El reciclaje es una de las acciones que más impacto tienen en el medio ambiente a la hora de reducir la huella de carbono y el nivel de residuos que se generan. Por ello, su implementación y popularización se extiende cada vez con más frecuencia. Además, dentro del reciclaje en general, hay que tener en cuenta que existe un tipo de reciclaje especialmente importante, que es el de los metales. Si quieres conocer la importancia de reciclaje de metales sigue leyendo Ecología Verde y te lo contamos.
¿De donde se obtienen los metales?
Los metales son uno de los materiales que más usamos hoy en día. De hecho, además de estar presentes en prácticamente todas las infraestructuras de transporte y arquitectura, también están presentes en nuestro día a día en forma de pequeños objetos que van, desde telefonía o envases, a otros más grandes como pueden ser electrodomésticos o coches.
Todo este uso de metales de diferentes tipos requiere una producción muy elevada de metal, especialmente de hierro y de aluminio, aunque también de otros metales menos comunes como son el zinc, el cadmio o el plomo por poner algunos ejemplos. La obtención de estos metales se lleva a cabo a partir de minas que, además de ser un proceso considerablemente caro, también es muy contaminante, ya que destruye el entorno en el que se ubican las minas y conlleva el gasto de tonelada de recursos naturales, especialmente energéticos e hídricos.
En el siguiente artículo puedes descubrir cómo afecta al medio ambiente la extracción de minerales.
La importancia del reciclaje de metales
Sin embargo, una de las grandes ventajas que tienen los metales es que son materiales relativamente fáciles de reciclar. En su mayoría, el proceso de reciclaje se lleva a cabo separando el metal del resto de materiales presentes en los residuos y en la chatarra. A continuación, se procede a su fundición, donde habrá que separar la escoria, que serán los restos de otros materiales que hayan llegado al proceso de fundición junto con el metal. Finalmente, el metal se enfría y se lo coloca en moldes para que tome la forma deseada, ya sean lingotes, planchas, o cualquier otro aspecto con el que se comercie el metal reciclado.
Este proceso es especialmente importante ya que, al reciclar el metal, los costes de su producción se abaratan considerablemente. Hay que tener en cuenta que obtener el metal de los residuos y de la chatarra es considerablemente más barato que hacerlo en las minas. En este sentido, se trata de una reducción del coste económico muy importante, pero, al mismo tiempo, de un coste medioambiental muy importante. Al reciclar los metales, evitamos tener que extraer tanta cantidad de metal de las minas, por lo que el impacto de las minas se reduce considerablemente. Además, también hay que tener en cuenta que, al reciclar metales en lugar de extraerlos vírgenes, también estamos reduciendo el impacto medioambiental al reducir su transporte, ya que, por lo general, el reciclaje del metal se lleva a cabo en los mismos lugares donde una gran parte de este metal será consumido a posteriori. Finalmente, al llevar a cabo el reciclaje de los metales, reducimos la presencia de residuos y basura que, además de ser un problema a la hora de gestionarla, también constituye una de las basuras más contaminantes que podemos encontrarnos.
¿Cuánto contaminan los metales?
Uno de los grandes problemas que presenta la basura generada por los metales es que se trata de una basura muy contaminante. Naturalmente, existen metales más peligrosos que otros. Sin embargo, algunos de ellos muy comunes en nuestro día a día, como pueden ser el aluminio de los envases, o muchos de los metales pesados presentes en equipos de informática o telefonía, así como en muchos electrodomésticos (cadmio, plomo, mercurio, arsénico, etcétera) son altamente contaminantes cuando se liberan en el medio ambiente, ya que son tóxicos y peligrosos para los seres vivos.
Debido a esto, el reciclaje de los metales no es importante solamente desde una perspectiva de evitar la contaminación que generan las minas o por el ahorro económico y de recursos naturales que conlleva, sino también a la hora de evitar que estos metales terminen dispersos en los ecosistemas, lo que produciría la muerte de cientos de miles de animales. Además, en el caso de que estos metales terminen en contacto con las personas, estaríamos hablando de un verdadero problema sanitario, ya que son metales que atacan de muchas formas a los organismos vivos, especialmente en aspectos relacionados con el sistema nervioso, hormonal e inmunitario. Por ello, su reciclaje no solo se convierte en una actividad de protección medioambiental, sino también en un trabajo que garantiza la seguridad sanitaria.
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