Por qué crecen hongos en mi jardín y cómo eliminarlos

Los hongos pueden aparecer en nuestros jardines por múltiples causas, siendo las más frecuentes:

• Fenómenos meteorológicos: los hongos son propensos a aparecer en climas húmedos con poca luz, por lo que, las precipitaciones frecuentes y las formaciones de charcos o el estancamiento de aguas pueden ocasionar su aparición.
• Acumulación de residuos o restos orgánicos: la materia orgánica en descomposición es una fuente de infección y de aparición de hongos, por lo que, si no cuidamos nuestros jardines y permitimos que se acumulen restos de basura orgánica, como por ejemplo frutos caídos de los árboles, lo más probable es que los hongos invadan nuestro jardín.
• Aplicación de fertilizantes: tenemos que saber que, al fin y al cabo, nuestro jardín constituye un pequeño ecosistema, por lo que, cualquier alteración en uno de sus componentes puede provocar cambios en el resto. De modo este modo, cuando aplicamos de forma excesiva fertilizantes, abonos y nutrientes a fin de asegurar el crecimiento de nuestras plantas, lo que conseguimos en la mayoría de los casos es justo el efecto contrario, la aparición de hongos. Esto se debe a la alta cantidad de residuos orgánicos que tienen los abonos y fertilizantes en su composición.
• Riego excesivo: del mismo modo que el exceso de precipitaciones y la acumulación de agua pueden favorecer la aparición de hongos en nuestros jardines, unas técnicas de riego inadecuadas o excesivas pueden provocar el mismo efecto.
• Plantaciones nuevas: en las primeras fases de crecimiento y desarrollo tanto las plantas como el césped son vulnerables a cualquier tipo de cambio, debido a que aún no se han desarrollado sus raíces completamente, siendo más vulnerables ante el ataque de posibles hongos.

La presencia de hongos o setas venenosas o no, así como de hongos que se convierten en auténticas plagas para las plantas, en nuestro jardín no suele ocasionar daños irreversibles en el terreno ni a las plantas de alrededor, aunque si es cierto que pueden ser muy molestos a la hora de eliminarlos o, en caso de que se trate de setas venenosas, que haya algún problema por su ingestión, tanto por parte de las personas como de los animales que habiten en el hogar. No obstante, el mayor problema que suelen presentar los hongos es que nuestras plantaciones o cultivos se vean afectados enfermando, perdiendo su aspecto, características y propiedades. Además, los más comunes suelen ser hongos o setas comestibles, no venenosas, como la setas de cardo (Pleurotus eryngii) o la matacandil (Coprinus comatus) aunque, por otro lado, también son muy frecuentes las plagas de hongos microscópicos en las plantas, pero si no nos comemos esas plantas no supone ningún riesgo para nuestra salud.

Los hongos foliares, por ejemplo, suelen provocar alteraciones en las hojas de las plantas, aunque también pueden afectar a los brotes, a las ramas más jóvenes y a las flores. Así pues, la aparición de manchas o bultitos circulares con distintas tonalidades, blanquecinas, rojizas, naranjas o amarillentas, la deformación de las hojas, el agrietamiento de los frutos y la pérdida de la floración de la planta son algunas de las consecuencias que atañen las enfermedades producidas la infección de un hongo. En las últimas etapas de enfermedad lo más probable es que la planta pierda sus hojas o incluso su vida. Algunos de estos hongos son el oidio, mildiu, roya, negrilla, etcétera.

Por otro lado, los hongos de la madera presentan efectos diferentes. Estos suelen provocar la pudrición de la planta, que se detecta muy fácilmente debido a su característico color blanquecino o marrón. Además, la madera suele perder sus características de dureza, quedando un material débil y blando sin apenas resistencia. Estos hongos son más difíciles de erradicar, por lo que en la mayoría de los casos es mucho mejor prevenir.

Tal y como hemos dicho anteriormente, una de las mejores técnicas consiste simplemente en prevenir la aparición de hongos a través de la observación de nuestras plantas. Los hongos son de un tamaño microscópico, por lo que no podemos ser conscientes de sus primeras apariciones. No obstante, sus efectos si son visibles, por lo que debemos estar atentos ante los primeros síntomas en nuestras plantas y saber cómo actuar.

La aplicación de unas técnicas adecuadas de riego y fertilización constituyen unas de las herramientas más eficaces a la hora de evitar la aparición de hongos. Para ello basta con adaptándonos a las características del clima en el que nos encontramos, evitando que se produzcan encharcamientos y aplicando correctamente y en la cantidad justa los nutrientes y abono para nuestro jardín. Las cantidades de agua y nutrientes que nuestro jardín necesita dependerán del lugar en el que nos encontremos, su clima y del tipo de especies que plantemos en nuestro jardín, por lo que debemos hacer un estudio minucioso y adecuado antes de ponerlo en práctica. No obstante, debemos tener en cuenta que una humedad superior al 80% prácticamente asegura la aparición de hongos, por lo que, es necesario mantener un nivel de humedad inferior a dicho porcentaje.

En algunas ocasiones la aireación del terreno también nos puede ayudar a prevenir la aparición de hongos. Consiste en agujerear el suelo o remover la tierra, al menos una vez al año, para asegurar la absorción de agua y la entrada de oxígeno en el sustrato.

En cambio, si ya es demasiado tarde para aplicar estas técnicas de prevención y los hongos ya se han manifestado en nuestras plantaciones, el mejor remedio para los hongos en el jardín consiste en acudir a un vivero o a una tienda específica de productos de jardinería y adquirir el fungicida más adecuado para nuestro jardín, a ser posible que sea natural o biodegradable. No obstante, si quieres eliminar los hongos del jardín con productos naturales, no te pierdas este otro artículo de EcologíaVerde sobre Fungicidas caseros. Si se trata de hongos o setas en el terreno o la madera, recomendamos retirarlos todos a mano y desecharlos antes de aplicar los tratamientos fungicidas.

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