Enfermedades de las orquídeas

Las raíces de las orquídeas son verdes, porque al ser plantas epífitas y vivir sujetas a los árboles, aprovechan esta superficie para fotosintetizar. Esto implica también que son raíces diferentes a las de otras plantas. Son delicadas y tienen una capa delgada que las recubre llamada velamen, con la que absorben la humedad del entorno.

Si tus orquídeas llegan a tener raíces de color marrón o café, quiere decir que la planta está enferma y que tiene pudrición de la corona. Estas raíces pueden estar también amarillas, o deshacerse al tacto. Esto se debe al exceso de riego, y para resolverlo deberás cambiar el sustrato por uno nuevo. Procura hacer la nueva mezcla de sustrato más ligera, con menos compactación, porque esto promoverá el paso de aire y evitará el asentamiento de hongos. Es posible que también haya moho con esta pudrición. Aquí puedes conocer el Sustrato para orquídeas: cómo es y cómo hacerlo.

Además, al cambiar el sustrato deberás cortar aquellas raíces que estén en malas condiciones para que tu planta esté nuevamente en buenas condiciones. Haz los cortes con tijeras y herramientas bien lavadas y desinfectadas para reducir el riesgo de nueva infección. Aquí puedes conocer Las mejores tijeras de podar.

En este otro artículo puedes aprender sobre la Poda de raíces de las plantas: cuándo y cómo hacerla.

Cuando las hojas verdes de las orquídeas presentan manchas circulares color café y un olor desagradable, hay un asentamiento de bacterias del género Erwinia spp. Estas bacterias se extienden bastante rápido, y se potencia en las condiciones particulares húmedas de las orquídeas. Puede consumir la planta en pocos días, así que se le debe dar tratamiento inmediato.

Las hojas con manchas deben ser cortadas hasta donde esté afectada. Esto se hace con herramientas esterilizadas para evitar la propagación.

Esta enfermedad es causada por un hongo del género Fusarium spp., que ataca al sistema vascular de planta impidiendo el paso de agua y de nutrientes. Se detecta porque causa manchas amarillas en la planta, y al cortar la hoja en donde está maltratada hay además manchas moradas por dentro. Es difícil dar tratamiento para esta enfermedad, así que para prevenirla se recomienda evitar el sobre riego, y tener un contenedor que permita al drenaje salir.

Para tratar a la planta de hongos, puedes conseguir un fungicida como el tiofanato de metilo. Se deben seguir las instrucciones de uso que aparecen en la etiqueta del producto comercializado.

Este es otra especie de hongo que puede afectar a las orquídeas. Se puede ver específicamente en las flores que ya han abierto sus botones y que son de colores claros, como son las blancas, amarillas o verdes.

La infección por el hongo se manifiesta como puntos negros o cafés. Al igual que en el caso de la fusariosis, lo mejor para evitar esta enfermedad fúngica es cuidar lo relacionado al contenido de agua. Como tratamiento, se deben quitar las flores con puntos para disminuir la fuente de infección y usar un fungicida. Aquí puedes conocer algunos Fungicidas caseros para orquídeas.

La roya es otro tipo de infección fúngica. Como verás, muchas enfermedades en orquídeas son causadas por hongos, y lo que sucede es que el ambiente cálido y húmedo necesario para este grupo de plantas propicia el desarrollo de hongos.

La roya se manifiesta como pequeños puntos color óxido rojizo y amarillo o un tono blanquecino. El género del hongo que lo causa se llama Puccinia spp. Se recomienda separar la orquídea enferma de otras sanas que puedas tener cerca para evitar la propagación de las esporas. Como tratamiento directo, se deben cortar las hojas infectadas para terminar con el origen de la enfermedad. De nuevo, como medida preventiva se deben mejorar las condiciones de riego, sustrato y ventilación para que no haya riesgo.

En ocasiones las orquídeas pueden presentar hojas teñidas de rojo o morado, y esto es un signo de exceso de sol. Las hojas comienzan a producir estos pigmentos para defenderse del sol, a forma de protector solar. Sin embargo, esto causa estrés en la planta.

Para remediar esto, la orquídea en cuestión debe trasladarse a un lugar donde reciba menos luz. Recuerda que crecen muy bien bajo domos, cerca de una ventana o con luz indirecta.

También hay probabilidad de que a las orquídeas les lleguen plagas. Una de las más comunes son los áfidos, que son pequeños insectos de transparentes a verdes, de apenas unos centímetros de largo, que se encuentran pegados al envés de las orquídeas. Estos artrópodos succionan la savia de las plantas, dejándolas sin nutrientes, con manchones sin clorofila y debilitando fuertemente la planta.

Es posible que se adquieran por contagio de otra planta, por exceso de humedad o por demasiado fertilizante rico en nitrógeno. Para eliminar los áfidos se puede usar control biológico, es decir, incluir mariquitas u otros depredadores naturales de los áfidos. Aquí puedes aprender más sobre el Control biológico de plagas: qué es, ventajas, desventajas y ejemplos.

Si no te es posible, puedes usar insecticidas a aplicar en spray. El alcohol también puede ser atomizado con efectos similares al insecticida. Detén estos tratamientos cuando los áfidos desaparezcan, para no afectar a la planta.

Ya que conoces mejor las enfermedades de las orquídeas, te animamos a descubrir esta guía sobre Cómo cuidar las orquídeas.

Si deseas leer más artículos parecidos a Enfermedades de las orquídeas, te recomendamos que entres en nuestra categoría de Cultivo y cuidados de las plantas.