Por qué la luna brilla si no tiene luz propia
La luna es uno de los cuerpos celestes más estudiados por los científicos. Hoy en día, sabemos que es un satélite opaco y sin capacidad de emitir luz propia. Pero entonces, ¿por qué brilla la luna si no tiene luz propia?. Desde luego es un fenómeno de lo más curioso y muchas personas se preguntan por qué brilla y a veces con tanta intensidad.
Por ello, la respuesta a esta pregunta te la damos en este artículo de EcologíaVerde. Además, te contamos más detalles que influyen en este fenómeno, como la composición de la luna, su órbita y la fase lunar.
Por qué brilla la luna
La superficie de la luna refleja la luz solar que recibe y por eso la percibimos con brillo, pero aunque a veces parezca brillar mucho (sobre todo durante la luna llena), realmente solo refleja entre un 3% y un 12% de la luz del sol. Este porcentaje es calculado por los científicos mediante una medición llamada albedo, que se define como el porcentaje de radiación reflejada por una superficie con respecto del total de radiación que incide sobre ella. Por ejemplo, la nieve posee un albedo del 0.95 o 95% del total que recibe (razón por la que la vemos blanca), en cambio a la luna se le calcula un albedo del 0.07 o 7% del total que recibe. Aunque el porcentaje de radiación reflejada por la luna no resulta demasiado elevado, vemos a la luna con un gran brillo por su proximidad con la Tierra.
Además, el tono con el que solemos percibir a la luna es ligeramente plateado, lo que también es debido a que recibe parte de la luz que la Tierra refleja del sol, porque nuestro planeta también es un cuerpo celeste opaco con capacidad de reflejar la luz solar (su albedo es de 0.38).
Por qué brilla la luna explicación para niños
Para explicar este curioso fenómeno a los niños podemos decir que la luna no brilla ella misma, no tiene luz propia, sino que la luna brilla porque le da la luz del sol. Por la noche, que es cuando vemos la luna, el sol está por detrás de ella y, por esto, le llega la luz tan intensa que tiene el propio sol. Así, la luna brilla gracias a la luz solar que le llega y la vemos más blanca e iluminada cuando más grande está, en luna llena.
La composición de la luna hace que brille más
La superficie de la luna posee una tonalidad gris oscura. Está formada por minerales que resultan de la desintegración de las rocas basálticas, de las anortositas (una roca ígnea) y polvo lunar (que proviene de bombardeo de Hidrógeno por el viento solar y de la existencia de Hierro en forma metálica).
La composición de la luna resulta importante, pues la composición lunar contribuye a que observemos la luna con un brillo mayor del que refleja. La luz proveniente del sol, los rayos X y la radiación ultravioleta producen en los materiales de la superficie lunar alteraciones en el estado de sus electrones y provoca que su superficie adquiera una mayor carga positiva. Este hecho hace que las partículas más pequeñas del polvo lunar sean desprendidas hacia el espacio (en una órbita que va desde algunos metros hasta varios kilómetros). El movimiento de partículas alrededor de la luna es el que finalmente provoca el efecto de que se refleje una mayor intensidad de luz.
La órbita y la fase lunar influyen en el brillo de la luna
El brillo que observamos en la luna depende en su mayoría del momento de su órbita alrededor de nuestro planeta. Nosotros, desde el planeta, solo seremos capaces de observar la mitad iluminada de la luna por el sol. La órbita que describe la luna alrededor de la Tierra es completada en unos 29 días y medio y en los distintos puntos de su trayecto es iluminada por el sol desde diferentes ángulos.
Es la combinación de la órbita lunar alrededor de la Tierra con la órbita de la Tierra alrededor del sol, lo que crea las diferentes fases de la luna que conocemos: luna nueva, luna creciente, cuarto creciente, luna gibosa creciente, luna llena, luna gibosa menguante, cuarto menguante, luna menguante y luna negra. En cualquier punto de esta órbita lunar, solo la mitad se encontrará frente al sol y, por tanto, iluminada, mientras que la otra mitad estará en las sombre y no será visible para las personas.
El punto más brillante de su trayectoria es cuando se encuentra a unos 180 grados desde nuestra perspectiva. Momento en el cual la mitad de su superficie está frente al sol y se ilumina por completo, siendo visible en plenitud desde la Tierra. Así, el fenómeno de la luna llena es cuando la luna brilla más.
Por el contrario, durante la fase de luna nueva, la luna no es visible desde la Tierra, debido a que en este punto de su trayectoria, la luna está situada entre el sol y la Tierra y el lado de la luz del sol que refleja la luna, se sitúa de espaldas a la Tierra
¿Qué brilla más el sol o la luna?
Esta es otra duda común, sobre todo entre quienes aún no saben que la luna no tiene luz propia, además de usarse en adivinanzas.
Tras lo que ya hemos explicado, la respuesta a la duda de qué brilla más el sol o la luna parece bastante clara. Efectivamente, brilla más el sol que la luna, pues este tiene luz propia y el satélite natural de la Tierra no. Además, una forma fácil de comprobarlo uno mismo es mirar a ambos directamente, notarás que puedes mirar a la luna mucho más tiempo seguido sin que te molesten los ojos, mientras que al sol apenas puedes mirarlo directamente unos segundos, pues te deslumbra por brillar mucho más.
Ahora que ya has descubierto las respuestas a estas curiosidades, puede que también te interese conocer La importancia de la luna sobre la Tierra.
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