Hosta: cuidados
Las hostas son unas plantas muy apreciadas para dar a los jardines y exteriores un toque de luz y color gracias a su gran potencial decorativo. Sus llamativas hojas, especialmente en las variedades matizadas, ni siquiera necesitan de la bonita floración de la planta para embellecer cualquier rincón.
Si quieres aprender a cuidar de estas plantas, muy poco exigentes y aptas para principiantes, acompáñanos en este artículo de EcologíaVerde sobre los cuidados de la hosta.
Características de la planta hosta
La llamamos hosta o hermosa, aunque en realidad no se trata de una sola especie sino de todo un género de plantas, el Hosta, que es parte de la familia Agavaceae. Se trata de unas cuarenta especies de plantas perennes, de gran diversidad en cuanto a tamaño y colores de sus hojas, aunque todas ellas destacan por su gran valor ornamental. Son plantas originarias de China y Japón, muy utilizadas tanto en espacios exteriores como en la decoración de pisos e interiores.
Las especies más comunes de las que se comercializan pueden llegar a crecer hasta tamaños de unos 150 cm de diámetro en condiciones ideales, con unas hojas que, independientemente de su tamaño, destacan por su marcada nervadura. Estas pueden presentar muy distintos tonos de verde e incluso patrones como las variedades matizadas, con el reborde de sus hojas casi blanco y muy apreciadas por esta característica.
La floración, que se da con el inicio del verano, da lugar a unas inflorescencias agrupadas en forma de pequeñas campanas blancas que surgen del tallo floral.
Ubicación para la hosta
Las hostas o hermosas pueden cultivarse tanto en interior como en exterior, aunque es cierto que es más común encontrarlas en jardines y zonas verdes, especialmente en zonas de sombra o semisombra.
Lo más recomendable es ubicarlas o bien al pie de un árbol que las proteja del sol directo o buscarles un lugar a la sombra, ya que estas plantas necesitan de una elevada humedad ambiental para crecer fuertes y de forma rápida. Sin embargo, es importante prestar atención a qué especie concreta de hosta estás cultivando, pues existen algunas de pequeño tamaño que necesitan una mayor exposición a la luz.
Suelo para la hosta
La hosta no es una planta especialmente exigente en cuanto al suelo en que se cultiva, siendo lo más importante cuidar su única verdadera exigencia: la humedad. Por tanto, es necesario darle un suelo capaz de retener ese cierto nivel de humedad que la planta necesita, tanto en suelo como en maceta.
La hosta, como casi todas las plantas, no tolera el encharcamiento, pero sí agradecerá un suelo arcilloso con capacidad de retener humedad pero que mantenga un drenaje suficiente. Si tu suelo no es capaz de retener la humedad, puedes mejorar sus propiedades añadiéndole a la tierra vermiculita y perlita, que mejorarán sus propiedades de equilibrio entre retención de agua y drenaje.
En maceta, la mezcla universal con humus de lombriz, fibra de coco y turba a partes iguales, más un puñado de vermiculita y perlita, dará excelentes resultados. La planta no es muy exigente en cuanto a materia orgánica en el sustrato se refiere, pero agradecerá igualmente uno rico en ella.
Riego para la hosta
Dado el principal requisito de la planta, que ya hemos mencionado, es fácil darse cuenta de que un riego adecuado es vital para que tu hosta esté en las mejores condiciones. Debes regar con la suficiente frecuencia para que el sustrato no llegue a secarse del todo nunca, aunque, como siempre, evitando los encharcamientos a toda costa.
Si tu hosta está en un ambiente seco, también la ayudará mucho que pulverices algo de agua sobre sus hojas aunque, eso sí, siempre a primera o a última hora del día, para que las gotas no hagan efecto lupa con el sol que incida en las hojas. Si, en cambio, la planta está en un ambiente húmedo, necesitará de menor riego.
Abonado para la hosta
Lo mejor, como siempre que la planta no tiene necesidades muy específicas en cuanto a nutrientes, es utilizar fertilizantes orgánicos y ecológicos. Puedes añadir compost alrededor del tallo de la planta cada 15 o 20 días durante los meses de primavera y verano, permitiendo así que la planta disponga de nutrientes a mano para seguir desarrollándose.
Aquí puedes aprender sobre Cómo hacer compost casero y Tipos de compost.
Plagas peligrosas para la hosta
Al tratarse de plantas que necesitan de un entorno húmedo, las hostas son uno de los más apetecibles alimentos para los caracoles y babosas, que no dudarán en acudir a ellas para devorar sus hojas. Por ello, es habitual plantarlas en recipientes incluso en exterior, ya que hace más fácil el mantener a estos ávidos moluscos a raya. En cualquier caso, basta con revisar frecuentemente el estado de la planta para retirar a mano cualquier visitante indeseado y, si el problema se vuelve grave, usar trampas ecológicas como la del plato de cerveza. Aún así, recomendamos limitar estos métodos a los casos en que sean realmente necesarios.
Aquí te contamos Cómo eliminar babosas y caracoles de forma natural.
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