Los árboles más longevos de la Península Ibérica

Los árboles más longevos de la Península Ibérica

Todos hemos escuchado alguna vez aquello de que, en épocas pasadas, la Península Ibérica estaba tan plagada de árboles que una ardilla habría podido atravesarla sin pisar el suelo. La masa forestal en otros tiempos era increíble en España, pero desgraciadamente, esto ya no es así. Las posibilidades que la madera de los arboles dan en la construcción de muebles y otros muchos usos han provocado talas indiscriminadas. Si hubo un tiempo en el que había un 90% en la masa forestal, ahora apenas llega a un 35%. Sin embargo, aún existen en España algunos árboles que llevan sobre la tierra más de mil años; por ejemplo, en comunidades como Andalucía o Castilla y León. Por destacar solo algunos nombraremos el olivo de unos 2000 años en el Parque del Cabo de Gata, o los tejos de la Sierra de Cazorla. También en Asturias hay un roble milenario y en Chamartín de la Sierra, Ávila, puede encontrarse una encina de más de mil años.

En general, las especies más longevas en nuestro país son: el tejo, el olivo, el roble, la encina, el castaño y el pino. Han estado ahí desde hace muchos años, presentes en el país y han sufrido todo tipo de abusos y explotaciones.

El tejo, eternidad y dureza

Es uno de los árboles más típicos de la Península y se suele encontrar en zonas montañosas. Está considerado el árbol más longevo de Europa, pudiendo llegar a vivir 4.000 años. A modo de anécdota, los pueblos celtas tenían este árbol en gran estima y hacían muchos rituales en torno a él, precisamente por su capacidad de vivir tantos años le asociaban con ideas como la experiencia o la inmortalidad. No es un árbol que llame la atención físicamente, es pequeño, su tronco es de apenas 15 metros, conífero y muy normal, además no suele formar bosques. Aunque su madera es muy valorada, porque es dura y resistente, en España el tejo es hoy en día una especie protegida. Los tejos sufrieron gran persecución precisamente por su alto valor en ebanistería y queda solo una pequeña parte de los que un día existieron.

El olivo, joya castellana

Todos sabemos la importancia en España de las aceitunas y el aceite de oliva. Precisamente gracias a la explotación de su fruto, es los árboles más valorados de nuestro país. España es el mayor productor de aceituna de mesa en el mundo y un gran productor de aceite de oliva. Podemos encontrar grandes bosques de olivos en provincias como Jaén y Córdoba. Es un árbol frondoso, pero no muy largo, su tronco es de unos 10 metros. Al igual que el tejo, puede llegar a vivir muchos años.

Este árbol gusta por su función (su madera es dura y muy demandada en ebanistería, también se aprovechan su fruto y sus hojas para usos medicinales) y también por su belleza. Como muchas otras especies, también ha sufrido enormes talas, aunque es uno de los árboles que más se valora y se cultiva. Actualmente existen en España 282 millones de olivos.

La encina, el árbol de las bellotas

Es un árbol también muy castellano, de hoja perenne, tronco largo y propio del clima mediterráneo. Su fruto (la bellota) no está tan valorado como el olivo para la alimentación. España es uno de los países donde más encinas existen actualmente incluso por el centro del país, a pesar de su gran exterminio. También se encuentran en Francia y cerca de las costas de Italia. Es uno de los árboles típicos de la dehesa ibérica, porque resiste muy bien el frío y el calor.

La encina se usa para producir carbón y leña, su madera es igualmente una madera muy dura y resistente, pero al crecer tan lento no es uno de los árboles más utilizados en esta industria.

Las extracciones en los bosques de encinas con maquinarias especializadas han llevado a muchas asociaciones y páginas webs denunciar esta práctica.

El castaño, muy ibérico

Es un árbol muy largo que puede llegar a alcanzar los 35 metros de altura, tiene un sistema muy fuerte, al igual que otros árboles como los robles. También crece rápidamente, más de un metro por año y se trata, como hemos dicho, de uno de los árboles más longevos de los que disponemos en la Península. España es uno de los países donde actualmente hay más castaños, un árbol propio del clima mediterráneo, tanto en el sur como en el norte del país. Es un árbol de monte. Ocupa hoy en España una superficie de 1260 millones de metros cuadrados y el 1% de toda la masa arbolada del país. Su madera es muy apreciada para la construcción de muebles, lo que ha llevado a sufrir grandes talas.

El pino, perenne y alto

Es un árbol muy largo (su tronco puede crecer hasta los 20 metros) y de hoja perenne, típico de las zonas frías. Su fruto, el piñón, está muy bien valorado en alimentación. Muchas de las plantaciones de pinos se explotan para la producción de madera, lo que igualmente lleva a organizar muchas protestas contra este abuso. Una de sus variedades, el abeto, se tala además para ser utilizado como adorno de Navidad en muchos países del mundo. Por eso, hoy en día cada vez más personas utilizan uno de plástico con el mismo fin, pues diciembre es el mes en el que los abetos sufren más debido a dicha tradición.

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