Partes de un caracol

Partes de un caracol

Los caracoles son animales invertebrados que pertenecen a los Gasterópodos, la clase más grande y diversa dentro del filo Moluscos. Son lentos, sigilosos, de diversos tamaños y formas y reconocidos a simple vista por el caparazón que los protege. Se distribuyen por una gran cantidad de hábitats tanto acuáticos como terrestres e incluso suelen vivir en nuestros jardines.

Sin embargo, ¿cuánto conocemos acerca de su anatomía externa? Con el objetivo de que aprendas más sobre este tema te presentamos un artículo de EcologíaVerde destinado exclusivamente a conocer en detalle las partes de un caracol. ¡Continúa leyendo!

Cabeza

Los caracoles presentan una cabeza bien diferenciada que contiene la cavidad bucal y algunos órganos sensoriales. Dentro de la boca tienen una estructura especializada denominada rádula que les permite alimentarse, ya que contiene una gran cantidad de pequeños dentículos recurvados.

Por otro lado, poseen de uno a dos pares de tentáculos retráctiles y provistos de receptores táctiles y olfativos que ayudan al caracol a reconocer e identificar la comida a distancia.

  • En las especies de caracoles acuáticos existen un par de tentáculos no retráctiles que en su base portan los ojos.
  • Por el contrario, los caracoles terrestres presentan no uno sino dos pares de tentáculos y los ojos se ubican en el par posterior más alargado, mientras que el par anterior es reservado para funciones táctiles y olfatorias. Los ojos están dotados de una lente y solo pueden percibir cambios en la intensidad de la luz.

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Pie

Generalmente, el pie de los caracoles tiene una estructura de suela, es plano y tiene glándulas secretoras de moco que ayudan al animal a movilizarse y afianzarse sobre superficies sólidas, disminuyendo la fricción. La locomoción se produce gracias a ondas de contracciones musculares que atraviesan todo el pie del animal, donde cada onda equivale a un paso. Las ondas pueden ser directas si avanzan en la misma dirección que el caracol o retrógradas, si ocurren en dirección opuesta al movimiento del animal.

El pie de los caracoles presenta adaptaciones para desplazarse sobre distintos tipos de sustratos. En algunos especímenes que viven sujetos a rocas, esponjas y otras estructuras, el pie se encuentra reducido. En otros casos, como en algunas especies acuáticas, el pie se ha modificado como un órgano nadador con aspecto de aleta. Por otro lado, existen individuos que habitan en fondos blandos como arenosos en los que el pie se ha adaptado para excavar. Además, en algunos individuos puede funcionar como ancla o como escudo protector.

Concha

La concha de un caracol típico es de una pieza, es decir, univalva y contiene los órganos internos. Esta puede estar arrollada o no y se inicia en el ápice, formado por las vueltas más pequeñas. Progresivamente, las vueltas se van haciendo mayores y van girando alrededor de un eje central denominado columela o columnilla. La última vuelta es la más grande y termina en la abertura por donde el caracol asoma la cabeza y el pie.

Según la dirección de arrollamiento, las conchas pueden girar hacia el lado derecho (dextrorsa) o izquierdo (sinestrorsa). Generalmente, las conchas dextrorsas son mucho más comunes en los gasterópodos.

La concha de los caracoles suele estar constituida generalmente por tres capas:

  • Periostraco: es la capa más externa, tiene aspecto córneo y se encuentra cubierta por un material denominado conchina que protege a las capas contiguas del ataque de organismos perforantes.
  • Prismática: por debajo del periostraco se encuentra la capa media denominada prismática, debido a que está formada por prismas de carbonato de calcio.
  • Nacarada: es la capa más profunda y tiene un aspecto liso y brillante, común de observar en especies acuáticas.

Las conchas pueden presentar una gran diversidad de formas, tamaños y dibujos y sus coloraciones se deben principalmente a pigmentos que se depositan en sus capas. ¿Sabías que la concha crece gracias a la adición de material mineral? Este proviene del agua, del suelo o del alimento. Sin embargo, el crecimiento no es continuo y disminuye con la edad.

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Opérculo

Muchas especies de caracoles contienen una estructura denominada opérculo que consiste en una placa córnea, dura y delgada que se encuentra en la parte posterior del pie y cubre la abertura de la concha del caracol.

Su función es fundamental para protegerse y defenderse frente a depredadores y para los cambios que se producen en el ambiente. En épocas de baja temperatura o sequía muchas especies hibernan dentro de sus conchas gracias al sellado del opérculo y cuando las condiciones se vuelven favorables el opérculo desaparece.

Manto

El manto o palio es un doble pliegue tegumentario que cubre y protege la masa visceral que es la porción que contiene los sistemas digestivo, circulatorio, respiratorio y reproductor. El manto crea un espacio denominado cavidad del manto donde se alojan los órganos respiratorios, branquias (ctenidios) o pulmones y donde se vierten productos de los sistemas digestivo, reproductor y excretor. La superficie externa del manto es la encargada de secretar la concha de los caracoles a través de células epiteliales.

Ahora que ya conoces las partes de un caracol, también te puede interesar este artículo de EcologíaVerde sobre Cuánto vive un caracol.

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Bibliografía
  • Hickman, C. P., Roberts, L. S., & Larson, A. (2000). Principios integrales de zoología.
  • Ruppert, E.E y Barnes, R.D. (1994). Zoología de invertebrados. Sexta edición.