Productos de proximidad o km 0: qué son, ejemplos y beneficios

Los productos de proximidad o también conocidos como productos de kilómetro cero es un concepto cada vez más extendido y utilizado. Este es el nombre que se le da a los alimentos producidos dentro de los 100 kilómetros del lugar de venta. La definición también tiene en cuenta los productos alimenticios que se producen en la misma zona para la venta y que también son de temporada. Por ejemplo, frutas y verduras de temporada de la región, en lugar de las que se cultivan en invernaderos durante todo el año.

Comercializar más cerca de donde se produce es clave para definir este tipo de alimentos como más sostenibles, ya que las distancias de transporte son más cortas y se emite menos CO2 a la atmósfera durante el transporte.

Además de los menores costos ambientales, existen otros factores favorables que influyen en el consumo de productos locales. Por ejemplo, los consumidores pueden elegir los alimentos directamente de la granja o el campo a su mesa, de modo que no haya una pérdida significativa en la calidad o la ganancia. Cuando los alimentos se importan de lejos, se introducen más intermediarios, lo que aumenta los costos, contamina más y empeora el proceso de adquisición.

La filosofía detrás de los productos de proximidad se basa en varios principios. En primer lugar, buscan fomentar la sostenibilidad, ya que al minimizar los desplazamientos de los productos, se reduce el consumo de combustibles y, por ende, las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, al favorecer la producción local, se impulsa la economía de la zona y se crean puestos de trabajo.

Estos productos también promueven la calidad y frescura, ya que al ser transportados en distancias cortas, llegan a los consumidores en un estado más óptimo y sin la necesidad de conservantes o procesos de larga duración. Por tanto, se valora la autenticidad y el sabor original de los alimentos.

Asimismo, los productos de proximidad permiten establecer una relación más estrecha entre el productor y el consumidor. Los consumidores suelen conocer mejor el origen de los productos que están adquiriendo, lo que aumenta la confianza en lo que están comprando y en las prácticas de producción empleadas. Este enfoque también favorece la diversidad y conservación de la cultura local, ya que promueve la preservación de variedades autóctonas de alimentos y productos artesanales tradicionales.

Hay una gran variedad de productos de km 0 que fomentan un consumo local. Entre todos ellos, los más comunes son:

• Frutas y verduras: los productos frescos son uno de los ejemplos más comunes de productos de proximidad. Por ejemplo, las manzanas cultivadas en un huerto cercano a la ciudad se considerarían un producto de km 0 si son vendidas directamente en un mercado local.
• Quesos artesanales: muchos quesos tradicionales son elaborados por pequeños productores en regiones específicas. Los quesos de cabra de una granja cercana, que solo se comercializan en tiendas locales, serían un ejemplo de productos de proximidad.
• Pan y productos horneados: los panaderos locales que utilizan ingredientes de la zona para hacer pan, pasteles y otros productos horneados son otro ejemplo de productos de km 0.
• Huevos y aves de corral: los huevos producidos por granjas locales y las aves de corral criadas en el área cercana también pueden considerarse productos de proximidad.
• Miel local: la miel producida por apicultores que mantienen sus colmenas en áreas cercanas proporciona un producto auténtico y sostenible.
• Vino y cerveza artesanal: las bodegas y cervecerías locales que utilizan uvas o cereales cultivados en la región para producir sus bebidas son un claro ejemplo de productos de km 0.
• Productos textiles: en algunas regiones, se promueve la producción de tejidos y prendas de vestir utilizando materiales locales, como algodón o lana de la zona.
• Carne y embutidos: la carne de animales criados en granjas cercanas y los embutidos elaborados localmente también entran dentro de la categoría de productos de proximidad.
• Cosméticos y productos de cuidado personal: algunas marcas utilizan ingredientes naturales y autóctonos para fabricar productos de belleza y cuidado personal que reflejan la identidad y riqueza de la región.

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El consumo de alimentos locales tiene beneficios universales para todos los actores de la cadena de suministro y es un compromiso importante con la sostenibilidad ambiental. Estas son algunas de las ventajas para los consumidores que eligen este tipo de productos:

• Son de temporada: por lo que no necesitan conservantes y no necesitan congelador ni empaque para viajes largos.
• Ayudan a proteger la biodiversidad y el planeta: las apuestas por el comercio local protegen la flora y la fauna. Al no viajar, los productos de animales y plantas se deterioran menos y, localmente, se evitan plantaciones y cultivos agrícolas intensivos que no respetan el medio ambiente.
• La proximidad también puede combatir el cambio climático: porque los productos tienen un viaje corto desde el productor hasta el consumidor. Eso significa que se emiten menos gases contaminantes durante la entrega y se utilizan menos envases para transportar alimentos, que a menudo son de plástico y terminan como desechos.
• Calidad y frescura: los productos de km 0 se cosechan o elaboran en el momento adecuado para su consumo, lo que asegura su frescura y calidad. Al no requerir largos períodos de almacenamiento o transporte, conservan su sabor y nutrientes originales.
• Apoyo a la economía local: comprar productos de proximidad impulsa la economía de la comunidad en la que se producen. Los ingresos generados benefician directamente a los agricultores, artesanos y pequeños productores locales, lo que fomenta la creación de empleo y el desarrollo económico de la región.
• Ayudan a ahorrar: los productos más grandes a menudo incurren en costos adicionales de embalaje, impuestos o ruta de envío que los consumidores terminan pagando para llegar al precio final. No debe aplicarse al coste de los productos de kilómetro cero. Sin embargo, los consumidores deben aceptar precios justos para estos productos ofrecidos por pequeños productores.
• Preservación de tradiciones y cultura: los productos de proximidad a menudo están vinculados a técnicas y recetas tradicionales transmitidas de generación en generación. Consumirlos ayuda a preservar la identidad cultural y el patrimonio gastronómico de la región.

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