Curiosidades de las cebras

Una de las características más llamativas de las cebras son sus rayas. Todavía no existe certeza de su función, pero todas apuntan a que sirven para distraer a sus depredadores. Cuando están en grupo es difícil distinguir dónde empieza una y otra. Por otro lado, los contrastantes colores rompen el contorno de la cebra en relación al entorno. Además, estos patrones se catalogan como un tipo de camuflaje de movimiento, lo que significa que al moverse no se llega a distinguir al animal.

La teoría con más soporte científico sugiere que el patrón es para alejar a las moscas hematófagas, que prefieren superficies lisas descartando así a las cebras como fuente de alimento.

Cada cebra tiene un patrón de rayas único. Esto es como una huella dactilar, que no se repite en ninguna otra cebra. Sirve como patrón de identificación para que puedan reconocerse entre ellas. Tal patrón comienza a desarrollarse cuando aún está dentro de la madre. Cuando recién nace una cebra, el padre las reconoce por el aroma que despiden. Con el paso del tiempo, el padre aprende cuál es el patrón específico de su cría y lo identifica por la vista.

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Las cebras son animales herbívoros, y están adaptados a consumir hierbas que para otros animales se considerarían de baja calidad. Buscan pastos, hierba, hojas, y plantas de altura baja que pueden incluir ramas o corteza. Necesitan comer durante la mayor parte del día, es decir por 18 horas, para satisfacer su demanda energética.

Las cebras de llanura son las más comunes. Ellas viven en las sabanas africanas, lo que significa que dependen en gran medida de los cuerpos de agua que aparecen durante las lluvias. Para el mes de mayo, las lluvias comienzan a desaparecer, la sequía empieza, y con ello también las pequeñas lagunas temporales se reducen. Esto significa que tienen que migrar. Atraviesan el Serengueti hacia el noroeste, y para junio cuando los pastos se secan avanzan hacia el norte. En agosto llegan hasta el río Mara, en Kenia.

Estas migraciones son largas, requiriendo 9 meses para completarlas y hasta 1.100 kilómetros de distancia por recorrer. Se ayudan de rutas ya marcadas de migración que facilitan el tránsito.

Las fuertes presiones antropogénicas, como la caza y destrucción de hábitat, ha orillado a que las tres especies de cebra peligren. Actualmente existen tres tipos de cebras que son:

• Cebra de montaña (Equus zebra): habita en Sudáfrica y Namibia. Está catalogada como vulnerable por la Lista Roja de Especies Amenazadas.
• Cebra de Grévy (Equus grevyi): habita en Etiopía y Kenia, catalogada como amenazada.
• Cebra de llanura (Equus quagga): habita en las sabanas de sur de África, y está casi amenazada a desaparecer.

Las cebras viven en un entorno en el que siempre tienen que estar alerta, a raíz de la cantidad de depredadores que tienen. Esto ha afectado a su comportamiento en uno muy a la defensiva y son desconfiadas, además de que no tienen una buena respuesta frente a condiciones de estrés. Por esta razón, son el único equino que el hombre no ha logrado domesticar. Los otros dos animales que pertenecen a la familia Equidae son el caballo y el burro, que sí se han domesticado.

Las cebras emiten muchos tipos de vocalizaciones para comunicarse dentro de su grupo. Además, tienen capacidad de hacer una serie de expresiones faciales, gracias a que sus labios y orejas son muy flexibles. Otras formas de comunicación son el movimiento de las orejas y de la cabeza.

Las cebras recién nacidas pueden ponerse de pie a los apenas 15 a 20 minutos de haber salido de la madre. A las pocas horas, ya son capaces de trotar tras su madre y en manada. Hasta los tres años de edad ya son maduras y se separan de la madre.

La flexibilidad de las orejas de las cebras les permite girarlas hacia donde sea que perciban sonido. Esto les sirve para reconocer el espacio y responder ante posibles depredadores. Además de la flexibilidad, sus orejas son grandes y redondeadas.

Las cebras tienen que ser rápidas para poder escapar de sus depredadores, y hay algunas que llegan a máximos de 64 kilómetros por hora durante la carrera, a la que igual que en los caballos, se denomina galope. A esta velocidad llegan a recorrer hasta 400 metros de distancia.

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