Qué tipos de papel se utilizan para hacer libros

Qué tipos de papel se utilizan para hacer libros

El papel es uno de los materiales más usados desde hace siglos y que, a pesar de que la era digital esté cambiando los usos y costumbres, todavía constituye uno de los soportes más habituales para la lectura o la impresión. El papel se inventó en China, aproximadamente en torno al año 200 a.C. Más tarde, llegaría a Europa a través de los árabes y, finalmente, se extendería por todo el mundo, convirtiéndose en el material que es hoy en día. Sin embargo, la forma de fabricar el papel artesanal dista mucho de los métodos que se utilizan hoy en día.

Si quieres conocer qué tipos de papel se utilizan para hacer libros, sigue leyendo EcologíaVerde porque a continuación te lo explicamos.

La celulosa es la base de cualquier papel

El material básico con el que se fabrica cualquier tipo de papel es la celulosa. La celulosa es un material que se obtiene de los vegetales (además también está presente en algunas especies del reino protista). De este modo, la celulosa es una molécula presente principalmente en las plantas y que, cuando se separa y se aísla, se obtiene una pasta que puede ser utilizada para fabricar diferentes objetos o materiales más procesados, entre ellos, el papel. Debido a esto, la mayor cantidad de material que compone cualquier papel o cartón está compuesto de celulosa, incluidos también los diferentes papeles que se utilizan para la fabricación de los libros.

Dentro de las plantas, la celulosa es una molécula muy abundante. De hecho, constituye la materia orgánica más abundante en las zonas terrestres. Esto se debe a que la celulosa es una de las moléculas que compone la pared de las células vegetales. Es decir, está presente en una gran cantidad en las plantas, ya que se encarga de la protección y aislamiento de cada una de sus células.

Tipos de papel para hacer libros

Sin embargo, aunque la celulosa sea la base de cualquier papel o cartón, hoy en día, se pueden encontrar papeles de muchos tipos. Esto se debe a que, aunque la base sea la celulosa, gracias a diversas sustancias y tratamientos posteriores, se consigue darle un acabado diferente según sea el caso. Un ejemplo de estos tratamientos lo encontramos en el blanqueamiento del papel. La celulosa no es blanca, sino más bien grisácea o marrón. Para conseguir que tome el color blanco tan característico del papel, se usan diversas sustancias, entre ellas cloro, especialmente contaminante si llega a liberarse en el medio ambiente.

Así mismo, también hay que tener en cuenta que, a la hora de fabricar libros, existen muchos tipos de papel diferentes, ya que cada uno de ellos se adecua mejor a las necesidades específicas de cada libro. Algunos de los tipos de papel para hacer libros que son más comunes son los siguientes:

  • Papel offset: se trata del papel blanco estándar, es uno de los más comunes, ya que es bastante barato de producir y se utiliza de forma general para casi cualquier tipo de libro o encuadernación.
  • Papel ahuesado o marfil: se trata de un papel con ciertos toques amarillentos y algo más rugoso al tacto. Se trata de un papel que permite una lectura cómoda, por lo que se usa principalmente para la impresión de libros de literatura, como pueden ser cuentos, novelas o poesía.
  • Papel estucado: este tipo de papel tiene un acabado más brillante debido al uso de sustancias químicas que fijan el color. De hecho, es el más usado en libros que están impresos a todo color o, incluso, para revistas.

Por qué es importante reciclar el papel

Hay muchas personas que piensan que, como la gran base del papel es la celulosa, una molécula orgánica y biodegradable, el papel no contamina. Esto sería verdad si el papel actual estuviera compuesto únicamente de esta sustancia. Sin embargo, el papel que se usa hoy en día, tanto para la elaboración de libros como para revistas, folletos, folios, cuadernos, algunos cartones, y muchas otra cosas más, está compuesto de celulosa y decenas de sustancias químicas sintéticas que son las que le dotan del acabado final. Además, más allá del propio papel, las tintas que se utilizan están compuestas en muchos casos de sustancias químicas sintéticas. De este modo, si el papel se descompone en el medio ambiente, estas sustancias químicas sintéticas terminan dispersándose también en el entorno, por lo que se trata de un tipo de material contaminante a pesar de su poca resistencia a la degradación. Además, el proceso de fabricación del papel también implica contaminación ambiental (por ejemplo por la emisión de gases).

Por ello, lo correcto a la hora de deshacerse del papel o el cartón es depositarlo en un contenedor de reciclaje de papel (los de color azul). De esta forma, se puede descomponer de forma controlada y reutilizar las fibras de celulosa para la fabricación de papel nuevo, por lo que, unos residuos potencialmente contaminantes, se transforman en materia prima que puede ser aprovechada de nuevo sin necesidad de tener que talar más árboles para obtener celulosa virgen.

Amplia esta información con este otro artículo de EcologíaVerde en el que te hablamos sobre Por qué es importante reciclar papel y cartón y en este otro sobre Cuál es el impacto ambiental del consumo de papel.

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