Qué son las áreas de protección de flora y fauna

Qué son las áreas de protección de flora y fauna

Las actividades humanas suelen tener un gran impacto en el medio ambiente, sobre todo en los ecosistemas donde se llevan a cabo. Para evitar y contrarrestar sus efectos, se ponen en marcha diferentes programas de protección y, uno de ellos, que a la vez es de los más importantes, consiste en la implementación y desarrollo de áreas de protección de flora y fauna.

Sin embargo, no todas estas áreas son iguales y tienen las mismas prioridades a la hora de proteger la biodiversidad que albergan. Si quieres saber qué son las áreas de protección de flora y fauna, y profundizar un poco más en su papel medioambiental, sigue leyendo EcologíaVerde y descúbrelo.

Qué son las áreas de protección de flora y fauna: definición sencilla

Las áreas de protección de flora y fauna son territorios geográficos determinados en los que se debe cumplir una normativa determinada con el fin de proteger la biodiversidad del área en cuestión. Uno de los factores que tienen en cuenta estos territorios es limitar los usos que las actividades humanas pueden hacer de los recursos naturales allí presentes.

De este modo, según el tipo de área de protección de flora y fauna en el que nos encontremos, se podrán desarrollar un tipo de actividad u otro. O, incluso, podremos encontrar territorios en los que la actividad humana esté considerablemente limitada, llegando a limitarse únicamente a actividades de estudio científico y poco más.

Principales tipos de áreas de protección de flora y fauna

Es importante tener en cuenta que las áreas de protección de flora y fauna que se pueden encontrar son muy variadas. En todos los casos nos vamos a encontrar con zonas de un alto valor ecológico que va a necesitar ser protegido. Sin embargo, también es cierto que, según cada caso, este tipo de protección estará centrado en un aspecto concreto u otro. Estos son los principales tipos de áreas de protección de flora y fauna:

Reserva Nacional

Este tipo de área de protección de flora y fauna se caracteriza por ser una zona denominada reserva natural y estar controlada por la autoridad nacional en cada caso y, al mismo tiempo, por un uso relativamente permisivo de los recursos naturales de la zona delimitada. De este modo, aunque se busque la protección tanto de la fauna como de la flora presentes en la zona, se permitirán las actividades humanas comerciales. Aunque, para que se puedan llevar a cabo, será necesario contar con la aprobación del la autoridad nacional, encargada de proteger el área en cuestión.

Parque Nacional

En este caso, nos encontramos de nuevo en una zona de protección de flora y fauna. Pero, a diferencia de lo que sucedía con la reserva nacional, los protocolos de protección serán más estrictos. Con ello, se busca la protección tanto de la flora y la fauna de los parques naturales, como de ciertos ecosistemas especialmente sensibles a la presencia y actividad humana. Se trata de zonas donde cualquier actividad humana está muy controlada por las autoridades, lo que limita mucho la explotación de los recursos naturales en cualquiera de sus formas.

Santuario Nacional

Al hablar de santuario nacional se está haciendo referencia a un área de protección de flora y fauna que tiene un nivel de exigencia bastante elevado pero, a diferencia de lo que sucede con el parque nacional, se trata de un tipo de protección centrado en especies concretas. De este modo, ciertas especies, que podrán ser tanto de flora como de fauna, disfrutan de esa protección más que el ecosistema en su conjunto, que tiene su importancia y protección en tanto en cuanto está ligado a la supervivencia de las especies protegidas.

Zona de recuperación

En este caso, también nos encontramos ante un área de protección de flora y fauna. No obstante, en el caso de las zonas de recuperación cabe destacar el carácter transitorio de este espacio de protección. Se trata de una zona protegida que tiene la función de recuperar el ecosistema dañado por algún desastre de origen natural o humano. Un buen ejemplo serían los incendios.

Zona silvestre

En este caso, se trata de una zona protegida pero debido a su alto valor ecológico y a la ausencia histórica de presencia y actividad humana. Son zonas protegidas pero que sí que permiten ciertas actividades humanas cuando no interfieran demasiado con el entorno.

Zona de protección estricta

Se trata de una zona similar a la silvestre pero, en este caso, con un protocolo de protección mucho más estricto. Esto se suele deber a su altísimo valor ecológico y de biodiversidad. Se trata de zonas donde la actividad humana está muy restringida.

Por qué son importantes las áreas de protección de flora y fauna

La importancia de las áreas de protección de flora y fauna la encontramos en el impacto que la actividad humana tiene en el entorno. Independientemente del nivel de protección que se establezca, la simple presencia de los seres humanos implica un impacto en el entorno. Este impacto puede ser de carácter destructivo (por ejemplo talar un bosque), como de desequilibrio (por ejemplo alimentar a animales salvajes). Esto conlleva la degradación de los ecosistemas y, la única forma de evitarlo, consiste en crear zonas protegidas donde la actividad humana esté limitada o reducida a su mínima expresión.

Esto permite conservar la biodiversidad y riqueza medioambiental de aquellos entornos de especial importancia o especialmente sensibles a la actividad humana. De este modo, crear y proteger áreas de protección de flora y fauna es la mejor forma de conservar el patrimonio natural de nuestro planeta, tanto para las generaciones presentes como futuras.

Si todavía tienes dudas de por qué hay que ser bastante estricto en algunas zonas y limitar tanto la actividad que en ellas tenemos, te recomendamos leer este otro artículo de EcologíaVerde sobre Cómo afecta la sociedad al medio ambiente.

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