Tipos de reciclaje

Siempre nos han dicho que hay que reciclar pero, ¿por qué? ¿Cuáles son los beneficios del reciclaje?

Reducción del volumen de basura

Bien, la primera ventaja es que se reduce la cantidad de basura: gestionar basura es un proceso muy complicado a la par que potencialmente contaminante. Cualquier residuo que no vuelva a utilizarse debe acabar incinerado (casi siempre) y, finalmente, enterrado en un vertedero. De forma habitual la basura se incinera y las cenizas se llevan a un vertedero final, aunque la incineración no se da en todos los casos.

Sea cual sea la forma, los vertederos son focos de contaminación: la incineración provoca gases nocivos que se deben gestionar adecuadamente, la basura genera lixiviados que pueden contaminar las aguas subterráneas si las alcanzan y grandes cantidades de metano, que se genera al descomponerse la materia orgánica. El metano es un GEI o Gas de Efecto Invernadero que resulta ser mucho peor que el ya temido CO2 o dióxido de carbono. Además, siempre se hace uso del territorio, que es difícilmente recuperable (dependiendo, una vez más, de la gestión que se haga), además de la generación de malos olores molestos para los vecinos y perturbadores para la fauna local. Y sin tener en cuenta toda la basura que se deposita en espacios no aptos, que puede generar problemas mucho mayores. El reciclaje nos ayuda a evitar esta cantidad ingente de basura.

Se reduce la extracción de materias primas

Pero no solamente se reduce la cantidad de basura, sino que, al reintroducirse material como materia prima, es necesaria una menor actividad extractiva. Es decir, necesitamos menos explotaciones petrolíferas para generar plásticos, menos minas para los diversos metales, etc. Toda actividad extractiva tiene un impacto medioambiental, por lo general alto, así que al reciclar la evitamos. Por lo general, este impacto es mucho menor que el que generan las instalaciones y plantas de reciclado (aunque no por ello hay que desdeñar este último). Además, también suelen reducirse los costes económicos.

Menos contaminación ambiental

Por último, los ciclos de reciclaje suelen ser locales. Aunque esto no se cumple en todos los casos, por lo general hay pocas reservas de materias primas concentradas en unos pocos sitios del planeta, mientras que todos los países tienen demanda de dichas materias primas. El reciclaje, bien organizado, puede ayudarnos a reducir los flujos de transporte entre unos puntos y otros.

Aprende más sobre Cuáles son los beneficios de reciclar en este otro artículo de EcologíaVerde.

Hay varios criterios para clasificar el reciclaje. Vamos a ver, a continuación, los criterios que definen los tipos de reciclaje que hay:

Reciclaje según el material

En este caso, depende básicamente del material que queramos tratar. Es muy importante separar bien los materiales, dado que cuanto menos mezcla haya, de mejor calidad será la materia prima resultante del proceso de reciclaje.

En esta categoría, encontramos los siguientes tipos de reciclaje según los materiales básicos:

• Reciclaje de plásticos, latas y bricks.
• Reciclaje de papel y cartón.
• Reciclaje de vidrio.
• Reciclaje de restos de alimentos.
• Reciclaje de objetos no reciclables.

Los objetos no reciclables pueden ser susceptibles de un proceso de valorización, como por ejemplo para producir energía usándolos como combustible (incineración), pero no podrán volver a usarse como materia prima. En cuanto a los restos de alimentos o compuestos orgánicos, dependiendo de la calidad de la separación podrán utilizarse para fabricar abonos o acabarán en un vertedero.

Reciclaje según los procesos

En este apartado abordamos algunos de los procesos que se dan durante el reciclaje:

• Reciclaje mecánico: incluye un trabajo mecánico manual (triaje) o auxiliado por maquinaria, como mesas de cribado o trómeles. Se utiliza mucho para separar los materiales, y en el reciclaje del plástico.
• Reciclaje químico: se busca la descomposición de un polímero en sus correspondientes monómeros para hacer un nuevo aprovechamiento. Incluye la hidrólisis, metanolisis, pirólisis, disolución... y los importantes procesos de lavado.
• Reciclaje energético: algunos residuos que no se pueden aprovechar sirven como combustible en grandes hornos como, por ejemplo, ruedas de neumáticos viejos (cuando no se puede reutilizar el caucho), el orujillo de la oliva, etc.

Reciclaje de residuos peligrosos y no peligrosos

Un criterio de selección y transporte muy importante es la retirada de residuos peligrosos. La mayoría no se puede reutilizar ni reciclar, pero algunos sí pueden tratarse de forma que se reduzca su peligrosidad y ocasionen menos daño para el medio ambiente. En este caso hablamos de pinturas, baterías, disolventes, trapos sucios, aceites, gases, residuos orgánicos contaminados, etc. En este otro post te explicamos todo sobre los Residuos peligrosos: clasificación, ejemplos y manejo.

Los contenedores más habituales de reciclaje son los siguientes (aunque deberías consultar con tus autoridades locales, ya que pueden variar de unos sitios a otros dependiendo de las especificidades de la gestión):

• Amarillo: envases.
• Azul: papel y cartón.
• Verde: vidrio.
• Marrón: orgánico.
• Gris: otros restos no reciclables o desechos.

Además de estos contenedores de reciclaje, hay puntos limpios para la recogida de otros materiales, como maderas, aceites, dispositivos electrónicos y un largo etcétera. En España además disponemos de los puntos SIGRE, de recogida de medicamentos, y de puntos de gestión de pilas.

En este otro post de EcologíaVerde te contamos Cuáles son los tipos de contenedores de reciclaje.

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