¿Las plantas sienten dolor?

Sin lugar a dudas, las plantas son seres vivos. Realizan las funciones vitales de alimentación y respiración, aunque de un modo diverso al que estamos acostumbrados a ver entre los animales.

Las plantas toman diferentes compuestos químicos del suelo, el agua y la atmósfera, los cuales su organismo se encarga de romper en pequeñas moléculas para su mejor aprovechamiento y/o sintetizar nuevos compuestos que les servirán como materias primas para alimentarse (mediante el proceso de fotosíntesis) y respirar (captando dióxido de carbono y liberando posteriormente oxígeno en la atmósfera).

Además, las plantas, como seres vivos que son, son capaces de percibir la presencia de otro ser vivo que se encuentre cerca de ellas, interactuando directa o indirectamente con su organismo (mediante un contacto físico o a través de una interacción química).

No obstante, al contrario que los animales, la percepción de las plantas no se basa en un sistema nervioso, sino en todo un mundo de interacciones químicas.

Las plantas no tienen ningún tipo de conexión nerviosa en la que intervengan neuronas, nervios, sentidos del oído, olfato, vista, gusto o tacto, ni ningún órgano como el cerebro que se encargue de recibir, procesar y transmitir las percepciones que recibe del exterior.

Son solo y exclusivamente las interacciones químicas las que informan a la planta de lo que está sucediendo a su alrededor y, a partir de ese momento, desencadena diferentes respuestas que implican la presencia de compuestos químicos y hormonas vegetales.

Entre las situaciones que causan dolor a las plantas, destacan la herbivoría, la presencia de plantas invasoras que provocan una situación de rivalidad entre ellas por la supervivencia en un mismo hábitat, así como numerosas situaciones de estrés debido a alteraciones en factores ambientales, tales como el déficit hídrico y de nutrientes, la salinidad o problemas en la asimilación de dióxido de carbono (indispensable para el correcto funcionamiento de la fotosíntesis).

En el siguiente apartado explicaremos con más detalle cómo se llevan a cabo estas respuestas químicas que permiten a las plantas responder frente a situaciones que les causan dolor.

Un estudio científico publicado el pasado año 2018, esclareció las posibles dudas respecto a si las plantas sienten dolor y lo propagan. El estudio, publicado por la revista Science, fue realizado por un grupo de científicos estadounidenses formado por bioquímicos, microbiólogos y botánicos. Se centraron en analizar las diferentes reacciones bioquímicas que la planta Arabidopsis thaliana emitía en respuesta a una serie de estímulos, tales como la herbivoría o la presencia de plantas invasoras.

Los resultados mostraban cómo las plantas se comunican entre ellas, alertando de la presencia de "algo maligno". Dicha comunicación la producen mediante la liberación de iones de calcio, los cuales actúan como señales de larga distancia. De esta forma, se comprobaba cómo las plantas responden frente al ataque con defensas químicas que permiten disuadir al atacante y, a la vez, reparar el tejido que ha sido dañado en su organismo.

Pero, ¿cómo detectan las plantas que están sufriendo un ataque de otro ser vivo si carecen del sentido del tacto y de nervios sensitivos? La respuesta está de nuevo en la percepción y respuesta química. Las plantas tienen receptores de "dolor" de naturaleza química, de manera que tras detectar el ataque en una zona determinada, gracias a sus receptores, la planta es capaz de desencadenar toda una serie de defensas químicas para protegerse frente a un ataque posterior.

Así, las plantas no sienten dolor en sí, pues para ello se requiere un sistema nervioso, pero sí perciben todo tipo de daños y los transmiten a otras partes de su organismo para protegerlas ante otro posible ataque y lanzan la señal química que las demás plantas reciben.

Aquí abajo podrás ver un vídeo de nuestro canal de Youtube sobre este tema.

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