Ecosistema polar: características, fauna y flora

El ecosistema polar es, sin duda, uno de los más inhóspitos que existen en este planeta. Por ello, vamos a detallar algunas de las principales características del ecosistema polar:

Climatología

Las temperaturas rara vez superan los 0ºC y son acompañadas de vientos de hasta 100 km/h en virtud a las grandes diferencias de presión.

Ciclo del agua

Respecto al ciclo del agua en los polos, cabe remarcar que hay una gran cantidad de agua dulce en estado sólido, característica a la que deben adaptarse todos los seres vivos que allí viven. Las grandes masas de hielo se extienden no sólo a la superficie terrestre, sino también a la superficie marina. Por debajo de 0ºC no existen cursos de agua líquida. En cuanto a las precipitaciones, suelen ser escasas y se dan en forma de nieve, que rápidamente se transforma en hielo.

Albedo y radiación ultravioleta

El albedo se define como el porcentaje de radiación que refleja la superficie terrestre con respecto al total de radiación incidente. En los polos, el albedo es especialmente alto. La radiación ultravioleta también es mayor que en el resto del planeta.

Ciclos de luz en el ecosistema polar

Las diferencias entre las horas de luz y oscuridad al día, que pueden llegar a 24h de luz y 24h de oscuridad, afectan directamente a la escasa vegetación terrestre y pelágica, así como a la fauna que habita estas tierras.

El ecosistema polar se encuentra en los polos del planeta Tierra, tanto en el Ártico (polo Norte) como en el Antártico (polo Sur). La principal diferencia entre ellas es que el Ártico está conformado por una gruesa capa de hielo que flota sobre el océano, mientras que el Antártico se asienta sobre la superficie terrestre.

Destacar también que el ecosistema polar sufre ciclos estacionales de expansión y retraimiento. Alrededor se encuentra la zona periglacial de tundra y permafrost, con la que se establecen estrechas relaciones ecológicas.

La fauna presenta adaptaciones específicas al clima polar. Son comunes los pelajes y plumajes de color blanco que se mimetizan con la cubierta de hielo. Por otro lado, los animales también suelen tener una gruesa capa de grasa bajo la piel que les permite aislarse del frío. Asimismo, se han modificado patrones de comportamiento para superar los meses más fríos, tales como hibernaciones y migraciones.

A continuación, describimos algunas especies de la fauna del ecosistema polar más conocidas:

• Oso polar u oso blanco (Ursus maritimus): es el único superdepredador del Ártico. Aunque su pelaje se ve blanco, es translúcido, con pelo hueco y una piel oscura que ayudan a aprovechar mejor el calor. Se alimentan en especial de focas y otros mamíferos marinos. Aquí te explicamos todo sobre su estado El oso polar está en peligro de extinción.
• Zorro ártico (Vulpes lagopus): es un depredador visitante que suele seguir a los osos blancos, alimentándose de la carroña que dejan a su paso.
• Pingüinos (Spheniscidae): hay varias especies de pingüinos en el ecosistema polar Antártico o del polo Sur. Estas curiosas aves han perdido la capacidad de volar y han adaptado sus extremidades a la vida en el agua, donde cazan peces y otros animales. Es por ello que presentan un cuerpo muy aerodinámico, con las patas haciendo las veces de aletas. Aprende más sobre ellos con este otro post en el que hablamos sobre Dónde viven los pingüinos y de qué se alimentan.

Descubre mucho más sobre la fauna polar con este otro artículo de EcologíaVerde sobre Qué animales viven en el polo Norte y Sur.

La vegetación en el ecosistema polar es muy escasa. De hecho, solo se encuentra vegetación vascular en las zonas de tundra, donde abundan las plantas herbáceas y los arbustos, e incluso algunos bosques de ribera en los valles y lugares con menos viento.

Proliferan, en general, plantas de pequeño tamaño muy sencillas, como musgos, algas y líquenes. Todas estas plantas tienen en común la ausencia de estructuras vasculares, es decir, de estructuras corporales especializadas en el transporte de savia bruta o elaborada, siendo muchas de ellas plantas briófitas. En general, toman el agua del medio ambiente por absorción, ya que no suele estar disponible de ninguna otra forma.

En los ecosistemas polares sí podemos descubrir una amplia diversidad de algas microscópicas, como las diatomeas. Dado que tienen que adaptarse a condiciones muy duras de temperatura, luz y salinidad, con grandes cambios a lo largo del año, presentan estrategias adaptativas muy interesantes: algunas, por ejemplo, secretan una capa de "moco" para proteger la superficie de la célula de los cristales de hielo. Las que viven en superficie secretan pigmentos especiales para protegerse de la alta radiación ultravioleta que caracteriza a este medio, lo que puede otorgar tonalidades muy llamativas al hielo.

Las algas juegan un papel crítico en la producción primaria del ecosistema. Convierten el dióxido de carbono y la materia inorgánica en oxígeno y materia orgánica, y son alimentos para pequeños invertebrados como el krill. Estos, a su vez, constituyen el principal alimento de peces de diversas especies. Como se ve, las algas forman principalmente la base de la cadena trófica.

Vegetación y cambio climático

Un reciente estudio sobre el estado y las tendencias de la vegetación en el Ártico en relación al cambio climático y el calentamiento global publicado en Ambio^[1], ha demostrado que la vegetación de tundra es muy resiliente ante los cambios de temperatura causados recientemente durante el cambio climático, no así el resto de plantas que se incluyen en este ecosistema.

En este otro artículo explicamos las Características de la tundra, su flora y fauna.

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