Dónde se tiran los CD viejos

Gracias a la aparición de nuevos formatos que permiten guardar información en soportes diferentes a los CD tradicionales, estos objetos cada vez son menos comunes en la mayoría de las casas. Sin embargo, todavía podemos encontrar muchos de ellos, ya sea porque se hayan acumulado durante años o, incluso, porque se ofrecen de manera gratuita, por ejemplo junto a revistas o en forma de publicidad, o porque nos gusta coleccionarlos por algún motivo.

Independientemente de cuál sea el caso, los CD están hechos por plástico en su mayor parte, concretamente por un tipo de plástico llamado policarbonato, un tipo de plástico bastante valioso y que se puede reciclar. Sin embargo, también tienen cantidades importantes de otros materiales, tales como aluminio o lacas sintéticas que forman parte de su estructura y que, de hecho, hacen que sean bastante tóxicos si terminan en el medio ambiente sin una gestión correcta.

Debido a que los materiales que lo forman son tan variados, necesitan ser tratados de forma especial, es decir, los CD viejos deben llevarse a contenedores especiales, del mismo modo que sucede con las pilas o el aceite usado. Estos contenedores cada vez son más numerosos en la mayoría de grandes ciudades, ya que los ayuntamientos están instalándolos en forma de contenedores propios o incorporados en algunos de los mobiliarios urbanos, como pueden ser las paradas de los autobuses.

Sin embargo, en el caso de que no tengamos a nuestra disposición uno de estos contenedores específicos para el reciclaje de CD viejos, siempre nos quedará la opción de llevarlos al punto limpio más cercano. Un punto limpio o punto verde es un lugar en el que se recoge prácticamente cualquier residuo (existen excepciones, como por ejemplo los residuos de hospitales, materiales potencialmente tóxicos o material radiactivo). Los puntos limpios se ubican en lugares concretos y, en algunos casos, algunos ayuntamientos facilitan puntos limpios móviles que se van desplazando a distintos barrios según el día de la semana correspondiente. De este modo, si no tenemos a nuestra disposición un contenedor específico para CD, la opción correcta será guardarlos hasta que podamos llevarlos a uno de estos puntos limpios, donde podemos estar seguros de que serán gestionados para su reciclaje de manera correcta y respetuosa con el medio ambiente.

Es importante tener en cuenta que, además de los CD, los puntos limpios reciclan y gestionan residuos cotidianos de muchos tipos, como puedan ser muebles, electrodomésticos, basura tecnológica, ropa y tejidos, pinturas acrílicas y sintéticas, aceites usados, pilas, etc. En definitiva, cualquier basura que se pueda producir de manera habitual en una casa y que no se pueda gestionar de forma correcta con los cubos habituales de reciclaje.

Esto significa que, cada cierto tiempo, es normal tener que pasar por un punto limpio a deshacerse de aquella basura producida y que no puede ser eliminada con el servicio de basuras cotidiano. De este modo, tanto si se trata de CD como de cualquier otro objeto, lo más recomendable será ir almacenando la basura que deba ser llevada al punto limpio y, una vez cada quince días, al mes, o cuando sea necesario, hacer un viaje al punto limpio más cercano en el que se aprovechará para vaciar toda aquella basura doméstica que no podamos tirar a la basura convencional.

De todos modos, hay que tener en cuenta que lo más recomendable es llevar los CD y DVD viejos al punto limpio cuando no tengamos cerca contenedores especiales comentados antes o de puntos específicos para recogida de CD, como los que puede haber en algunas tiendas. El motivo es que si los depositamos en los lugares específicos para estos materiales estaremos ahorrando pasos en el proceso de su reciclaje.

No obstante, otro de los aspectos que deberemos valorar antes de deshacernos de los CD viejos es su estado. En muchos casos, nos deshacemos de estos objetos por falta de uso más que por que se encuentren en mal estado. Cuando suceda esto, también se deberá valorar la posibilidad de reutilizar los CD y DVD, incluso los vinilos, ya sea vendiéndolos en mercados de segunda mano (ya sea en plataformas de economía colaborativa o tiendas especializadas) o, simplemente, regalándolos a aquellas personas que sí que vayan a darles uso, por ejemplo algunas personas mayores o apasionados de este tipo de formatos y que, por tanto, todavía siguen escuchando música en este formato.

También podemos incluirlos en algunas ideas para reutilizar objetos cotidianos fabricando otros nuevos, por ejemplo decorar lámparas de mesa con trozos de CD.

En cualquier caso, lo más importante será siempre darles una salida adecuada y que permita evitar que acaben en la basura que no les corresponde y, en consecuencia, suponiendo un elemento contaminante en el medio ambiente.

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