Potus o poto: cuidados

Potus o poto: cuidados

El potus o poto es una planta ampliamente extendida por los hogares de todo el mundo. Las claves de su éxito radican en lo poco exigente que es con sus cuidados, siendo una planta ideal para cualquier aficionado a la jardinería o para aquellos que buscan iniciarse con algo sencillo.

Si quieres aprender a cuidar de esta bonita planta colgante para que luzca lo más bonita y fuerte posible, acompáñanos en este artículo de EcologíaVerde en el que verás una guía sobre los cuidados del potus o poto.

Características del potus

Pese a su nombre común, potus o poto, el Epipremnum aureum no pertenece al género Pothos, y es que se le llama así porque antiguamente sí estaba clasificado dentro de este. Se trata de una planta originaria de Nueva Guinea, Malasia e Indonesia.

Es una planta trepadora que, en su entorno natural, puede alcanzar alturas de hasta 20 metros, con raíces aéreas que hacen de soporte sobre los troncos o estructuras de soporte. Sus hojas, perennes, tienen forma de corazón y muestra habitualmente patrones amarillos en estas.

Es bastante difícil verla florecer, incluso en su entorno natural. Otra de sus principales características es su reconocida capacidad de purificar el aire, soportando incluso hogares o entornos en los que habitualmente hay humo.

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Ubicación para el potus

El potus se cultiva habitualmente como planta de interior, aunque requiere de ambientes muy iluminados. Esto se debe a que la luz que necesita debe ser luz indirecta o estar tamizada por una cortina, por lo que es mucho más popular como planta de interior.

En este aspecto, uno de los mejores señalizadores de que tu poto tiene una cantidad de luz adecuada son las manchitas amarillas en sus hojas. Si las pierde y estas se vuelven totalmente verdes, podría significar que la planta necesita de una exposición más luminosa. De no dársela, tu poto podría desarrollar ahilamiento: tallos muy largos, finos y desprovistos de hojas, que es la forma de la planta de hacer un esfuerzo extra por encontrar la luz.

Riego del potus

El poto no es una planta particularmente exigente con los riegos, por lo que se aplica la norma universal de la mayoría de especies: mejor quedarse corto que pasarse con el agua. Riega solo cuando el sustrato esté seco más allá de la capa superficial, siempre en una cantidad moderada que evite encharcamientos.

Si te quedas corto regando, la planta lo mostrará enseguida y se recuperará en cuanto le des agua, por lo que no es un problema grave siempre que no sea muy extremo. El exceso de riego, en cambio, es mucho más problemático de remediar, pues para cuando notes los efectos en tu planta, probablemente ya tenga problemas de pudrición en las raíces y se trata de una recuperación mucho más difícil y prolongada, que no siempre es posible.

Si tu hogar es muy seco, puedes pulverizar agua sobre sus hojas y tallos de vez en cuando, siempre sin excederse ni encharcar. También, para aportarle al potus la humedad ambiental que necesita si el clima de tu zona o el ambiente de tu hogar son muy secos, puedes colocar un pequeño plato con agua y guijarros o piedras grandes en él, por encima del nivel del agua. Coloca la maceta con tu potus en lo alto, y la evaporación natural del agua mantendrá el ambiente ideal para tu planta.

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Sustrato para el potus

Una de las pocas cosas que el poto necesita, o más bien agradece, es una buena humedad ambiental, pero esto no debe confundirse nunca con mantenerle un suelo encharcado. De hecho, es importante que tu potus tenga un sustrato con un drenaje lo mejor posible, que no acumule humedad en sus raíces.

Puedes utilizar la mezcla universal que recomendamos a menudo para semilleros, mezclando turba, humus de lombriz y fibra de coco a partes iguales, y añadiendo luego un puñado de vermiculita y otro de perlita. Así conseguirás un sustrato con un drenaje excelente, aireado y muy rico en nutrientes, perfecto para tu planta.

Abono para el potus

Aunque se trata de una planta no muy exigente, un potus necesitará fertilizante para desarrollarse adecuadamente alrededor de un tutor y crecer fuerte. Lo más sencillo y ecológico es hacerse con compost o humus de lombriz (si tienes espacio puedes incluso elaborarlos tú mismo) y aplicarle un par de centímetros de materia orgánica al sustrato, en la base de la planta, cada 15 días. Si no, el fertilizante universal también funcionará bien. En cualquier caso, aplica el abono especialmente durante los meses cálidos, desde primavera a verano, dejando que la planta repose después.

Trasplante del potus

Si tu potus se encuentra en condiciones óptimas, es posible que crezca tan rápido que su maceta se quede pequeña enseguida. Esta planta tolera hasta un trasplante al año cuando es necesario, siendo la primavera la mejor época para hacerlo, aunque también es posible practicarle trasplantes de emergencia ante excesos de riego o problemas de pudrición. Sabrás que la maceta de tu poto se ha quedado pequeña si las raíces asoman por los agujeros de drenaje del fondo de la maceta, siendo necesario cambiarla lo antes posible.

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