Plantas con espinas

Las espinas son, exactamente como parecen, un sistema de defensa de las plantas contra depredadores, es decir, contra los animales que buscan alimentarse de ellas, especialmente los herbívoros con tamaño suficiente para masticarlas.

Aunque este es el principal motivo, no es siempre el único. Los cactus, por ejemplo, tienen pinchos, que son hojas especializadas y adaptadas. Su forma es así no solo como método de defensa contra la depredación, sino también como forma de evitar la evaporación del agua, preciado recurso en los entornos desérticos en que crecen.

Otras plantas, además, han llegado a desarrollar espinas o formas específicas que les permiten hacer de refugio seguro para insectos o animales pequeños, con los que desarrollan asociaciones de beneficio mutuo.

Usado antiguamente de forma muy habitual en la medicina tradicional, el estramonio es conocido hoy como una de las plantas más peligrosas y venenosas que existen y su uso se desaconseja por su gran potencial tóxico.

Esta planta de la familia de las solanáceas es una herbácea anual que crece hasta una altura aproximada de un metro. Sus flores, que aparecen a finales de verano, toman forma de grandes y visibles trompetas blancas de intenso aroma, aunque lo más llamativo y característico de ella son los frutos del estramonio con espinas para no ser devorados antes de la maduración.

Es una planta extraordinariamente resistente, cuyo cultivo es sencillo pero con la que hay que tener mucho cuidado si tenemos niños o mascotas en casa, pues sus hojas contienen los alcaloides que la hacen tan peligrosa.

En agricultura se trata como una mala hierba, puesto que tiende a aparecer en ciertos entornos y obliga a desechar el producto por posible contaminación debido a su toxicidad.

Los agaves son en realidad todo un género de plantas de la familia Agavaceae. Son plantas desérticas originarias de América, con espinas en los bordes de sus largas hojas carnosas de color verde grisáceo.

El Agave americana, llamado popularmente pitera, pita, acibara o cardón, entre otros, es el más conocido con diferencia de los agaves, y cuenta actualmente con una gran cantidad de variedades, algunas de las cuales muestran hojas estriadas. Se trata de plantas muy resistentes, que crecen fácilmente en climas como el mediterráneo. Tanto es así, que está considerada especie invasora en algunas comunidades autónomas de España.

Florece una única vez en su vida, produciendo un vistoso tallo de hasta diez metros de altura, con una inflorescencia terminal dispuesta en panícula, que habitualmente son polinizadas por murciélagos en lugar de por insectos.

No se puede hablar de tipos de arbustos con espinas sin mencionar los rosales, esas plantas que ocupan un lugar tan especial en la cultura popular en Europa. Estrechamente relacionadas con las espinas y el amor, las plantas de este género de arbustos son fácilmente reconocibles por sus grandes flores, las rosas, tan vistosas como aromáticas.

La mayoría de sus especies provienen de Asia, aunque algunas de ellas son nativas de América del Norte, Europa y África. Son unas de las plantas ornamentales por excelencia y entre su gran variedad las encontramos de porte arbustivo, habiéndolas también trepadoras y rastreras.

En este otro post podrás leer sobre Cómo cuidar un rosal en maceta.

Los grandes reyes de las espinas, sin embargo, no son las rosas, sino los cactus. Los cactus, o cactáceas, son toda una familia de plantas suculentas originarias casi todas ellas de Américas, conocidas por las hojas adaptadas que muchas de ellas presentan en forma de pinchos.

Los hay de todas las formas y tamaños, pero entre ellos el más grande es el conocido comúnmente como sahuaro o saguaro. Originario del Desierto de Sonora, en México, Arizona y California, se trata de un gigante cuyos tallos pueden superar los 20 metros y sus raíces sobrepasar los 30 metros.

Es ampliamente usado en jardinería por su gran belleza, siendo uno de los más representativos cactus columnares. Tiene la capacidad de absorber enormes cantidades de agua tras la lluvia y, aunque es de crecimiento lento, puede vivir más de 200 años.

La llamada corona de Cristo o corona de espinas es otra suculenta con espinas ampliamente utilizada en jardinería por todo el mundo. Sus grandes bazas son la gran belleza de sus flores rojas o rosadas y lo resistente que resulta siempre y cuando reciba sol y se encuentre en un clima cálido. Crece hasta más allá de un metro de altura, con unas llamativas espinas negras o marrón oscuro en sus tallos y ramas.

Te mostramos una guía sobre los Cuidados de la corona de Cristo.

Aquí puedes conocer más especies de plantas que tienen espinas:

• Pachypodium lamerei
• Ulex europaeus
• Berberis thunbergii
• Datura ferox
• Acacia paradoxa
• Opuntia ficus-indica
• Echinopsis chamaecereus
• Echinopsis tubiflora
• Mammillaria matudae
• Mammillaria candida
• Schlumbergera truncata

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