Cuidados de la guzmania
La guzmania es una de las plantas de interior más bonitas y particulares que podemos encontrar y que resulta muy popular, además de por su belleza, por sus fáciles cuidados. Son plantas que puedes comprar en prácticamente cualquier floristería o local especializado por muy poco dinero, pues son una gran opción para decorar un interior porque tanto sus hojas acintadas como su inflorescencia son tremendamente decorativas.
Si quieres aprender cómo se cuida una guzmania para tener la tuya lo más radiante posible, sigue leyéndonos en este artículo de EcologíaVerde en el que hallarás una práctica guía sobre los cuidados de la guzmania.
Características de la guzmania
Estas bromelias son en realidad todo un género de plantas, que cuenta con más de 200 especies aceptadas. Se trata de plantas epífitas de origen tropical, lo que quiere decir que, en su medio natural, crecen ancladas sobre los troncos o ramas de otras plantas o rocas en lugar de enterrar sus raíces en la tierra.
Las hojas de las bromelias guzmanias están dispuestas en forma de cinta son de vivo verde y crecen dispuestas en roseta, dando forma a un pequeño depósito de agua donde se insertan, tal y como es en casi todas las bromelias. Sus inflorescencias son de tonos cálidos que pueden ir del amarillo al rojizo, con un tallo central y unas vistosas brácteas que dan mucha vida a la planta.
Clima y ubicación para la guzmania
Como muchas plantas tropicales, la guzmania necesita de un entorno cálido y húmedo, pero a la vez no resiste la luz directa del sol, pues en su entorno natural está abajo y la cúpula arbórea tapa los rayos solares.
Coloca tu guzmania en alguna habitación muy luminosa con una temperatura de entre 15 y 20 ºC, pero siempre alejada de ventanas o fuentes de luz directa, que pueden quemar las hojas de la planta. Del mismo modo, evita las zonas con corrientes de aire, así como la cercanía de fuentes artificiales de calor o frío como aires acondicionados o radiadores, que secan mucho el ambiente y las privan de la humedad que tanto necesitan.
Riego de la guzmania
Lo ideal es siempre regar las plantas con agua sin cal o con agua de lluvia, aunque con algunas plantas esto es más una necesidad que una recomendación. La guzmania es uno de estos casos, así que procura regarla siempre con agua que no sea del grifo y a ser posible a temperatura ambiente, de forma que le ahorres a la planta cambios bruscos de temperatura que no le convienen.
Al regar, presta atención a que el agua caiga sobre esos pequeños espacios en el nacimiento de las hojas y sobre estas, ya que esta planta absorbe humedad por ellas. Riégala cada 2 o 3 días en los meses cálidos y 1 o 2 veces por semana en los fríos. Procura además cambiar y renovar el agua del cogollo semanal o quincenalmente.
De forma adicional, es necesario pulverizar la planta al menos dos o tres veces por semana con agua sin cal y tibia para aportarle esa humedad ambiental. En este punto, otra opción es colocar un pequeño plato con grava y agua bajo la maceta, para que proporcionen humedad sin mantener el sustrato empapado.
En este otro post puedes aprender más sobre Cuándo regar las plantas.
Sustrato y fertilizante
Usa un sustrato y un fertilizante específicos para plantas epífitas, ya que estas tienen necesidades de nutrientes muy diferentes de las de las plantas comunes. Por ejemplo, un fertilizante normal podría quemar sus raíces, que son más sensibles.
Para el sustrato, si preparas tú mismo la mezcla, bastará con una mezcla con seis partes de turba, tres partes de perlita y una parte de humus de lombriz. Aquí puedes aprender Cómo hacer humus de lombriz.
Poda de la guzmania y su multiplicación
La poda de la guzmania se basa en un mantenimiento muy sencillo, pues simplemente hay que ir retirándole las hojas secas conforme se estropeen, así como la inflorescencia cuando se marchite.
Lo más habitual es que, por buenas que sean las condiciones en que se encuentra, la planta se muera tras la floración, así que no te preocupes porque es lo normal. Además, cuando una guzmania se va, nunca nos deja solos. La planta genera brotes laterales o hijuelos, que puedes separar con cuidado de la planta madre, conservado varias raíces, para volverlo a plantar y que dé lugar a una nueva planta.
Por qué mi guzmania no florece
Lo más común cuando una guzmania no florece o no produce su inflorescencia es que no tenga el aporte de todos los nutrientes que necesita.
Para solucionar este problema, puedes optar por un abono foliar específico que aplicar sobre sus hojas, o por un fertilizante bajo en nitrógeno, que no dañe las delicadas raíces de esta planta epífita.
Por qué mi guzmania tiene la flor seca
Las guzmanias florecen una sola vez y su flor empieza a secarse de forma natural cuando su ciclo vital finaliza. Lo mejor cuando llega este momento es siempre podar la inflorescencia en cuanto muestra mal aspecto, de forma que la planta ahorre energías para poder preparar más hijuelos. En ocasiones, una guzmania puede llegar a sobrevivir tras la poda uno o unos pocos años más.
Por qué mi guzmania tiene las hojas marrones
Si las hojas de la planta aparecen secas y marrones puede deberse a que están expuestas a luz solar directa que las está quemando, o bien a sequedad por corrientes de aire o falta de humedad.
Para solucionar esta situación, pon la planta a cubierto del sol directo, pulveriza las hojas con agua sin cal tibia y aléjala de las corrientes de aire.
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