Tecnología para evitar la extinción de especies

Tecnología para evitar la extinción de especies

La caza furtiva está aumentando en todo el mundo. Matan a los rinocerontes para vender sus cuernos, a los tiburones por sus aletas, a los elefantes porque sus colmillos se usan en la medicina china, a los tigres y otros animales por diversión. Cualquier ayuda para detener esta lacra es buena. La tecnología puede ayudar a salvar a especies de la extinción.

Las mafias se organizan y se financian, mientras que los Gobiernos de algunos de los países donde se produce esta caza ilegal no cuentan con recursos para detener a los delincuentes. En especial, carecen de guardias preparados y dinero. Por ello, quizá sea hora de recurrir a la imaginación y a dispositivos electrónicos.

Drones

Se habla cada vez más de estos aparatos, que son pequeños aviones sin piloto que se manejan por control remoto. Cuentan con cámaras y otro tipo de sensores. Cada vez son más baratos de construir y más sencillos de usar y dan mayores posibilidades para los conservacionistas y para los guardaparques. Ya se usan para proteger a algunas especies en peligro de extinción en Kenia, en Nepal y otros lugares. Incluso para seguir a las ballenas por el océano.

GPS

Los sistemas de geolocalización junto a la tecnología proporcionada por Google y collares ubicados en los cuellos (o dispositivos en otras partes del cuerpo) de los animales, pueden salvar muchas vidas. Google Earth proporciona gran cantidad de información para científicos y conservacionistas. También puede ser una herramienta de vigilancia en tiempo real de la caza furtiva. La organización Save the Elephants usa esta tecnología de Google, junto con collares GPS, para hacer un seguimiento de los movimientos de las manadas de elefantes. Se puede saber si un animal ha dejado de moverse, lo que puede significar que ha sido víctima de la caza ilegal.

Cercas con alarma

El Servicio por la Protección de la Fauna Salvaje de Kenia va a comenzar a usar esta alta tecnología en ciertas reservas de animales para tratar de mantener a los cazadores furtivos lejos de las especies en peligro de extinción. Si los cazadores se acercan a las vallas, sonará una alarma que avisará tanto al guardabosques como a los propios animales. Es una tecnología que puede usarse para zonas no demasiado extensas. En Kenia, esperan que estas vallas eviten hasta el 90% de la caza furtiva en las áreas cercadas.

Cámaras ocultas

Son las llamadas TrailGuards, cámaras diminutas que se esconden en lugares como troncos de árboles, arbustos o grietas en los senderos. Se activan por el movimiento de animales de gran tamaño, pero también si se acercan seres humanos: el cazador furtivo quedaría registrado en la fotografía. A través de una conexión a internet, se envían las imágenes al instante. Lo malo es que es una tecnología bastante cara. Por otra parte, el cazador furtivo descubierto puede huir.

Seguimiento del ADN

Es una forma de disuadir a los cazadores furtivos: si no pueden vender su mercancía, no les perece la pena arriesgarse a matar al animal. Se está probando con algunas especies. Por ejemplo, con los tiburones, cuando son confiscados. Los científicos usan el ADN para rastrear dónde se cazó y avisar a las autoridades locales. Es efectivo para las especies que habitan en lugares específicos. También se usa con los rinocerontes y los cuernos confiscados.

Trampa con alertas de emergencia

En este caso se trata de luchar contra las trampas fijas que colocan los cazadores. Lazos o ganchos para atrapar leones, guepardos, leopardos y otros mamíferos. Es una forma de morir lenta y dolorosa, hasta que los cazadores furtivos llegan para comprobar las trampas. Es un collar parecido al que se usa para la localización por GPS. Este collar, si cae en una trampa, alerta al equipo para que lo libere de nuevo a su hábitat natural.

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