amenaza a la supervivencia de las especies que allí habitan.

Aquí puedes aprender más sobre las Causas de la deforestación.

Otros impactos

Existen otra clase de impactos que derivan de estos recursos, especialmente del petróleo. Este no solo se emplea como combustible, sino también como materia prima de la industria petroquímica. De la industria petroquímica proceden por ejemplo el 60% de los productos químicos y el 80% de los productos orgánicos que se comercializan. Algunos ejemplos de estos productos son abonos, plásticos, líquidos anticongelantes, detergentes y jabones, cauchos, colorantes, explosivos, disolventes, gasolinas, parafinas, fibras plastificantes y otros. La producción de estas sustancias genera aún más productos químicos tóxicos y la presencia de estos materiales o productos en el medio ambiente también suponen un problema ambiental grave como es hoy en día el problema de los plásticos.

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