La explotación animal

La explotación animal

La explotación animal es uno de los mayores problemas a los que nos enfrentamos. A día de hoy, más de 3.000 animales mueren asesinados cada segundo por culpa de prácticas muy crueles. Hacer disminuir esta cifra está en manos de todos y más que nunca de los gobiernos. Por desgracia, pocas medidas se llevan a cabo para que los animales no sufran como lo están haciendo en pleno siglo XXI.

A continuación, os describimos algunas de esas prácticas que hacen que haya animales que sólo han conocido el miedo y el dolor.

Circos

Los animales tienen que vivir en libertad para ser felices y llevar a cabo aquellas actividades que son naturales en ellos. Enjaular sus vidas para que trabajen en circos es acabar con su libertad, favorecer comportamientos estereotipados y disminuir su esperanza de vida. Algunos de estos factores negativos son el estrés que padecen al estar encerrados, la malnutrición, la tristeza y los malos tratos que reciben muchos de ellos.

Industria peletera

El tema de las pieles es un tema muy delicado. Millones de animales mueren por esta causa. Valga un dato: el 85% de la piel que se utiliza en la producción europea procede de animales criados en granjas. Estos viven en condiciones muy deficientes y mueren de forma drástica para evitar que la piel se deteriore. Electrocutación, asfixia e inyecciones letales son algunos de los procedimientos utilizados para acabar con la vida de estos animales. Los animales cazados como las focas, mueren a causa de los fuertes golpes que reciben por parte de los cazadores. Una muerte brutal.

Tauromaquia

La “fiesta” del toreo hace que cerca de 20.000 toros mueran al año en España. Además, no mueren de una forma digna, son torturados y asesinados por unos personajes que se ganan muy bien la vida con ello. Los espectadores son cómplices de una matanza que tiene que acabar. Una estocada con una espada de 1 metro de largo destroza los pulmones, hígado, diafragma o corazón del animal. Si con ello no han conseguido matar al toro, utilizan la denominada “puntilla” para destrozarle la médula espinal. Una salvajada de espectáculo que se lleva a cabo en gran parte de España con fiestas como la de El Toro de la Vega en Tordesillas.

Abandonos

Comprar animales que están a la venta puede parecer que está muy bien, pero haciéndolo se contribuye sin darse cuenta al aumento del abandono de animales, así como a la explotación de estos para criar y vender sus crías. Puede estar bien comprar o acoger a un animal, pero siempre que se trate a ese animal como se merece y no se abandone. De nada sirve comprar un perro si cuando llega el verano se abandona en mitad de la carretera para que se muera de hambre o por atropello. Abandonar a la suerte al mejor amigo del hombre es de no tener corazón. Desgraciadamente, en España la cifra de abandonos es extremadamente elevada.

Caza y pesca

Tanto la caza como la pesca son prácticas totalmente reprochables. Si bien es cierto que podemos alimentarnos de carne y pescado como omnívoros que somos, no menos cierto es que podemos hacerlo sin tener que asesinar a los animales como hacen los cazadores y también optar por incrementar mucho más el consumo de vegetales que de productos animales, o incluso podemos vivir sin carne y pescado.

Por ejemplo, en España hay casi un millón de cazadores. Los animales cazados serán destinados a la gastronomía o al tráfico ilegal de mercancías, como bien son los colmillos de marfil de los elefantes.

Experimentación científica

Experimentar con animales es algo que se ha hecho durante mucho tiempo. Conejos, ratas, ovejas, cabras, perros, cerdos o gatos son algunos de los animales que tienen que pasar por el laboratorio para ser carne de experimentación. Durante el tiempo en el que son utilzados, sufren todo tipo de torturas y tratamientos que finalmente acaban con sus vidas. Ya sea para productos de higiene como colonias o para medicamentos, los animales siempre son los primeros en sufrir los efectos negativos de los materiales químicos. La cosmética, la industria química, la farmacología, los estudios de psicología o el ejército utilizan animales sin compasión para sus estudios.

Acuarios y zoos

Al igual que sucede con los circos, los animales ven cortada su libertad para pasar a permanecer en cautividad durante toda su vida. Pese a que los zoos y acuarios defienden que tienen animales por cuestión de aprendizaje e investigación, lo cierto es que se trata de un negocio para lucrarse a costa de unos animales que viven en condiciones poco favorables. No lo decimos porque sean mal tratados, lo decimos porque todos los animales tienen que vivir en libertad para poder alcanzar su máxima esperanza de vida. Pese a que se alardea de que las especies en peligro de extinción se conservan en zoos y acuarios, lo cierto es que 66 de las más de 6.000 especies en peligro de extinción se encuentran en esos lugares a salvo.

Granjas

Las granjas merecen mención especial. Es quizá el lugar donde los animales sufren más durante el tiempo que están allí. Son mataderos que podríamos comparar con los campos de concentración de Auschwitz durante la Segunda Guerra Mundial. Los animales llegan allí, son cebados al máximo y sacrificados para que la carne se pueda aprovechar en los mercados. Los animales que viven en granjas de producción industrial sufren durante el transporte y durante la estancia. Se aglutinan muchísimos animales en muy poco espacio y son sacrificados mediante un método que garantiza matar el mayor número de animales en el menor tiempo posible.

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