Abonado del césped: cuándo y cómo hacerlo

Conocer cuándo se debe abonar el césped es tan importante, si no más aún, que decidir qué abono usar. La mayoría de expertos coinciden en que lo mejor para el césped es abonarlo 3 veces al año: en primavera, en otoño y en verano, pero prestando atención en este último caso a no hacerlo en medio de las semanas más calurosas de la estación, ya que lo ideal es evitar siempre las temperaturas extremas y los picos de frío o calor cuando se abona.

¿Por qué se abona en estos tres momentos? Además de porque el césped, como todas las plantas, necesita de un buen aporte de nutrientes para desarrollarse sano y bonito, verde y sin hojas secas o amarillas, darle a tu césped estos nutrientes antes y después de las temporadas difíciles le permitirá resistir mejor las inclemencias tanto del calor del verano como del frío del invierno, manteniéndose más fuerte y sano.

Es importante respetar estas temporadas de abonado y no saltárselas independientemente del estado del césped, ya que necesitará el abono tanto si está en óptimas condiciones como si se ha empobrecido y amarilleado. El césped es un cultivo exigente, al fin y al cabo, y requiere de constancia y cuidados.

El principal nutriente que necesita el césped es el nitrógeno, aunque dista de ser el único. Cuando vayas a adquirir el fertilizante o abono para césped, fíjate en los tres números que aparecerán en algún punto del envase, estos representan el porcentaje de nitrógeno, fósforo y potasio que el producto contiene, en este orden. No te preocupes si la suma de los porcentajes no da un resultado de 100, pues lo más normal es que el abono contenga una buena cantidad de material de relleno que facilite la dispersión del producto.

Cada tipo y especie de césped tiene unas necesidades ligeramente diferentes: infórmate bien sobre cuáles son las necesidades de la especie de tu césped y hazte con un fertilizante adecuado. Ten especial cuidado en no excederte con el nitrógeno pues, aunque es un nutriente esencial, en exceso puede alterar el pH del suelo, quemar las raíces y amarillear algunas zonas. Te recomendamos leer sobre este problema en esta guía sobre el Césped amarillo: causas y cómo recuperarlo.

También es muy recomendable usar abonos de liberación lenta, que sueltan sus nutrientes de forma gradual y durante más tiempo, absorbiéndose así de forma más efectiva para la planta.

Hemos llegado al punto importante en el que hablamos sobre cómo se abona el césped. Te damos unos consejos:

• Repartir el abono para el césped de forma homogénea es vital para aprovechar adecuadamente sus propiedades: si lo concentras en algunas zonas, lo más probable es que el césped de estas se queme, mientras que aquellas a las que no ha llegado probablemente quedarán con menos vitalidad.
• Puedes intentar repartir el abono a mano procurando hacerlo de forma lo más regular posible, pero conseguirlo de esta forma puede ser bastante difícil.
• Si no te encuentras seguro al hacerlo a mano y tienes una zona grande que cubrir, lo más recomendable es usar un esparcidor o máquina esparcidora, como la de la imagen. Las hay de muchos tipos y un amplio abanico de precios, siendo las rotativas las más comunes.

Aquí indicamos algunos de los errores al abonar el césped más comunes y qué tener en cuenta para no cometerlos:

• Si no estás seguro de la cantidad, es preferible que te quedes corto de abono a que te pases: el exceso de nutrientes en las plantas es mucho más problemático y peligroso que la falta puntual de ellos.
• No abones si tu césped está amarillo o seco por falta de agua. Hidrátalo primero, que es lo que más necesita, y apórtale los nutrientes cuando haya empezado a recuperarse.
• Abona menos en zonas a la sombra, dado que el césped está menos activo ahí.
• No rellenes tu máquina esparcidora sobre el mismo césped: evitarás derrames y accidentes. Además, barre siempre o retira los excesos de abono que se te caigan.

Si dejas de abonar tu césped, los nutrientes que el césped necesita se irán agotando del suelo. Esto provocará que la cobertura del césped vaya perdiendo terreno ante las hierbas adventicias o malas hierbas, como los dientes de león y los tréboles. De hecho, estas consideradas malas hierbas suelen ser un indicador de falta de abono en esa parte del suelo en la que han aparecido, ya que necesitan menos nutrientes que el césped para prosperar bien.

Ahora que conoces todo esto sobre abonar el césped, te recomendamos leer también esta otra guía en la que te enseñamos a plantarlo bien y algunos de sus cuidados esenciales: Cómo y cuándo plantar el césped.

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