Cómo injertar rosales
Los rosales son unas plantas muy apreciadas por su gran belleza y por la fragancia de sus flores, ampliamente valoradas en todo el mundo como una de las mejores flores decorativas. Su uso está tan extendido y especializado, que lo habitual es que la mayoría de rosales que vemos no sean una sola especie común, sino un injerto de dos o hasta tres de ellas. Esto se hace para aprovechar las raíces y tallo de especies más fuertes y la espectacular floración de otras especies más débiles o, incluso, para obtener rosas distintas, que son imposibles de lograr de otra forma.
Si quieres aprender cómo injertar rosales para poder disfrutar de las mejores características de dos plantas distintas, acompáñanos en este artículo de EcologíaVerde en el que verás una guía completa con pasos y consejos sobre los injertos de rosales.
Cuándo injertar rosas
La primera duda a aclarar es cuál es la mejor época para injertar rosales, ya que el injerto es un proceso muy agresivo para ambas plantas, pero sobre todo para la yema injertada, por lo que no puede realizarse en cualquier época del año. Para maximizar las posibilidades de éxito del injerto, debemos buscar el momento óptimo para la planta.
En el caso de los injertos de rosales, esto se da normalmente en verano, después de la floración. El mejor momento para podar la yema e injertarla es aproximadamente una semana después del marchitamiento de la flor en el pedúnculo floral en cuestión.
Es importante haber regado abundantemente la planta los días anteriores a la retirada de la yema, pero el día de la realización del injerto es mejor hacerlo sin haber regado la planta aún. Los mejores momentos del día para esto son por la mañana o al atardecer. Sabiendo esto, ya podemos adentrarnos en conocer cómo se hace un injerto en un rosal.
Cómo injertar rosales paso a paso
Uno de los métodos más utilizados a la hora de injertar rosales es el injerto por escudete. Este acostumbra a dar buenos resultados en esta planta en la mayoría de casos si se realiza bien. Sigue estas instrucciones para saber cómo injertar un rosal paso a paso:
- Lo primero es esterilizar completamente las herramientas que vayas a usar. Necesitarás unas tijeras de poda bien afiladas y un cuchillo, también tan afilado como sea posible. Herramientas en buen estado aseguran cortes más limpios, algo vital para la salud de la planta. Asegúrate de desinfectarlas adecuadamente antes de empezar.
- Una vez listo esto, puedes pasar a extraer la yema del rosal que vamos a injertar. Corta la yema foliar media de un tallo en el que la flor se haya marchitado aproximadamente una semana antes.
- Prepara el patrón, que es la planta que va a proporcionar sustento al nuevo injerto, gracias a sus raíces y tallo. A veces se usan rosales macho de otra especie como patrón, más fuertes pero sin flores, aunque también podemos utilizar árboles o arbustos de otro tipo.
- Para el injerto en escudete, haz una incisión en forma de T o T invertida, que es donde colocarás el injerto. Es muy importante cortar solo la corteza y no la parte más interna del tallo, pues de lo contrario el injerto fallará.
- Abre los labios del corte con cuidado para asentar la yema en el interior del corte, de forma que encaje lo mejor posible, procurando maximizar la superficie de contacto entre las dos plantas.
- Una vez asentada la yema en el patrón, recoloca los labios del corte y asegura el injerto con cinta para injertos u otro material, como el hilo de rafia. Mantén el injerto firme en su sitio con el pulgar mientras colocas el material de sujeción.
- Pasadas dos semanas, retira la cinta para comprobar el estado del injerto. Si ha sido exitoso, debería notarse ya. Si el injerto no ha funcionado, tendrás que repetir la operación desde el inicio con un nuevo corte y una nueva yema.
- En injertos exitosos, entre finales de invierno e inicio de primavera del siguiente año se poda el patrón por encima del injerto, de forma que a partir de ese momento toda la energía vaya a la parte injertada.
Este proceso se usa habitualmente tanto cuando se busca cómo injertar un rosal de pie alto, como si se trata de injertar un rosal trepador. A veces podemos incluso encontrarnos ante rosales de doble injerto, en que las raíces y base del tallo son de una planta, el tronco o tallo principal de otra y finalmente la copa del rosal de floración deseada es de una tercera planta, por lo que se han tenido que hacer dos injertos.
Cómo injertar un rosal para que dé rosas de dos colores
La técnica del escudete puede utilizarse también para injertar rosas de un color determinado en un patrón con rosas de otro color. De esta forma, cuando el injerto es exitoso, permite que el rosal dé flores de los dos colores, o hasta de más si realizamos más injertos. Por tanto, necesitarás hacer un esqueje de una de las plantas con el corte adecuado para un injerto, para luego poder realizar el injerto del rosal, tal y como hemos explicado antes, en la otra planta.
Lógicamente, en este caso concreto no se poda el patrón por completo por encima del injerto, ya que queremos mantener la floración de ambos.
Cuidados de un rosal injertado
Después de hacer el injerto de rosal, este necesitará de algunos cuidados más específicos, ya que es un proceso, como hemos dicho, muy agresivo para la planta. Te recomendamos seguir estos consejos sobre los cuidados de un rosal injertado:
- Durante las dos semanas siguientes al injerto, la planta necesitará de un riego más frecuente y abundante de lo habitual. Se busca mantener la tierra húmeda en todo momento, pero siempre sin encharcar.
- Durante el primer año, es recomendable podar los primeros dos o cuatro brotes del vástago para dar tiempo al injerto a asentarse por completo.
- Es bueno aportar a la tierra algo de sustrato compost o humus de lombriz para darle un extra de nutrientes.
- Por último, y como siempre, las rosas necesitarán de una buena iluminación y un ambiente aireado.
Tras conocer todo esto, ahora te recomendamos leer este post acerca de Cómo cuidar un rosal en maceta.
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