Flores de julio

Las flores del hibisco pueden disfrutarse en julio, coincidiendo con los días de más sol y temperatura cálida, pues son propias del trópico y prosperan cuando no hace frío. Son una de las flores típicas del verano, que pueden extenderse hasta el otoño si es un año particularmente caluroso como los que ahora son cada vez más frecuentes.

Existen varias especies, entre ellas la que se conoce como Jamaica para consumo, pero hay muchas otras que se cultivan como plantas ornamentales por sus enormes flores de gran colorido. Son plantas herbáceas que crecen en tallos altos leñosos, de 30 centímetros a 2 metros de alto.

Los pétalos son anchos, y se abren para mostrar una columna alrededor de la que penden los estambres con polen amarillo. Dichos pétalos pueden ser blancos, rojos, amarillos, o rosas, y suelen ser incorporadas cuando se buscan flores de talla muy grande y que brinden una vista llamativa. Además, son atrayentes de animales polinizadores, por lo que darán vida a tu jardín en más de un sentido.

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Las hortensias también son otras flores típicas del verano, que pueden llegar a llenar jardineras en un paisaje de vistosos colores. Producen espectaculares floraciones en racimos de forma globosa compuesta por múltiples pétalos en colores pastel. Este color depende del pH del suelo, y pueden encontrarse en tonos azules, lilas, blancos o rosas.

Existen diferentes variedades, entre ellas las trepadoras, de hoja pequeña, arborescentes o incluso con dos tipos de flores en una sola planta. Las más populares son las hortensias Hydrangea macrophylla, que son arbustos de hasta 3 metros de altura, pero que suelen podarse para mantenerse bajos.

En estos enlaces encontrarás unas guías de jardinería de EcologíaVerde sobre los Cuidados de las hortensias y Cómo cuidar las hortensias en maceta.

Los girasoles son una de las flores más típicas de julio, que aparecen con el calor del verano. Se encuentran entre las flores favoritas de muchos, por su alegre aspecto veraniego de centro negro y pétalos amarillos alrededor. Son bastante duraderas, pues pueden disfrutarse hasta por 20 días antes de que decaigan.

Aquí te contamos más acerca de Cómo cuidar girasoles.

Estas flores se dan cuando la temperatura es cálida, lo que significa que su mejor temporada es el verano. Para el mes de julio están en su máximo esplendor, demostrando abundantes cabezuelas de flores. Producen flores de varios pétalos, en colores cálido como el naranja, fucsia o amarillo. Se pueden encontrar en diferentes tamaños, y en cantidad de pétalos también.

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Existen varias especies de Cosmos, peor la más popular es la que da una flor de color lila, conocida también como girasol morado. Tiene 5 pétalos delicados que se abren alrededor de un centro amarillo, irguiéndose en altos tallos de hojas muy delgadas.

Son nativas de México, pero por su gran belleza fueron llevadas hasta Europa como flores ornamentales. Son de aspecto silvestre, dándole un aspecto desordenado pero colorido a los jardines en donde se cultiva. Aparecen para el mes de julio, para lo que se deben hacer los preparativos de siembra desde primavera.

Son plantas que tienen un tiempo de floración muy largo, que va desde primavera hasta verano, así que puedes sembrar sus semillas en tu jardín si quieres disfrutarlas en julio.

Son conocidas también como perritos o conejitos, porque las flores parecen la boca abierta de algún animal. Estas cuelgan de un alto tallo que se cubre por completo de varias unidades a encontrarse en colores variados como rojo, amarillo, blanco, naranja o rosa. Requieren exposición solar completa para que las flores puedan brotar bien.

En este enlace puedes conocer más sobre la planta Antirrhinum majus: cuidados y hojas marchitas.

Son plantas muy comunes en jardines y espacios públicos porque crecen muy rápido formando agrupaciones grandes. Además, duran bastantes años con pocos cuidados. Su follaje es abundante, con hojas amplias lobuladas de hasta 50 centímetros de largo. En julio llega su temporada de floración, con columnas altas que se levantan sobre las hojas. Sus flores son de color blanco con morado, y no lucen tanto individualmente como en conjunto sobre la columna floral. Es una planta elegante, que incluso fue integrada por escultores griegos para decorar esculturas y arquitectura.

Esta lavanda es endémica del Mediterráneo, asociada a los climas calurosos del verano. Cuando llega el mes de julio está en su máximo punto de floración que dura bastante, llegando hasta cuatro semanas en flor. A finales de verano, puede tener una segunda floración si la temperatura es lo suficientemente adecuada.

La lavanda produce espigas con flores pequeñas de color morado, y un inconfundible aroma. Es un cultivo muy noble, porque tolera muy bien las sequías sin comprometer su espectacular floración.

Conoce aquí más sobre Podar lavanda: cómo y cuándo hacerlo.

Las phlox o flox son sencillas pero atractivas flores de uso ornamental. Tienen cinco pétalos y los botones florales se abren en el mes de julio, de ahí que se le conozca como phlox o flox de verano. Pueden llegar incluso hasta mediados de otoño, hasta septiembre. Son nativas de Estados Unidos, pero hoy están extendidas a todo el mundo por su gran atractivo.

Estas flores se acomodan en racimos de varias unidades, y despiden un suave aroma. Son importantes atrayentes de polinizadores a los jardines, como son colibríes, mariposas o abejas. Al ser plantas ornamentales de gran popularidad, se han creado muchísimas variedades en una gran gama de colores para cada gusto.

Otra de las flores de julio grandes que puedes tener en tu jardín son las dalias. Prosperan cuando empiezan a caer las primeras lluvias a finales de la primavera, que despiertan al tubérculo bajo tierra que está en dormancia en espera de las aguas que la reavivarán. Para el mes de julio ya pueden disfrutarse las flores que vienen en una gran variedad de colores, tamaños y cantidad de pétalos, teniendo todas en común su apariencia alargada y textura delicada.

Aquí podrás conocer los Cuidados de las dalias o Dahlia pinnata.

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