Cómo recuperar setos secos
Los setos secos son una de las peores preocupaciones tanto de los aficionados a la jardinería, como de los que se dedican profesionalmente a ella. Hay pocas cosas que hagan ver un jardín tan descuidado como el amarronamiento en coníferas. Porque todos sabemos lo difícil que puede ser extraer un seto seco para poder reemplazarlo, ya que sus raíces tienden a extenderse bastante. Por suerte, el amarronamiento de los setos no siempre es definitivo; de hecho, en la mayoría de casos es posible recuperarlos.
Si quieres que tu jardín vuelva a tener aspecto sano devolviendo el verde a tus setos, acompáñanos en este artículo de EcologíaVerde, en el que vamos a ver cómo recuperar setos secos, analizando qué tipo de tratamiento para setos secos es necesario en cada ocasión.
Setos secos por encharcamiento
Es común pensar que una planta débil o que parece empezar a secarse necesita más agua, y uno de los peores errores que se puede cometer en este caso es regarla de más. Cuando los espacios de aire del sustrato se llenan por completo de agua, las raíces no tienen acceso al oxígeno que necesitan, y la planta se ahoga irremediablemente. Al ocurrir esto, las raíces pierden su capacidad de absorber agua y nutrientes, y las hojas empiezan a amarillear por la falta de estos.
La causa de que las raíces sufran de encharcamiento no tiene que ser necesariamente un riego excesivo. Puede que el suelo sea demasiado arcilloso y pesado y no tenga la capacidad de drenar adecuadamente el agua, o que simplemente el hoyo de plantación no se haya hecho correctamente y acumule agua en algunos puntos. Del mismo modo, un suelo irregular, en pendiente o con hoyos, provocará que el agua de riego y de lluvia se acumule principalmente en algunos puntos, siendo estos susceptibles de encharcamiento.
Setos secos por falta de riego
Evidentemente, la falta de agua también puede ser una causa de amarilleamiento de los secos, especialmente si esta se da durante los meses más cálidos, en que las plantas están expuestas al sol intenso.
Pese a lo que se tiende a pensar, este problema es mucho más fácil de solucionar que el exceso de riego, ya que los daños que una planta seca ha sufrido son más fáciles de recuperar que los de una encharcada.
Setos secos por falta de magnesio
Otra de las causas más comunes de amarilleamiento en las coníferas es la falta de magnesio, un elemento indispensable en la nutrición de las plantas. Si el desecamiento se deja notar primero en las puntas de las hojas, y avanza desde ahí hacia el centro de la planta, es seguro que el problema es precisamente este.
Lo bueno es que no estaremos ante una de las enfermedades de los setos ni nada parecido, sino simplemente ante una carencia nutricional muy fácil de solucionar.
Setos secos por hongos
Uno de los principales problemas que comporta el encharcamiento es que tiende a proporcionar un entorno ideal para que los hongos ataquen al seto, ya que se dan las condiciones de exceso de humedad que estos necesitan. También puede ocurrir que tu seto se vea atacado por hongos aunque el suelo tenga un buen drenaje y no riegues en exceso, especialmente en climas húmedos y épocas moderadamente cálidas, que son las que propician su crecimiento.
Además, muchos hongos pueden afectar no solo a los setos, sino a otros muchos cultivos del jardín, por lo que será necesario actuar rápidamente. Si ves partes blancas o grises en las hojas o las ramas de tu seto, actúa cuanto antes usando fungicida para setos. Si la zona afectada o a tratar es pequeña, puedes usar fungicida casero ecológico, como un fungicida con leche, muy efectivo y sin recurrir a químicos.
Otra señal del ataque de hongos son las bolsas de resina que se producen en algunas heridas de poda del seto, lo que significa que el hongo ha penetrado por ahí. Si la resina y los tejidos de la zona se vuelven pardos o rojizos, se trata del hongo Seridium. En este caso, puede ser necesario recurrir a los fungicidas específicos.
Cómo revivir setos secos
Recuperar un ciprés seco, u otro tipo de seto que se está secando, es posible si se siguen las siguientes indicaciones:
- No riegues en exceso, deja que el sustrato se seque ligeramente antes de hacerlo.
- Abona el seto de forma periódica, incluso cuando no esté enfermo.
- Controla que tus setos tienen sustrato de calidad, rico en nutrientes, aireado y con un buen drenaje.
- Aporta fosfato potásico ante el ataque de hongos, un tipo de abono que fortalece las defensas de la planta.
- Desinfecta siempre las herramientas antes y después de cada poda y en cada planta, de forma que no extiendas sin saberlo las enfermedades entre ellas. No dejes los restos en el suelo ni en contacto con otros setos.
- Si tuvieras que llegar a arrancar el seto, no utilices la tierra en la que estaba: los hongos más peligrosos se mantienen en las raíces y la tierra.
- Aplica fungicidas caseros o comerciales para deshacerte de los hongos. Si sabes qué especie de hongo es el que ataca en concreto, no dudes en buscar un fungicida específico, ya que será más efectivo y rápido.
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