Qué es un cementerio nuclear

Qué es un cementerio nuclear

La energía es el resultado de la interacción e intercambio entre las fuerzas de la naturaleza: gravitatoria, electromagnética, nuclear y nuclear débil. Existen diferentes tipos de energía dependiendo de la forma o el medio utilizado para su manifestación, como son por ejemplo la energía térmica, mecánica, eléctrica o luminosa, siendo, a día de hoy, uno de nuestros recursos básicos más preciados.

Sin energía no podríamos utilizar la gran mayoría de aparatos o herramientas de los que hacemos uso en nuestra vida cotidiana, de modo que, nuestro estilo de vida se vería gravemente afectado. Debido a ello, el uso de la energía nuclear resulta fundamental para poder cubrir la demanda y el gasto eléctrico de nuestra sociedad actual. En EcologíaVerde te explicamos qué es este tipo de energía, qué residuos produce y qué es un cementerio nuclear para tratar estos residuos.

Qué es la energía nuclear

La energía nuclear es aquella que se genera mediante la desintegración de los átomos de un material específico, el uranio. Esta desintegración se consigue mediante el bombardeo de neutrones que provocan la descomposición del núcleo del átomo de uranio y se libera gran cantidad de energía, la cual produce el calor con el que se hierve el agua contenida en los reactores, generando el vapor con el que se mueven las turbinas localizadas en su interior y, consiguiendo, de este modo, producir electricidad.

En este otro artículo te explicamos cuáles son las Ventajas y desventajas de la energía nuclear.

Qué residuos genera la energía nuclear

La actividad de una central nuclear genera diferentes tipos de residuos nucleares, desde aquellos materiales contaminados por el simple uso en la instalación a los propios restos de combustible. Estos, generalmente emiten radiaciones que pueden ser nocivas para la salud humana y el medio ambiente, por lo que, es necesario que sean clasificados y tratados según su nivel de radiación:

  • Residuos nucleares de baja y media actividad (ropa, herramientas y material utilizado en el mantenimiento de la central). Algunos, se diluyen y eliminan en el medio natural, dado que su concentración radioactiva es tan pequeña como la de un televisor y la ley lo permite. Otros, son sometidos a tratamientos para separar los elementos radiactivos. Los residuos resultantes se introducen en bidones de acero y se solidifican con alquitrán, resinas o cemento, siendo almacenados en la superficie o a baja profundidad hasta que el periodo radiactivo finaliza, los cuales se consideran almacenes temporales.
  • Residuos nucleares de alta actividad (generados principalmente a partir del combustible gastado). El combustible se extrae del reactor y se almacena de forma temporal en un estanque dentro de la central construido con paredes de acero inoxidable y hormigón, para evitar escapes. Parte de este combustible puede ser reutilizado en plantas especiales, aunque, la práctica más común consiste en introducir el residuo en contenedores de metal muy duraderos y resistentes a la corrosión, los cuales se almacenan en vertederos definitivos, también conocidos como "cementerios nucleares".

Qué son los cementerios nucleares

En este apartado nos centramos en la duda principal sobre qué es un cementerio nuclear, que nos ha llevado a tratar el tema de la energía nuclear. Los cementerios nucleares, no son más, que el depósito final al que van a parar los residuos nucleares radiactivos.

Se trata de almacenamientos geológicos profundos que reúnen una serie de características determinadas como son: estabilidad, espesor, capacidad de retención y ausencia de vías preferentes. En esencia, esta solución consiste en crear un sistema multibarrera entre el residuo y la biosfera, de modo que, los restos radiactivos permanecen confinados y aislados.

Uno de los factores más importantes a la hora de utilizar este tipo de almacenamientos es la formación geológica a utilizar, de la cual también varía la profundidad, siendo los tipos de rocas más apropiados las arcillas y las rocas duras magmáticas metamórficas o volcánicas, como por ejemplo el granito, el basalto o la toba. De forma que, para la ubicación en rocas duras, la profundidad habitual esta entre los 500 y 1.000 metros, prestando atención a que las formaciones estén poco fracturadas y no presenten grietas.

Al contrario que en los almacenamientos temporales, en este caso, no existe intención de recuperar el residuo, del mismo modo que, aunque existen acciones de vigilancia de la instalación y del medio natural próximo a ella, no existen controles de la instalación a largo plazo. En otras palabras, la instalación de almacenamiento geológico profundo se cierra y sella, permitiendo así, que el almacenaje de material residual sea permanente y recibiendo por tanto el sobrenombre de “cementerio nuclear”.

Lejos de la incertidumbre y desconfianza que nos pueda originar este tipo de instalaciones, lo cierto es que, actualmente, constituye la solución más segura ya que proporciona la protección del ser humano y del medio ambiente contra las radiaciones y al mismo tiempo se realiza un aprovechamiento de las formaciones geológicas. Además de ser la solución más segura frente a posibles robos o sabotajes. No obstante, se siguen investigando posibles soluciones mejores.

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