Tipos de aloe vera

También llamado frecuentemente aloe candelabro o planta pulpo, esta variedad puede llegar a alcanzar alturas de hasta 4 metros. Sus hojas carnosas son de un color verde glauco y tienen los bordes aserrados. Las flores crecen en un tallo lateral de algo más de medio metro y son muy decorativas por su intenso color rojo o naranja. Es antibiótico, astringente, antiinflamatorio cutáneo y humectante.

Este es el más popular de los aloes y se le conoce por ello como aloe vera común, sábila, acíbar o aloe de Barbados, entre otros. Es la variedad más rica en propiedades medicinales y se usa en la elaboración de todo tipo de productos de higiene personal. Las hojas de la planta muestran manchas blancas cuando esta es joven, pero desaparecen conforme madura.

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El aloe aristata es uno de los de menor tamaño entre los aloes, formando sus hojas un rosetón que muy rara vez supera los 30 cm de diámetro. Se le llama también aloe de encaje o aloe de gallina de Guinea y sus hojas aserradas tienen un patrón muy particular de pequeñas manchas blancas. Guarda un parecido notable con la planta haworthia y da lugar a grandes flores naranjas, muy útiles atrayendo animales polinizadores. Sus raíces tienen propiedades cicatrizantes.

Si te gusta esta variedad de aloe, no dudes en consultar esta guía de Cuidados del aloe aristata.

El llamado aloe coral recibe este nombre por el suave tono rosado que sus hojas adoptan, empieza siendo verde con el borde rosado y poco a poco la hoja entera se torna de este tono. El nombre de coral también lo recibe por el llamativo color entre rojo y anaranjado de sus flores. También es un aloe pequeño, aunque no tanto como el aristata: las rosetas de aloe striata alcanzan los 45 cm de diámetro y sus hojas no tienen espinas.

El aloe variegata es muy popular para tener en casa con fines decorativos, y esto es tanto por sus sencillos cuidados como por su pequeño tamaño, con hojas de hasta 15 cm de longitud. Se trata de un aloe muy bonito y llamativo, que se llama comúnmente aloe tigre o pecho de perdiz. Su inflorescencia alcanza unos 30 cm de altura, de un color rosa o salmón muy bonito. Florece en invierno y primavera y soporta muy bien el cultivo en interior.

El juvenna se parece mucho al aloe común o barbadensis, con la diferencia de que su tamaño es muy inferior. Sus hojas son dentadas y con manchas claras, como en el común, y da lugar a unas inflorescencias en forma de pequeñas campanas anaranjadas o rojas muy decorativas. En invierno parece morir, pero en primavera y verano rebrota de nuevo con fuerza. Se le llama a menudo aloe enano.

También llamado aloe diente de cocodrilo, el aloe brevifolia destaca por sus llamativas hojas, acabadas en punta y con dientes tanto en sus bordes como en el envés, que forman una compacta piña muy llamativa. En primavera, produce flores de vivo rojo en una campana estrecha, sostenida por un tallo de hasta medio metro.

El aloe trepador es, efectivamente, una planta trepadora, que puede llegar a alcanzar tamaños de hasta 10 metros. Tiene hojas estrechas y lanceoladas, con los bordes aserrados y cubiertos de dientes blancos. Es usado habitualmente de forma ornamental para decorar rocallas o pendientes, especialmente en zonas muy secas, en las que se desarrolla sin problemas.

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Se le conoce también como aloe del cabo o aloe feroz y es una variedad de tallo único, que puede llegar a alcanzar alturas de más de 2 metros, dándole la apariencia de un pequeño árbol. Es muy popular por su uso decorativo y su gran resistencia, y se caracteriza por florecer en invierno, dando lugar a inflorescencias del característico color anaranjado de los aloes.

El aloe saponaria es otro de los más populares y fáciles de encontrar y recibe el nombre común de pita real. Sus hojas, de gran tamaño y especialmente carnosas, son de color verde azulado o de tono rojizo, con bordes con espinas y manchas claras. Es un tipo de aloe que crece mejor en maceta.

Los cuidados generales del aloe vera pueden agruparse en sus dos necesidades básicas: drenaje y sol, pero ahora comentaremos varios aspectos.

Esta planta crasa no tolera los excesos de humedad, por lo que es vital que tanto en exterior como en interior cuente con un suelo que ofrezca el mejor drenaje posible, o es muy probable que sus raíces se pudran. Por el mismo motivo, los riegos deben ser moderados, siempre sin encharcar y sin excedernos. Lo ideal en su caso es el riego por goteo.

Los aloe necesitan también mucha luz solar, incluso directa, a menos que nuestro clima sea especialmente cálido o de sol muy intenso. Si sus hojas adoptan un tono amarronado, probablemente la planta está recibiendo demasiado sol. Su temperatura ideal es de entre 17 y 27 ºC.

Por lo demás, con abonarla al inicio de la primavera y al final del verano con fertilizante específico para plantas crasas o enriquecer su tierra o sustrato con humus de lombriz y trasplantarla cuando se quede sin espacio, la planta estará siempre en un estado óptimo.

Aquí puedes conocer más sobre los Cuidados del aloe vera y Cuándo y cómo plantar aloe vera.

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