Qué es un acuífero: definición y cómo se forma
El agua subterránea es uno de nuestros recursos más valiosos, aunque probablemente nunca la veas o incluso no te des cuenta de que está ahí. El agua subterránea puede aparecer de diversas formas y una de ellas es en acuíferos. De hecho, hay una cantidad inmensa de agua en los acuíferos que se encuentran debajo de la superficie de la Tierra. Posiblemente pueda haber más de cien veces más agua en el subsuelo que en todos los ríos y lagos del mundo. Pero para que se puedan forma estos acuíferos tienen que darse unas condiciones especiales.
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Qué es un acuífero
Según su origen etimológico, acuífero procede del latín “aqua” que significa "agua" y “fero” que significa literalmente "yo llevo", así en latín significa literalmente "yo llevo agua". En términos de geología, un acuífero es una formación geológica subterránea que alberga agua. Los acuíferos permiten el paso del agua por medio de fisuras y grietas en las rocas hasta tal punto que a veces, el agua puede alcanzar la superficie terrestre y otras masas de agua superficiales.
En los acuíferos se diferencian varias zonas clave: el nivel freático, la zona de saturación y la capa impermeable. El nivel freático es el nivel donde se encuentra el agua y se corresponde con el sector superior. La zona de saturación es el espacio donde se encuentran los poros de las rocas que pueden ser inundados cuando el nivel freático aumenta. Por último, se encuentra la capa impermeable que es la capa de rocas que permite que el agua se acumule y se mueva horizontal y verticalmente. Entre el nivel freático y la superficie puede haber otra zona conocida como zona de aireación.
Cómo se forma un acuífero
El agua subterránea es una parte más del ciclo del agua. Parte de las precipitaciones se infiltran en el subsuelo y van descendiendo hasta que alcanzan el material rocoso que hay debajo. El material rocoso puede ser más o menos permeable; si es permeable dejará pasar el agua, pero si es impermeable el paso del agua quedará interrumpido y quedará acumulada.
Dos factores importantes intervienen en la formación de las aguas subterráneas y de los acuíferos:
- Gravedad: la gravedad atrae el agua hacia el centro de la Tierra, por lo que el agua que cae sobre la superficie tratará de filtrarse hacia el subsuelo.
- La litología: la roca debajo de la superficie de la Tierra influye en la formación de los acuíferos. Si toda la roca madre consiste en un material denso incluso la gravedad no puede hacer que el agua se filtre. La roca madre también contiene cantidades variables de espacios vacíos donde se acumulan las aguas subterráneas y también puede romperse creando más espacios. Por otro lado, cuando la roca madre es piedra caliza, el agua disuelve la roca y como resultado se obtienen grandes cavidades que se llenan de agua.
Por más intensa que sea la fuerza de la gravedad esta no puede arrastrar toda el agua hacia debajo. En la profundidad de la corteza terrestre hay materiales como el granito o las arcillas que impiden que el agua las atraviese. En muchos casos estas capas están situadas por debajo de otras que sí dejan pasar el agua y, por lo tanto, actúan como una capa de confinamiento de las aguas subterráneas. Dado que es más difícil que el agua profundice, esta tiende a acumularse en las capas porosas y a fluir lentamente en una dirección más horizontal (paralela a las capas de las rocas) hacia la superficie.
La precipitación eventualmente recarga el acuífero. Sin embargo, la tasa de recarga no es la misma para todos los acuíferos, y eso debe considerarse cuando se extrae el agua desde un pozo. El bombeo de demasiada agua en un espacio corto de plazo puede provocar su agotamiento si además las precipitaciones no recargan el acuífero lo suficiente.
Tipos de acuíferos
Los acuíferos pueden clasificarse de distintas formas según que características.
Estructura
Según su estructura se pueden distinguir tres tipos de acuíferos: libres, confinados y semiconfinados. Los acuíferos libres son aquellos en los que existe un nivel freático, es decir, un nivel al que se encuentra el agua en el subsuelo. Ese nivel está determinado por el lugar donde se encuentra la capa impermeable que se sitúa en el subsuelo y donde se encuentra la superficie terrestre. En algunos casos el nivel freático puede llegar a la superficie y entonces originar manantiales, humedales, arroyos u otros cuerpos de agua.
Por otro lado, los acuíferos confinados son aquellos en los que el agua subterránea está almacenada a presión debido a la existencia de varias capas de rocas impermeables. A veces las capas de roca se doblan o se inclinan en el interior de la corteza terrestre y esto puede hacer que una capa de roca menos porosa quede tanto por encima como por debajo de la capa porosa confinando el agua en su interior. En este caso, las rocas que rodean el acuífero limitan la presión en la roca porosa y su agua. En estos acuíferos, la presión, llamada presión artesiana, es mayor que la atmosférica. Consecuentemente, si se perfora un pozo en este acuífero "presurizado", la presión interna podría ser suficiente (dependiendo de la capacidad de la roca para transportar agua) para empujar el agua hacia el pozo y la superficie.
Finalmente, en los acuíferos semiconfinados, la permeabilidad es intermedia pero la presión es igual a la atmosférica.
Porosidad
Según su porosidad se pueden clasificar en acuíferos porosos y acuíferos fisurales. Los acuíferos porosos presentan numerosos poros interconectados donde se acumula el agua. No son demasiado permeables y en esta categoría se pueden encontrar formaciones de arcilla o gravas aluviales. Los acuíferos fisurales se caracterizan por la existencia de fisuras en la roca, también interconectadas pero que permiten un mejor paso del agua. Estos son los acuíferos más conocidos y por ejemplo son los que ocurren en zonas kársticas.
Litología
También se pueden clasificar en función de su litología o tipo de roca sobre la que se haya formado, pero en este caso puede haber cientos de tipos de acuíferos. Pueden asentarse, por ejemplo, sobre rocas calizas (paisaje kárstico), areniscas o piedras volcánicas.
Comportamiento del agua
Según el comportamiento del agua se pueden diferenciar en cuatro tipos: acuíferos, acuitardos, acuícludos y acuífugos. Los acuíferos pueden considerarse como almacenes y transmisores de las aguas subterráneas. Los acuitardos son buenos almacenes, pero malos transmisores, los acuícludos son solo transmisores y los acuífugos no permiten ni el almacenaje ni la transmisión del agua.
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