Qué es el permafrost, sus características y dónde está

Se conoce como permafrost al suelo congelado. Resulta difícil de clasificarlo puesto que puede tener diferentes características y formas, pues tanto puede estar compuesto de roca sólida, sedimentos o de suelos arenosos y rocosos como orgánicos ricos. Todos los posibles tipos de suelos que se consideran permafrost han de estar congelados, lo que implica que deben haber estado bajo el punto de congelación del agua de 0 ºC o 32 F durante dos años consecutivos mínimo. La concentración de agua tampoco es determinante, mientras posean un ligero porcentaje de agua congelada es suficiente.

A continuación, destacamos las características del permafrost más relevantes para empezar a conocer bien este tipo de suelo.

• Alrededor del 20% de la superficie terrestre se reconoce como permafrost, el cual fue formado durante la última Edad de Hielo.
• Forma parte tanto de la criosfera al encontrarse congelado, y por tanto de la hidrosfera, como de la geosfera al contener rocas y suelo.
• Posee una capa activa, más superficial, y otra inactiva, más profunda. La capa activa destaca por tener una profundidad de entre 30 a 200 cm. Se derrite en la estación de verano y se recongela en invierno. En ella se desarrolla la vida vegetal en función de hasta dónde pueden penetrar sus raíces y abastecerse de agua. Por ello pueden variar los paisajes vegetativos desde regiones de tundra hasta bosques boreales o taigas. La capa inactiva es la que permanece congelada y puede llegar hasta 1.500 m de profundidad.
• El efecto antes mencionado puede generar, a lo largo de miles de años, patrones poligonales sobre la superficie de la tierra, asociados a la contracción y dilatación del suelo por las diferencias de temperaturas.
• El hielo que posee actúa como cemento haciendo que los componentes del suelo permanezcan juntos, por lo que el derretimiento de este puede generar derrumbamientos de terreno o desprendimientos. También actúa como aislante, por lo que algunos lagos y humedales pueden desaparecer al infiltrarse en el terreno por la pérdida del hielo.
• Si la zona activa es muy profunda, no se puede recongelar en la estación de invierno, causando el retroceso del permafrost.

Tras conocer qué es y sus características principales, conviene aclarar dónde se encuentra el permafrost. Se halla en climas fríos, en altas latitudes y en áreas de alta montaña con gran altitud. Se encuentra en las zonas circumpolares de Rusia, Canadá, Alaska, China, Groenlandia, Escandinava y la Antártida, además de zonas de alta montaña como los Pirineos, los Alpes o el Tíbet, entre otros.

Debido al incremento de temperatura de la Tierra, la criosfera se derrite. Respecto a este aumento de temperaturas, se está llegando a un punto de no retorno y cada vez es más profunda la superficie de permafrost activa.

Es uno de los grandes sumideros de carbono del planeta, por lo que se prevé que el carbono retenido en él es cuatro veces superior que el que se encuentra en la atmósfera. Su liberación implicaría un aumento muy drástico del efecto invernadero, motivando un ciclo de retroalimentación.

Desde la última Edad de Hielo, se lleva acumulando materia orgánica en él, procedente de animales y plantas muertas. Esta materia orgánica se ha preservado al congelarse en el permafrost por millones de años. Al derretirse el permafrost, esta materia orgánica se encuentra expuesta a microorganismos descomponedores que al encontrarse en ambientes anaerobios (con falta de O2) emiten CO2 y CH4 en mayor concentración, por el proceso de metanogénesis o biometanización. Desgraciadamente, el metano del permafrost, y de otras fuentes, tiene un poder 25 veces mayor que el CO2 sobre el efecto invernadero.

Además, los hidratos de gas metano que estaban retenidos en el permafrost también se van liberando paulatinamente y van ascendiendo a medida que se va descongelando.

El deshielo paulatino del permafrost es un factor irreversible que genera grandes problemas como los vinculados por la pérdida de estructura del suelo. Las principales consecuencias del deshielo del permafrost asociadas son:

• Daño de infraestructuras, por la pérdida de cohesión del suelo.
• Erosión de la costa.
• Derrumbamiento de tierra por la inestabilidad de la pendiente.
• Aumento del efecto invernadero debido al escape de GEI (Gases de Efecto Invernadero) que se encontraban retenidos (CO2 y CH4).
• Daños y pérdida de la biodiversidad y del ecosistema.
• Aumento del nivel del mar y catástrofes relacionadas.
• Aparición de microorganismos patógenos que se encontraban en estado latente con metabolismo reducido como, por ejemplo, virus.
• Migraciones de personas por la inestabilidad del área.
• Problemas económicos asociados.

Un ejemplo de consecuencia del deshielo del permafrost relacionado con la aparición de microorganismos patógenos que estaban latentes es que se estima que, en el 2016, el brote de ántrax que hubo en la península de Yamal fue debido a este problema ambiental. Los renos debieron de ingerir el virus en el permafrost y posteriormente se lo transmitieron a los humanos, al ingerir estos su carne.

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