Reproducir lavanda: cuándo y cómo hacerlo
La lavanda es una planta aromática muy popular tanto en interiores como en huertos y jardines. Esta planta, de numerosos usos culinarios y medicinales, tiene además la capacidad de atraer insectos polinizadores beneficiosos, como abejas y mariquitas, por lo que contar con lavanda siempre es una buena idea. Además, sus flores de característico violeta son muy bonitas, y su agradable olor hará más agradable cualquier espacio o estancia. Por si todo esto fuese poco, resulta una planta con una gran capacidad de adaptación a una amplia gama de condiciones, así que cualquiera puede animarse a hacerse con ellas.
En este artículo de EcologíaVerde te enseñamos cuándo y cómo reproducir lavanda, y es que, aunque es posible plantarla desde semillas, su reproducción por esquejes resulta mucho más práctica y rápida.
Cuándo reproducir lavanda
Dado que vamos a reproducir la lavanda por esquejes, debemos procurar hacerlo en un momento de clima templado, que es al que esta planta está mejor adaptada. Así, lo mejor es elegir un momento en que las temperaturas no sean muy altas ni muy bajas. En la mayoría de climas, esto ocurre en los inicios del otoño y de la primavera. Sin embargo, si vives en una zona de clima tropical muy constante, puedes hacerlo durante prácticamente todo el año.
Te sugerimos conocer con este otro post de EcologíaVerde los distintos Tipos de lavanda que hay para que veas cuál encaja mejor en tu hogar.
Cómo reproducir lavanda - paso a paso
Al reproducir por esquejes, conseguimos una reproducción muy rápida de la planta, ya que en unas pocas semanas contaremos con un ejemplar adulto y sano. Se trata además de un método bastante seguro en las especies que lo permiten, como es el caso de la lavanda, y que dará lugar a una planta que es una copia exacta de la planta madre. Sigue estos pasos para reproducir lavanda por esquejes:
- Desinfecta las tijeras o cuchillo con que vayas a cortar la lavanda. Este es un paso muy necesario siempre que se trabaja con poda o esquejes, ya que si no tienes cuidado, podrías transmitir a la planta enfermedades y extenderlas a otras más adelante.
- Haz los esquejes. Realiza los cortes de forma limpia, eligiendo ramas leñosas que cuenten con una buena cantidad de ramas secundarias. Después, corta las ramas secundarias cerca de su nacimiento, solo unos centímetros a lo largo de la rama principal, pero procurando no dañarla. Estos cortes, cuando queden enterrados, ayudarán al esqueje a formar raíces con más facilidad. Si el esqueje cuenta con ramitas secundarias de muy pequeño tamaño y aún verdes, simplemente retíralas con las manos.
- Sumerge los esquejes de lavanda en enraizante. Para esto, puedes usar hormona enraizante como la que venden en las superficies especializadas, o preparar tú mismo la tuya en casa con alguno de los muchos métodos disponibles. Sumerge los esquejes en el enraizante preparado durante aproximadamente una hora.
- Prepara la maceta o recipiente. Lo ideal es utilizar macetas de barro, aunque las de plástico también pueden ser útiles para esto. En cualquier caso, es muy importante que el recipiente cuente con agujeros de drenaje.
- Respecto al sustrato para los esquejes, aquí lo mejor es preparar tu propia mezcla especial para los esquejes. Utiliza una parte de fibra de coco, una de turba y una de arena. Este sustrato será muy ligero y adecuado para las plantas en este delicado estado. No uses turba o tierra en la que hayas cultivado previamente, pues podría contener plagas o enfermedades.
- Planta los esquejes de lavanda. Haz un agujero en el sustrato con un bolígrafo o con el propio dedo y entierra los esquejes de lavanda.
- Riega los esquejes con abundancia pero sin encharcar. Para ayudar a los esquejes a crecer en un ambiente más estable, puedes cubrir la maceta con una botella de plástico cortada u otra cosa parecida, que hará de invernadero.
En unas 4 o 6 semanas, tus esquejes de lavanda habrán echado raíces y estarán listos para ser trasplantados a su ubicación definitiva. Para cuando llegue ese momento, aquí tienes una guía sencilla para saber Cuándo y cómo trasplantar una planta.
Cuidados de la lavanda - guía sencilla
Tras aprender a reproducir lavanda, ahora toca conocer sus cuidados para poder cultivar las plantas que hayas logrado. En realidad, verás que la lavanda no es muy exigente en sus cuidados. Con que tengas estos puntos sobre los cuidados de la lavanda en consideración, será suficiente para que se desarrolle bien y esté sana.
- Luz: es una de las pocas cosas importantes que la planta necesita. Ubícala siempre en una zona o estancia bien iluminada, donde reciba seis o más horas de luz directa al día. Sólo si vives en una zona con un sol extraordinariamente intenso, deberás cubrirla de este.
- Clima: la lavanda es propia de climas templados y los agradece, aunque puede adaptarse a los fríos y a los cálidos.
- Ubicación: no juntes demasiado los distintos brotes de lavanda entre sí al plantarlos, ya que estarán mejor con espacio.
- Riego: con una vez a la semana en los meses cálidos, lo habitual es que sea suficiente. Sin embargo, si notas que el sustrato está muy seco, riégala más a menudo. No mojes sus hojas, tallos ni flores al regarla.
- Poda: una poda realizada una vez al año de forma suave hará que la planta crezca más fuerte y con mejor salud. Aprende más sobre este tema con esta guía práctica sobre Cuándo y cómo podar lavanda.
Para terminar, amplia estos nuevos conocimientos con esta otra guía de jardinería sobre los Cuidados de la planta de lavanda en maceta.
Si deseas leer más artículos parecidos a Reproducir lavanda: cuándo y cómo hacerlo, te recomendamos que entres en nuestra categoría de Cultivo y cuidados de las plantas.