Hortensia de invierno: cuidados y reproducción

Estas son las principales características de la hortensia de invierno o B. crassifolia.

• Es una planta que produce flores de gran valor estético, y que además resaltan porque florecen durante el invierno hasta la primavera, algo opuesto a la mayoría de las plantas. Es una de las mejores plantas de exterior para invierno.
• Es de tipo herbácea y rizomatosa, cuyo crecimiento abundante puede ser utilizado como cobertura para tapar el suelo con vegetación de forma eficiente.
• Sus flores son originalmente de color rosa muy claro hasta morado, y crecen a lo largo de una panícula, es decir un tallo largo, a partir del que penden como campanas hacia abajo. Atraen muchos polinizadores y pueden formarse jardines para ellos con esta planta.
• Se han desarrollado nuevas variedades y cultivares para crear hortensias de invierno de diferentes colores, así que pueden encontrarse también de flores rojas o blancas.
• Llega a medir hasta 50 centímetros de alto y de ancho, que alcanzará a los 2 a 5 años de edad.
• El follaje es perenne. Las hojas son muy anchas, aserradas, redondeadas y gruesas, de color verde claro. Al frotar las hojas con los dedos rechinarán, por lo que en inglés se le conoce a la planta también como pigsqueak, o chirrido de cerdito. En invierno estas hojas se tornarán ligeramente rojas en los bordes, dando un aspecto muy colorido e interesante a la planta. Este enrojecimiento es más común en las plantas expuestas al sol.

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El riego de la hortensia de invierno debe proveer humedad constante a la planta. Puede soportar cierta sequía, pero de no reponer el riego eventualmente, las hojas comenzarán a caer. Para saber cuándo regarla, hay que controlar que el suelo no llegue a estar completamente seco entre riego y riego, pero tampoco encharcar la planta.

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Soporta muy bien temperaturas bajas. En zonas templadas crecerá como perenne, pero en zonas muy al norte, donde el frío es severo, las hojas pueden llegar a quemarse.

Esta planta crece de modo silvestre en laderas rocosas que reciben sombra, así que las condiciones de semisombra son las ideales, esto para evitar la pérdida de agua. Puede soportar bien estar a la sombra y también puede tenerse bajo exposición solar completa, pero hay que considerad que deberá regarse más.

Hay que colocar la maceta con hortensias de invierno alejadas de vientos fuertes, así como también del sol fuerte de la mañana.

Puede tolerar un suelo seco, arenoso y arcilloso, pero preferiblemente hay que proveer tierra rica en nutrientes para que alcance su máximo potencial a la hora de florear. Por otro lado, las hojas desarrollarán el verde más intenso en suelos pobres y bajo sol directo.

Por lo tanto, puedes preparar la siguiente mezcla de sustrato con buen drenaje y que tenga alto contenido en nutrientes: forma una mezcla a base de turba, adicionando humus de lombriz y perlita.

La poda de esta planta debe hacerse poniendo atención en retirar los tallos florales y tallos marchitos y los tallos y hojas maltratados o que están perdiendo mucho color. Estas están por morir y solamente están quitando energía al resto de la planta.

Por otro lado, se puede usar la poda para potenciar la floración. Para esto, se podrán quitar las hojas cercanas al tallo floral para que este crezca con más fuerza.

El trasplante de la hortensia de invierno no es común, puesto que el crecimiento rizomatoso se expandirá sobre el sitio definitivo.

Sin embargo, si quieres llevarla a otra maceta, tendrás que hacer un hoyo alrededor de la planta para poder extraerla de forma fácil y junto con un poco de tierra, para evitar que los rizomas se maltraten o rompan. Luego tendrás que colocarla en el nuevo lugar deseado y regarla abundantemente por unos días para que logre establecerse.

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El método ideal para reproducir esta planta es mediante la división, que no solamente dará plantas nuevas, sino que ayudará a mantener la planta inicial vigorosa y sana. También puede reproducirse por semillas, pero es mucho más fácil hacerlo por división.

Para hacerlo se tomará la planta y se levantará para dividirla y separar dos diferentes plantas, formando esquejes de rizomas, con ayuda de un rastrillo de jardín en caso de ser necesario para sacarlos del suelo. En caso de exceso de tierra hay que agitarlas gentilmente. Ya separadas, deben plantarse cuanto antes en el nuevo sitio y regar abundantemente para que desarrollen raíces. La división se deberá llevar a cabo después de la floración para tener más éxito en el asentamiento de la planta en el nuevo sitio.

Sus hojas son propensas a ser atacadas por caracoles, babosas, orugas y gorgojos. Para evitarlos pueden removerse manualmente, fabricar trampas para que caigan sobre ellas y luego retirarlos o usar el control biológico de plagas.

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