Biomímesis: qué es y ejemplos

La biomímesis es una corriente de pensamiento científico que procede del griego "bios", "vida", y "mímesis", "imitación". Busca emular la naturaleza como fuente de inspiración y aprendizaje para solucionar problemas antropocéntricos actuales que la naturaleza ha resuelto por sí misma. Ya sea a partir de tecnología innovadora o sistemas más sencillos.

Jaine M. Benyus profundiza en su libro Biomímesis, sobre cómo la ciencia innova inspirándose en la naturaleza. Expone las estrategias que la biomimética adquiere del análisis del funcionamiento de la naturaleza:

• Emplear como fuente de energía la energía solar.
• Consumir únicamente la energía que se necesita.
• Ajustar la forma a la función.
• Reciclarlo todo como los ciclos de materia.
• Premiar la cooperación entre individuos.
• Contar con la diversidad de culturas y especies.
• Demandar tecnología local.
• Frenar los excesos desde dentro del sistema.
• Sacar partido de las limitaciones.

En definitiva, se busca ser más eficiente tanto en materia de recursos como de energía para lograr un objetivo mediante la observación de la naturaleza. Si observamos los ecosistemas encontramos modelos muy diversos y completos. En todos, los ciclos de materia y energía están autorregulados. Si existe un exceso de individuos o materia, el sistema se encargará de volver a ajustarlo para volver al estado clímax mediante ligeras fluctuaciones, consumiendo la mínima energía posible.

Cada organismo ha evolucionado hasta lograr un modelo perfecto de ser vivo, dentro de sus limitaciones, adaptado a sus condiciones y circunstancias, por lo que tan solo se debe de estudiar qué adaptaciones han desarrollado para superar las diferentes adversidades. Ya en la gran Al-Ándalus, el sabio andalusí Abbas Ibn Firnás, quien murió en el 887d.C., creó un artilugio para volar imitando a los pájaros. Pese a que no fue un invento de éxito, se aprendió que debía de añadirle una cola para no caer en picado y controlar mejor el vuelo.

Dentro de la ingeniería biomimética se debe de considerar que para desarrollar el producto que sea, debe de reducir sus emisiones de carbono y ser respetuoso con su modelo de producción. Ya que carece de sentido si para producirlo el análisis de su ciclo de vida es más contaminante y se produce en países donde las condiciones laborales son menos estrictas. Por ello, es una filosofía que no solo engloba el imitar a la naturaleza, si no el que también sea respetuoso y se pueda mantener de manera ética y sostenible en el tiempo. Si has profundizado en la economía circular, apreciarás cómo se ha inspirado en esta corriente científica. A continuación, indicamos algunos ejemplos de biomímesis para comprenderla más a fondo.

Dentro de la arquitectura biomimética destaca el Eastgate Center de Mick Pearce, en Zimbabwe, edificio que posee un sistema de refrigeración pasivo a partir del aprendizaje del funcionamiento de los termiteros africanos.

Los nidos de las termitas son construidos a partir de los principios de la termorregulación. En primer lugar, lo orientan en el eje N-S, luego posee una estructura parecida a la de una chimenea. En ella se extrae el aire caliente que es menos denso y permite el paso del aire más frío en la base a partir de una red de conductos construidos por las termitas. De esta forma acaban refrigerando el termitero en situaciones en las que la temperatura externa puede alcanzar los 42 ºC.

Los tiburones, pese a desplazarse con gran lentitud su piel no está poblada por balanos, algas u otros organismos. Este hecho es lo que ha llevado a la empresa Sharklet a crear superficies que imiten la estructura de la piel del tiburón para que no proliferen microorganismos.

Dicho invento posee gran interés para utilizarlo en los hospitales, como en los mangos de las puertas, barandillas o interruptores. Se estima que millones de personas adquieren infecciones nosocomiales u hospitalarias por acudir al hospital, pese a que haya una limpieza constante de los espacios comunes. La piel del tiburón limita el crecimiento de microorganismos al poseer una estructura que genera un estrés sobre estos por su disposición superficial, llegando a generar que se mueran sin darles tiempo a multiplicarse.

Otra de las formas de la naturaleza más estudiadas es cómo transformar la energía solar en energía aprovechable por el ser humano. Una línea busca imitar la fotosíntesis natural que producen los organismos fotosintéticos donde a partir de dióxido de carbono, agua y luz solar acaban produciendo oxígeno y material celular.

Al copiar la fase lumínica de la fotosíntesis de las plantas, mediante la construcción de celdas fotoeléctricas, se acaba disociando las moléculas de dióxido y oxígeno a través de la hidrólisis el agua. Y con ello, emplearlo como vector energético.

Dentro del biomimetismo se ha estudia cómo los mejillones aún en situaciones muy adversas de presión, humedad y temperatura, logran segregar un pegamento capaz de adherirse a las rocas. Uno de los beneficios de este pegamento es que además de ser muy resistente, no es ecotóxico, por lo que sería más respetuoso frente al resto.

A continuación, indicamos otros ejemplos bioinspirados en la naturaleza:

• Trajes de baño inspirados en la piel del tiburón para reducir la fricción del agua.
• Tren bala que simula en el pico del Martín pescador.
• Alternativas al plástico resistentes y biodegradables inspirados en la cutícula de los insectos.
• Ventiladores basados en la cola caudal del jibarte.
• Radar basados en la ecolocalización de los murciélagos.
• Paneles solares fotovoltaicos que calcan el movimiento del girasol.
• Zapatos que imitan los pies del geko.
• Mochila con forma de armadillo.
• Velcro bioinspirado en los cardos.
• Bastón para invidentes que copia la ecolocalización de los murciélagos.

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