Qué es el blue carbon o carbono azul
El dióxido de carbono (CO2) es el principal gas de efecto invernadero responsable de la aceleración del cambio climático. Se trata de un gas muy abundante en nuestra atmósfera, ya que es el resultado tanto de gran parte de la actividad biológica como, sobre todo, de la actividad humana. Se genera en abundancia con la quema de combustibles fósiles como el carbón o el petróleo, y es la principal amenaza a la que tenemos que enfrentarnos si queremos frenar y contrarrestar los efectos del cambio climático en las próximas décadas. Debido a que el CO2 es absorbido por las plantas, los bosques son una de las principales formas de combatir su elevada presencia en la atmósfera. Sin embargo, existen otros ecosistemas que también participan de esta reducción. De hecho, el conocido como carbono azul es uno de los principales. Si quieres saber qué es el blue carbon o carbono azul sigue leyendo EcologíaVerde y te lo contamos.
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Qué es el carbono azul o blue carbon
Como hemos mencionado, los bosques son una de las principales formas en que el CO2 de la atmósfera es capturado, reduciendo su presencia y aumentando la del oxígeno (O2) como consecuencia de la respiración de las plantas y de la fotosíntesis. Sin embargo, aunque los bosques representan uno de los principales elementos de absorción de CO2, existe otro ecosistema que absorbe cantidades mucho mayores y que, en muchos casos, pasa completamente desapercibido. Se trata de los ecosistemas de algas marinas. En estos casos, se trata de verdaderos bosques subacuáticos que se localizan principalmente en las costas. Esto se debe a que, al tratarse de fondos poco profundos, las algas pueden enraizar y, al mismo tiempo, estar lo suficientemente cerca de la superficie como para tener la luz solar que necesitan para desarrollarse correctamente.
Estas algas, también son plantas que realizan la fotosíntesis. En concreto, toman el CO2 directamente del que está presente disuelto en el agua, y liberan oxígeno que se mantiene disuelto en el agua o pasa a la atmósfera. De este modo, constituyen un elemento más a la hora de reducir la presencia de CO2 en nuestro planeta. Este tipo de CO2 que es absorbido por las algas de las costas es el que se denomina blue carbon o carbono azul, en referencia a que es en los mares donde tiene lugar la absorción del carbono.
Un ecosistema más eficiente que los bosques terrestres
A pesar de que estos ecosistemas de algas representan menos del 0,5 % de la masa vegetal del planeta, se calcula que, como sumideros de carbono, absorben cerca del 55 % del CO2 presente en la atmósfera. Esto significa que son el principal ecosistema vegetal capaz de combatir el cambio climático gracias a su elevada tasa de absorción de CO2. Sin embargo, debido a que se trata de un ecosistema que no está "visible" a la mayoría de la personas, en muchas ocasiones pasa completamente desapercibido.
De hecho, una de las ventajas que presentan los ecosistemas de algas costeras frente a los bosques terrestres es que, además de capturar CO2 de forma mucho más rápida, también lo hacen durante mucho más tiempo. De hecho, se trata de ecosistemas que no están sometidos al peligro de los incendios, lo que permite que, en condiciones adecuados, el carbono azul que es capturado permanezca en este estado durante miles de años.
Los ecosistemas de algas marinas están en peligro
Sin embargo, son muchos los organismos que están alertando de la rápida destrucción de este tipo de ecosistemas, lo que supone un impacto negativo de gran importancia en la lucha contra el cambio climático. Los problemas que degradan y terminan destruyendo este tipo de ecosistemas son varios. Sin embargo, la mayoría de ellos, así como los que más daño causan, son debidos a la acción del ser humano. Entre los principales peligros a los que se enfrentan los ecosistemas marinos que absorben CO2 son la contaminación (presencia de plásticos, aceites, sustancias químicas sintéticas, etc.), la pesca de arrastre, la acidificación del agua de los océanos, la construcción masiva de núcleos urbanos cercanos a la costa, así como el uso de fertilizantes químicos en la agricultura que terminan disueltos en el agua dulce que termina en los mares.
Esta situación ha hecho que, en las últimas décadas, se haya perdido más del 30% de la superficie de algas marinas de todo el planeta, lo que conlleva un impacto importantísimo en la absorción del CO2 mundial en forma de carbono azul. Además, este nivel de destrucción, lejos de frenarse, se ha incrementado en los últimos años, lo que hace pensar que, salvo que tomemos medidas de inmediato, la situación empeorará de manera exponencial en las próximas décadas.
Iniciativas para proteger los sumideros de carbono azul
Existen diferentes organismos e instituciones que están luchando por frenar y revertir la situación de riesgo en la que están los ecosistemas que actúan como sumideros de carbono azul en nuestro planeta. Para ello, se llevan a cabo diferentes iniciativas que deben realizarse en concordancia tanto con la población local como con empresas, instituciones y administraciones. Algunas de las más importantes son las siguientes:
- Incluir el carbono azul en las cuotas del mercado de carbono.
- Impulsar programas de educación ambiental para concienciar a la población de esta situación.
- Crear zonas de protección medioambiental marina.
- Limitar y perseguir la pesca destructiva (especialmente la pesca de arrastre).
- Realizar acciones concretas destinadas a la protección y reforestación de las áreas de protección marina.
- Limitar la construcción de núcleos urbanos cercanos a las costas y, cuando se hagan, que sea respetando la normativa de protección medioambiental.
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