Sembrar chirimoya: cuándo y cómo hacerlo

Sembrar chirimoya: cuándo y cómo hacerlo

El árbol de chirimoyas, o chirimoyo, es un árbol que tiene su origen en la India occidental, aunque actualmente la mayor parte de la producción se centra en España. Se trata de un árbol muy apreciado por su fruto, la chirimoya, una fruta exótica de gran calidad nutricional y dietética. Y es que las chirimoyas, además de ser muy bajas en grasas, resultan ricas en vitaminas de los grupos B y C, además de contener fósforo.

Si quieres plantar uno de estos árboles de clima subtropical en tu jardín, anímate y acompáñanos en esta guía práctica de EcologíaVerde sobre cuándo y cómo sembrar chirimoya.

Cuándo sembrar chirimoya

El clima más habitual para plantar este árbol es en primavera, que es cuando más posibilidades tienen sus semillas de salir adelante con éxito. Sin embargo, si vives en clima tropical o muy templado, sin grandes variaciones de temperatura según las estaciones, puedes intentar sembrarlas a lo largo de todo el año.

El principal problema de sembrar chirimoyas es que sus semillas, además de ser muy duras, contienen inhibidores de la germinación. Debido a esto, hacerlas germinar puede ser un poco difícil a veces, y no siempre se tiene éxito.

Cómo sembrar chirimoyas

Es posible sembrar las semillas de chirimoya en la tierra, sin más cuidado que el de limpiarlas correctamente de pulpa, y que crezcan por sí mismas. Sin embargo, este proceso tiene bastantes posibilidades de no ocurrir de forma natural, así que aquí vamos a enseñarte a germinar las semillas de chirimoya para más adelante trasplantarlas.

  1. Consigue semillas de chirimoya. Puedes comprarlas, pero también sirven las de una que acabes de comer.
  2. Limpia las semillas por completo de cualquier rastro de pulpa. Para ello, prepara un pequeño recipiente con agua; puedes añadir al agua unas pocas gotas de cloro. Sumerge las semillas en ella para desinfectarlas. Además, si en este punto alguna de las semillas flota, sabrás que no vale la pena plantarla, pues está en mal estado.
  3. Sácalas enseguida y sécalas con papel absorbente.
  4. Lija o corta con mucho cuidado un pequeño pedazo en el extremo estrecho de las semillas; este paso se hace para mejorar las posibilidades de que las semillas germinen. Una vez cortadas, las podemos dejar en un vaso de agua durante toda la noche. Hay quien simplemente las sumerge hasta por tres días en agua sin cortarlas, pero hacer este paso acelera mucho el crecimiento de las mismas, además de optimizar sus posibilidades de germinación.
  5. Cuando las saques del agua, envuélvelas en papel absorbente mojado y guárdalas en un recipiente que permita la ventilación, en una habitación ligeramente cálida.
  6. Humedece un poco el papel de nuevo cuando se seque y mantenlas en un entorno cálido, hasta que estén listas para ser plantadas en semilleros o pequeñas macetas. En unos 15 días tus semillas deberían mostrar ya un brote blanco, que es su raíz.
  7. Prepara la maceta. Para ello, usa un sustrato con buen drenaje y rico en materia orgánica. Plántalas con el brote hacia abajo, pero no las entierres en profundidad: ellas mismas encontrarán su sitio.
  8. Riega tras plantarlas, y mantén el sustrato húmedo pero sin encharcar. El crecimiento en estas fases tempranas aún es lento, ya que la dureza de las semillas dificulta a la planta el romperla para mostrar los cotiledones y sus primeras hojas.
  9. Pasados entre uno y dos meses, tus plantones deberían estar listos para que finalmente los saques al exterior, en su ubicación definitiva.

Cuidados de la chirimoya: guía básica

Este árbol es de pequeño tamaño, muy rara vez superando los 8 metros de altura y, además, soporta muy bien la poda, por lo que es muy adecuado para jardines pequeños o medianos. Estos son los principales cuidados del árbol de la chirimoya:

  • Ubicación: la chirimoya requiere de una gran cantidad de luz. Si vives en clima templado o suave, puedes ubicar el árbol a plena luz del sol, sin miedo de que reciba incidencia directa. Si tu clima es caluroso o tiene veranos con un sol muy intenso, será mejor que lo ubiques en semisombra.
  • Riego: el riego debe realizarse con una frecuencia alta, cada dos días en los meses cálidos, y un par de veces por semana en los fríos. Recuerda evitar siempre que el suelo se encharque.
  • Abono: la chirimoya requiere de suelos muy ricos en materia orgánica, por lo que usar abonos como el compost, el bokashi o el humus de lombriz, ayudará mucho a su crecimiento. Además, estos abonos son totalmente ecológicos.
  • Poda: la poda debe realizarse en primavera o en otoño, y su principal labor es la de limpiar el árbol de ramas u hojas en mal estado, así como de chupones. La poda de formación, como en todos los frutales, deberá realizarse solo en los primeros años.

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