¿Por qué el PVC es tóxico y contaminante?
Numerosos objetos de nuestro entorno más cotidiano están fabricados con policloruro de vinilo, también conocido como como PVC, un tipo de termoplástico que no hace buenas migas con el planeta.
Se trata de un material sintético, muy versátil y reciclable, con muy distintas aplicaciones una vez reciclado. Sin embargo, estas últimas característica no lo convierten en un producto ecológico. Tratándose de PVC, es necesario tener en consideración otras cuestiones. ¿Por qué el PVC es tóxico y contaminante?
Un veneno ambiental
No es ecológico, al menos, en el sentido amplio de la palabra, pues hay muchas características en él que indican todo lo contrario. Sin ir más lejos, la composición y proceso de fabricación de este producto plástico, uno de los más utilizados en el mundo, es tremendamente dañina para el medio ambiente. Entre otras cuestiones, llevar cloro en su composición es un material polucionador tanto durante su producción como durante su uso y cuando se quema.
Básicamente, puede considerarse un veneno ambiental, ya que forma sustancias organocloradas cuando se quema, emitiendo dioxinas que sacaban en el medio ambiente. Por lo tanto, resulta de gran toxicidad ambiental. A su vez, el uso alimentario es otro de los usos más polémicos.
En concreto, los envases alimentarios fabricados con PVC (evitemos el tipo 3, correspondiente al PVC, que puede contener ftlatos), acaban derivándolo a la bebida o alimentos en pequeñísimas dosis de químicos que se bioacumulan en el organismo y actúan como disruptores endocrinos, al tiempo que se han asociado con malformaciones fetales y enfermedades graves como el cáncer.
De hecho, algunos tipos de PVC pueden liberar bisfenol A, con los riesgos para la salud que ello conlleva. Encontraremos el PVC en botellas de agua (la mayoría están fabricadas con PET 1, y no lo contienen), aceites, vinagre, vino o, por ejemplo zumos, así como en la película-film para conservar alimentos, entre otros.
¿También es tóxico?
Son numerosos los estudios que atribuyen al PVC una toxicidad preocupante. De acuerdo con un estudio de The center for Health, Environment and Justice (CHEJ), es responsable de muchos tipos de cáncer y defectos de nacimiento. Son numerosas las empresas que se han planteado reducir su uso, e incluso eliminarlo de los procesos de producción, si bien su uso sigue siendo tremendo.
Algunas eco ventajas del PVC
Como no todo es blanco o negro, como hemos adelantado mencionando su reciclaje, el PVC también se caracteriza por una serie de aspectos verdes. Por ejemplo, puesto que se trata de un material de construcción de uso muy común, centrémonos en el caso de las ventanas de este material.
Como es bien sabido, las ventanas o puertas de este material lograr un mayor aislamiento térmico que otras de uso habitual, como las de aluminio. Y ello supone un ahorro importante en calefacción y aire acondicionado, ambos cuestiones relacionadas con un menor gasto de energía y, por lo tanto, con una huella de carbono más ligera.
Sin embargo, puesto que para su fabricación se utilizan metales pesados y cancerígenos, entre otros el cadmio, tanto ésta como su degradación, -una vez se convierte en desecho, en especial si acaba en un vertedero y se incinera-, resulta un drama ambiental, no exento de toxicidad.
Las modernas formulaciones, siguiendo con el ejemplo, tienen también una mayor durabilidad que hace apenas unos años, otro factor interesante si buscamos sostenibilidad. Sin embargo, antes de tener en cuenta sus aspectos positivos a nivel ambiental, -que resulte reciclable, su durabilidad o su contribución a emitir una menor huella de carbono, pongamos por caso- no se puede dejar de lado el daño que implica PVC, sus peligros reales y el riesgo para la salud del planeta y del ser humano relacionados con su fabricación y utilización, puesto que se trata de un uso masivo en todo el mundo.
Por otra parte, la durabilidad en realidad es relativa, e incluso inferior a la que proporciona la madera. Informes de la asociación internacional conservacionista WWF se concluye que éstas son entre un 14 y un 25 por ciento menos costoso que el PVC si se considera su periodo de vida útil, mayor en el caso de la madera.
Peligroso en todo su ciclo de vida
Aún considerando sus ventajas verdes, lo cierto es que el plato de la balanza se inclina hacia el lado contrario. De acuerdo con el CHEJ, el "PVC es peligroso para los seres humanos y el ecosistema entero lo largo de su ciclo de vida, desde la fábrica, el uso, hasta su eliminación".
La organización hace especial hincapié en su insalubridad:
"Nuestros cuerpos están contaminados por partículas químicas aditivas, mercurio y ftalatos tóxicos (...) que pueden causar daños irreversibles. Cuando se produce o se quema, el PVC libera dioxinas, un grupo de sustancias químicas que pueden causar cáncer, atacar el sistema inmunológico y el sistema reproductivo."
Ni siquiera el hecho queque su reciclaje sea posible, y cada vez más común, son aspectos del todo positivo. Por un lado, siempre que se recicle se deja de polucionar el entorno de forma directa, y en lo que respecta a los plásticos esta siempre es una buena noticia. Sin embargo, según el mismo organismo, "el PVC no se puede reciclar eficazmente", puesto que los aditivos utilizados en el proceso de fabricación para que sea durable y flexible contaminan todo el proceso. Y ahí va un ejemplo esclarecedor que también nos sirve en bandeja el CHEJ cuando afirma que "una botella de PVC puede contaminar un proceso de reciclaje lo mismo que 100.000 botellas de PET".
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