Ideas para reciclar bolsas de plástico


Reutilizar bolsas de plástico viejas es algo que solemos hacer a menudo, pero lo que no resulta tan habitual es reciclarlas para transformarlas en algo distinto. Sin embargo, las posibilidades son casi infinitas, y los resultados realmente fantásticos en muchas ocasiones.
Un mundo de posibilidades
Convertir cualquier tipo de bolsas de plástico en pulseras es posible enrollando finas tiras previamente enroscadas sobre sí mismas sobre un brazalete metálico, tal y como nos sugiere el blog de diseño Doesshenow. O, si lo práctico es lo nuestro, simplemente habremos de cortarlas en tiras y hacer de ellas una sola hebra que finalmente se convierta en cualquier otra cosa: cestas, esterillas, bolsos, etc.
Que una vulgar bolsa de plástico se transforme en una bonita flor que nunca se marchita sólo es cuestión de tomar las bolsas coloridas y echarle paciencia y magín o, si se desea, también podemos seguir el paso a paso propuesto en el site Inestructables.
Por último, las pantallas de las lámparas pueden confeccionarse con el plástico de las bolsas, ya sea por completo o en parte. El resultado, como se observa en una de las imágenes, es tan genial y creativo como fácil el proceso, que simplemente consiste en cortarlas en tiras largas y enrollarlas antes de colocarlas una junto a otra.

Vestidos y bolsas reutilizables
Además de transformarlas en flores, ovillos, pulseras u ovillos con los que tejer desde una esterilla hasta un bolso o cesta, las bolsas de plástico pueden convertirse en otras muchas cosas.
Además de flores, aprovechar lo vaporoso del plástico nos permite hacer vestidos para muñecas o para mujeres. En lugar de convertir el plástico en un hilo, -es fácil hacerlo cortándolas en tiras, enrollándolas sobre sí mismas muy prietas y atándolas-, se trata de aprovechar su ligereza para crear una especie de vuelo que recuerda al tutú de las bailarinas.
Como puede verse en la primera imagen, es posible hacer un disfraz precioso con bolsas de plástico bien seleccionadas, que incluso parece un vestido de diseño. Un resultado que inspira, sencillo y a la vez con un toque artístico.
Si nos lo proponemos, con paciencia y un buen patrón, de un ovillo también es posible tejer un vestido tan divertido como el que puede verse en la siguiente imagen. ¿Complicado? En realidad no hay más truco que saber hacer croché e ir haciendo un ovillo realmente largo, sobre todo si no queremos lucir minifalda.
Ya puestos, también podemos combatir la plaga de bolsas de plástico que nos inunda tejiendo una bolsa reutilizable con ese mismo hilo confeccionado con ellas. De nuevo, hay que dominar las agujas, aunque siempre podemos ir haciendo ovillos para alguien que sí sepa hacer punto, con lo que los dos saldremos ganando.

Ideas para reutilizarlas
Si queremos encontrarles usos rápidos, que no precisen de transformaciones, también es fácil hacerlo de mil maneras. Lo más socorrido es usarlas de nuevo como bolsa, por ejemplo como bolsa de basura o como bolsa de recogida de desperdicios cuando vamos de picnic a la playa o al campo.
También son muy útiles como gorrito de baño cuando para la ducha, como protector para evitar que el tinte manche la ropa o para separar la ropa sucia en la bolsa del gimnasio, pongamos por caso.
Eso sí, no dejemos a los niños jugar con ellas para evitar riesgos innecesarios y, cuando las desechemos, cortemos las asas para evitar accidentes en los animales. Evitemos también dejarlas tiradas porque el viento puede llevarlas lejos y acabar dañando a la fauna, pues en ocasiones las confunden con alimento y las comen o se quedan enganchados con ellas cuando llevan asas.
Si queremos cuidar nuestros zapatos y el suelo está mojado atarse una bolsa en cada pie es una solución muy básica, pero que funciona a las mil maravillas. Luego bastará enjuagarlas un poco y dejarlas secar para volver a usarlas en otra ocasión.
Una curiosa opción es guardar algunas bolsas para nuestro minino, sobre todo si es de esos gatos que adoran el contacto con el plástico. De nuevo, hemos de asegurarnos de cortar las asas y, a continuación, tan solo pongamos unas cuantas a su alcance, sobre una alfombra, sofá, cama, en su cunita... Con suerte, el pequeño felino lo pasará en grande, una manera sencilla de hacerlo feliz.
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