Cuidados del granado
Por Marina Gago. Actualizado: 3 enero 2018
Los granados son unos árboles frutales de hojas verdes que pueden llegar a alcanzar 6 metros de altura aunque en su versión llamada “nana” miden unos 40 centímetros. Su fruto es la granada, un manjar exquisito que te valdrá no solo para degustar como fruta sino que es fantástico para utilizar como complemento en diversos platos y conseguir así un sabor muy original.
Como todos los árboles y plantas, el granado también necesita unos cuidados especiales para poder desarrollarse correctamente, así que toma nota y conseguirás sacarle siempre el máximo partido.
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Los cuidados básicos del granado
- Abono: durante la primavera tienes que aplicarle un abono orgánico que se descomponga lentamente para que pueda aprovechar bien todos sus nutrientes. Cuando llegue la floración añade un poco de abono líquido al agua de riego para que salga con mucha más fuerza y de mejor calidad.
- Riego: soporta muy bien las sequías aunque y será suficiente con regarlo durante el verano cada 15 días, aunque si le das algún riego extra el resto del año no le hará mal. De todas formas, nunca lo riegues si todavía tiene humedad del riego anterior.
- Luz: únicamente necesita recibir mucha luz natural durante su época de floración, así que durante la de crecimiento puede estar a la sombra que no le afecta.
- Temperatura: Necesita un clima subtropical y tropical aunque puede aguantar temperaturas que lleguen hasta los -7ºC. De todas formas, las heladas primaverales no las aguanta muy bien. Para la época de siembra sí se requiere que sean buenas temperaturas y que no haga mucho frío.
- Poda: la mejor época es entre primavera y final del verano y siempre haciéndola después de la floración para que tanto frutos como flores no sufran ningún daño. Solo se puede hacer la poda si el árbol está sano, así que si está afectado por alguna plaga o enfermedad hay que curarlo antes de poder podarlo.
- Sustrato: es un árbol que se adapta muy bien a todo tipo de suelos, aunque si es por preferir le gusta más el suelo en el que el sustrato pueda encontrarse profundo, fresco y ligero.
- Trasplante: hay que hacerlo siempre cada 2 años y cuando comience la primavera, vigilando las raíces para sanear las que estén en mal estado.
- Floración: comienza en primavera y se da hasta finales de verano. Si lo cultivas a pleno sol durante todo el año conseguirás que las flores sean más abundantes, pero vigila que no esté demasiado expuesto si el calor es excesivo.
- Plagas y enfermedades: las plagas más comunes son los pulgones, la araña roja, la cochinilla de la tizne y la barrena, mientras que puede verse afectado por enfermedades como la clorosis o la podredumbre del fruto, algo que sucede si tiene falta de hierro.
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