Cómo cuidar girasoles

Uno de los puntos más necesarios en el cuidado de los girasoles es, como el nombre de la planta indica, el sol. Sin un gran aporte de luz directa, esta planta no podrá desarrollarse adecuadamente.

Debido a esto, la ubicación ideal para los girasoles será habitualmente en exterior, en una zona lo más soleada posible de nuestro jardín, huerto o terraza. Sin embargo, esto no quiere decir que no podamos tener girasoles en interior. Si queremos saber cómo cuidar girasoles en maceta, lo más importante es buscarles una ubicación muy soleada, junto a alguna ventana o fuente de luz. Lo ideal es que reciba al menos 6 horas de luz directa diaria.

Es recomendable que la maceta sea bastante profunda. De hecho, si la maceta es lo suficientemente espaciosa, podemos llegar a ubicar varias de estas plantas en cada recipiente, hasta tres de ellas. Eso sí, estas plantas tienden a tolerar bastante mal el trasplante, por lo que el proceso de trasplantar un girasol es muy arriesgado y tenemos muchas posibilidades de perder la planta. Por ello, es recomendable sembrarlos siempre en la que será su ubicación definitiva.

Una vez tengas claro dónde ubicar los girasoles en tu casa, te recomendamos leer este otro post de EcologíaVerde acerca de Cómo sembrar y plantar girasoles.

Estas plantas son muy resistentes a la mayoría de climas y no tienen problemas con los climas cálidos o incluso muy cálidos. Tampoco deberías tener problemas con tus girasoles si vives en un clima templado o incluso un poco frío, aunque no conviene exponerlos a temperaturas bajas extremas. Así, si en tu zona en invierno son habituales las heladas y las temperaturas bajo 0, planta tu girasol en una maceta en interior.

Uno de los puntos a tener muy en cuenta a la hora de cuidar girasoles plantados en suelo es precisamente este: el suelo. Estas plantas desarrollan un sistema radicular muy extenso, en el que no es raro que las raíces lleguen a ser más profundas que la altura del propio tallo de la planta. Por ello, necesitan suelos sueltos y de gran profundidad y, en caso de plantarse en maceta, requieren de un recipiente de altura considerable para que haya suficiente profundidad.

Por otro lado, también es muy importante que la tierra o el sustrato ofrezcan un muy buen drenaje, para lo que ayudarán las mezclas con arena, grava o guijarros, entre otros. Como además son bastante exigentes en lo que a nutrientes respecta, conviene preparar un sustrato suelto y muy rico como, por ejemplo, el que se realiza con una parte de fibra de coco, una parte de turba y otra de humus de lombriz, al que podemos añadir vermiculita y perlita para mejorar su drenaje y retención de humedad.

Saber cuánto hay que regar los girasoles puede ser difícil a veces. La planta necesita mayor aporte de agua en sus primeras fases de crecimiento, pero pese a su gran sistema radicular no conviene hacerle pasar sequía.

Si no queremos que el tallo pierda fuerza, y esto es muy importante dado su gran tamaño, debemos mantener unos riegos frecuentes pero de cantidad moderada, de forma que mantengamos cierto nivel de humedad sobre el suelo, pero siempre sin encharcarla. Hacer riegos más distanciados y abundantes podría acabar provocando la pudrición de las raíces o el ataque de hongos.

Será suficiente con usar fertilizantes ecológicos, como el compost o el humus de lombriz, en la temporada de crecimiento de forma periódica, aunque también podemos recurrir a fertilizantes especializados de efecto prolongado.

Aquí te enseñamos Cómo hacer compost casero paso a paso, explicamos qué residuos orgánicos se pueden usar para hacerlo y más detalles.

El ciclo de vida y crecimiento de los girasoles es muy rápido. Desde que sembramos las semillas, lo normal es que no tarden más de 10 días en germinar, y si no lo han hecho en ese tiempo probablemente no lo hagan ya.

Después, en solo 3 meses la planta habrá alcanzado su estado de madurez y su tamaño final y podrá ser cosechada en verano para que sus semillas sean plantadas en la primavera siguiente.

Para terminar de explicar cómo cuidar las plantas de girasol, queremos hablar sobre uno de los problemas más comunes que puede sufrir, que veas que se va marchitando, no solo la flora al pasarse, sino toda la planta o varias partes. Aquí te explicamos algunas de las causas y qué hacer si tu girasol se está marchitando:

• Si tu girasol parece doblarse sobre sí, con hojas secas y un tallo que parece no tener la fuerza suficiente, probablemente se deba a que necesita de riegos más frecuentes.
• Por otro lado, la falta de sol directo durante al menos 6 horas al día también afectará negativamente al desarrollo de la planta.
• También es importante que la planta cuente con un aporte alto de fósforo, nitrógeno y potasio.
• Finalmente, ten en cuenta que las flores del girasol son de temporada y no durarán por siempre. Tras madurar y dar las pipas, es normal que se marchiten y no se puede hacer nada al respecto, más que cosecharlas para sembrar de nuevo.

Aquí abajo puedes ver un vídeo resumen sobre el cuidado y cultivo de los girasoles.

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