La importancia del medio ambiente

Se reconoce como medio ambiente al conjunto de elementos naturales y artificiales que posibilitan la existencia de los organismos en un espacio y tiempo determinado. Dicho de una manera más técnica, se compone por el factor biótico y el abiótico. El factor biótico corresponde a todos los seres vivos, los cuales están divididos en diferentes reinos. El reino más complejo es el reino animal (animales), seguido del reino vegetal (plantas), el reino hongo (levaduras, setas y mohos), el reino protoctista (algas y protozoos) y, finalmente, el reino mónera (bacterias).

Por otro lado, el factor abiótico está compuesto por los componentes químicos y físicos que carecen de vida pero que afectan tanto al correcto funcionamiento de los ecosistemas como al de los organismos. Dentro de este grupo nos encontramos todos los componentes ausentes de vida de un ecosistema, como los flujos de energía, las condiciones atmosféricas, los gases, concentraciones de substancias orgánicas e inorgánicas y los recursos hídricos. El agua, la luz, el pH, la humedad, la temperatura, el oxígeno, el suelo, los diferentes nutrientes y el aire son los más destacables.

Una vez comprendido qué es el medio ambiente y de qué está compuesto, resulta esencial entender que los seres vivos lo empleamos como fuente de recursos, de ahí la importancia a la hora de conservarlo. De él se extrae el alimento, como vemos por ejemplo en el caso de las cebras, que se nutren del pasto de la sabana. No obstante, también es útil para desarrollar mejor ciertas actividades, como las ramas que emplean los chimpancés para sacar las hormigas de las pequeñas oquedades.

Por supuesto, también nos servimos del medio ambiente para construir mejor un hogar, como vemos con las golondrinas o, de una manera más compleja, para diferenciarnos del resto de seres, como hacemos los humanos a la hora de elaborar vestimentas propias. Los batwa, pueblo pigmeo de Burundi y Ruanda, emplean la madera del bosque como fuente de energía, por ejemplo.

Como lugar físico, en el medio ambiente crecemos y nos desarrollamos. Unas especies se adaptan al medio ambiente para crear sus nidos, madrigueras o casas. Otras, buscan huecos idóneos para protegerse, criar a sus proles, superar las condiciones adversas del clima o incluso para tener mejores ventajas a la hora de cazar.

A todos nos vienen a la mente ejemplos de animales, pero vayamos más allá: existen otros seres vivos que prosperan en el medio ambiente según las condiciones de este espacio físico. Esto ocurre en el caso de las cianobacterias, bacterias que se encuentran en las grandes superficies de agua donde hay un exceso de nutrientes. Otro ejemplo podría ser el del musgo o briofita, que necesita espacios húmedos para existir, ya sean pequeñas grietas sobre piedras o superficies de ramas.

Desde un punto de vista más abstracto, en el medio ambiente interactuamos con otros individuos. Esto puede darse con miembros de una misma especie para aparearse, como hacen los corzos todos los otoños, o para protegerse y aprender de otros comportamientos útiles para crecer y sobrevivir, como ocurre con las ovejas cuando aprenden de sus madres a comerse el tomillo y evitar así malestares digestivos. La interacción también se puede contemplar desde una visión más sociable en la cuál se busca jugar, como vemos con las orcas a la hora de jugar entre ellas con las algas.

A la hora de emplearlo como espacio de interacción con otras especies, el medio ambiente puede servir también para la supervivencia concreta de muchos organismos, como ocurre con la relación simbiótica mutualista del coral y el alga, donde ambos se aprovechan mutuamente para existir en unas condiciones más favorables. Sin esta relación de diferentes especies, los arrecifes de coral no crecerían igual y no podrían ser el hábitat de miles de seres vivos.

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Por tanto, sin un medio ambiente sano, diverso y equilibrado, no existirían muchas especies y, de hecho, no existiríamos nosotros los humanos, ya que de él dependemos. Aquí yace nuestra presión como especie que más impacto causa, pues la contaminación y el medio ambiente son responsabilidad del ser humano. En este otro artículo te explicamos más detalladamente Cómo afecta la contaminación al medio ambiente.

Es fundamental reducir nuestro impacto no solo para que la especie humana siga existiendo, una condición básica que a veces olvidamos, sino también para que el resto de especies puedan vivir de forma digna y segura. Hemos llegado a un punto en el que resulta imposible negar nuestra repercusión sobre el medio ambiente; debemos tener claro que la Tierra se acabará autorregulando cuando nosotros nos extingamos, no obstante, no es justo que pongamos en riesgo la continuidad de otras miles de especies. Incluso los humanos cuyo impacto es insignificante comparado con el nuestro (como es el caso de las tribus del amazonas, aborígenes australianas, africanas, etc. debido a su menor desarrollo tecnológico) se ven afectados por el estilo de consumo y desarrollo que llevamos.

Por ello, debemos entender por qué es importante el medio ambiente y por qué debemos cuidarlo y protegerlo. Si quieres formular una explicación de cómo cuidar el medio ambiente para niños, es esencial tener en cuenta que está en manos de todos nosotros crear un espacio más sostenible en el que sea posible convivir en armonía sin poner en riesgo la existencia de millones de especies.

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